“Tal vez porque soy india corro lo que corro”

Alicia Colilaf tiene 50 años. Hace más de 14, en octubre de 2009 en Trelew, logró completar sus primeras 24 Horas de ultra maratón y convertirse en campeona argentina con más de 170 kilómetros acumulados. A partir de ahí se transformó en una especialista de larga distancia. El próximo jueves 7 de diciembre a las 17 en la sede del Ente Trelew Turístico presentará su libro, Ultramapuche, que no sólo cuenta vivencias deportivas, sino en el que además resalta sus raíces originarias.

23 NOV 2023 - 18:20 | Actualizado 23 NOV 2023 - 18:51

Foto Portada: Sergio Esparza (Jornada).

LA NOTA COMPLETA ACÀ.

“Arrancando los dos corriendo 5 y 10 kilómetros, después pasamos a los 21K y hasta que corrimos el maratón. Pero uno siempre quiere más y nos animamos a la ultra distancia”, se apuró a contar Oscar García, el marido de Alicia, que la acompañó a los estudios de Cadena Tiempo.

“Jorge Castelli fue el pionero de la ultra distancia, el ideólogo de traerla al sur cuando no se conocía”, resaltó.

Ya después comenzó su relato en Tiempo Deportivo la principal protagonista: “nos enganchamos por primera vez en el 2000 en la Corrida de La Anónima, porque queríamos tener una remera. Hicimos otra carrera de 10k y la completamos como pudimos. Saltamos a la Corrida de la Armada, en mayo de ese año, y de ahí corrimos el Maratón Tres Ciudades, con todo el respeto y el miedo que daba correr 42 kilómetros”, recordó.

“Ese día fue muy especial para mí porque si había aguantado un maratón, era porque me gustaba, no me acobardé, y al año siguiente la volví a hacer”, dijo orgullosa.

Como un parpadeo, en un par de años Alicia se había convertido en una especialista de fondo, hasta que algunos años después alcanzó su máximo logro personal: “la máxima distancia que corrí fue entre el 24 y 25 de octubre de 2009 en la Pista de Trelew, en el Nacional de 24 de Horas. Hice el récord nacional, con 170 kilómetros, 890 metros, unas 400 vueltas a la pista”, evocó.

“Cuando me dijeron que había superado esa marca, eran las 3 de la mañana, pero la carrera terminaba a las 10, iba por inercia, tenía el cuerpo anestesiado, con sueño y calambres, tenía todo, aunque estaba en una nube y seguía corriendo. Oscar y Picante López me querían convencer de que parara. De hecho lo hacemos en las carreras, nos turnamos para descansar, comer, cambiarte de ropa”, memoró.

“Pero como era la primera vez, no quería que se me escapara la carrera, me hice masajes una sola vez en el día, no porque me lo dijera mi marido, sino porque me lo insistió tanto el Picante”, destacó.

“Ahí arrancamos, después seguimos con 100 kilómetros y con otras pruebas de 24 horas, de acuerdo al tiempo y al bolsillo”, agregó su marido.

“Al año siguiente fuimos a San Miguel del Monte, en la Provincia de Buenos Aires, donde corrí por primera vez 100 kilómetros a un circuito de 11 kilómetros alrededor de una laguna con gente que estaba más acostumbrada a la ultra distancia”, contó Alicia.

“Quedamos nosotros y Carlos Micchia”, dijo en referencia a otros referentes que tuvo la especialidad, como el propio Castelli, Walter “Picante” López (otro campeón argentino), Alberto Jaramillo y Víctor García, entre otros.

Respecto puntualmente de su libro, Ultramapuche, precisó que “tiene algunas anécdotas que yo he seleccionado. La imagen que está en la tapa no es vendible, pero es el momento del máximo logro que yo conquisté en el atletismo, ese 25 de octubre de 2009 a las 3 de la mañana. Yo iba hecha de goma, me pidieron que levantara los brazos y sonriera un poco porque ya era la campeona argentina, y con todo el esfuerzo lo hice porque mi cuerpo no daba más”.

“En la contra tapa hay una foto del Maratón Tres Ciudades, que para nosotros seguirá siendo un emblema de la Patagonia y en el que siempre queríamos estar”, justificó con tono nostálgico.

“La idea no es que la gente salga toda a correr después de leer el libro, cada uno tiene un don y debe explotarlo. En mi caso no solamente salí a correr porque como a mi marido, nos gusta el deporte, pero cuando tuve a mi última hija, me quedé con coágulos en el cuerpo y en un par de meses los pude despedir corriendo, y a la vez me di cuenta que me gustaba el atletismo”, expuso.

“Le agregamos la palabra mapuche a Ultra porque soy hija de Aurora Neipán y Mauricio Colilaf, más mapuche que eso no puedo ser. A veces lo hablamos con Adriana Millaguala, que también es descendiente directa. Me pongo una tirita, lo miró a Oscar, y le digo, claro que soy india, nunca fue una vergüenza para mí. Tal vez por eso puedo correr lo que corro”, reivindicó sobre sus raíces originarias.

“Correr para mí es paz, felicidad. Es honrar la salud que nos da Dios todos los días. Puedo tener muchos problemas, hasta los pienso mientras corro, y no es que vuelvo y los resuelvo a todos, pero tengo otra energía para encararlos. Cuando estoy contenta lo mismo, es mi manera de celebrar. Todos los días me despierto y me regalo un fondo”, enfatizó.

“Compartimos las salidas a correr, en la semana es más difícil con los horarios, pero los fines de semana siempre salimos juntos”, completó Oscar.

“A medida que los chicos se fueron haciendo grandes puedo no sólo salir a correr, sino que puedo trabajar, hago tareas domésticas, aunque siempre vendí productos, no porque mi marido no solvente la casa, sino porque uno necesita para uno y los chicos”, contó sobre su vida personal.

El matrimonio García-Colilaf, que cumplirá 30 años, tiene además tres hijos; la mayor, Belén, de 29 años, Leo de 24 y Morena de 19.

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23 NOV 2023 - 18:20

Foto Portada: Sergio Esparza (Jornada).

LA NOTA COMPLETA ACÀ.

“Arrancando los dos corriendo 5 y 10 kilómetros, después pasamos a los 21K y hasta que corrimos el maratón. Pero uno siempre quiere más y nos animamos a la ultra distancia”, se apuró a contar Oscar García, el marido de Alicia, que la acompañó a los estudios de Cadena Tiempo.

“Jorge Castelli fue el pionero de la ultra distancia, el ideólogo de traerla al sur cuando no se conocía”, resaltó.

Ya después comenzó su relato en Tiempo Deportivo la principal protagonista: “nos enganchamos por primera vez en el 2000 en la Corrida de La Anónima, porque queríamos tener una remera. Hicimos otra carrera de 10k y la completamos como pudimos. Saltamos a la Corrida de la Armada, en mayo de ese año, y de ahí corrimos el Maratón Tres Ciudades, con todo el respeto y el miedo que daba correr 42 kilómetros”, recordó.

“Ese día fue muy especial para mí porque si había aguantado un maratón, era porque me gustaba, no me acobardé, y al año siguiente la volví a hacer”, dijo orgullosa.

Como un parpadeo, en un par de años Alicia se había convertido en una especialista de fondo, hasta que algunos años después alcanzó su máximo logro personal: “la máxima distancia que corrí fue entre el 24 y 25 de octubre de 2009 en la Pista de Trelew, en el Nacional de 24 de Horas. Hice el récord nacional, con 170 kilómetros, 890 metros, unas 400 vueltas a la pista”, evocó.

“Cuando me dijeron que había superado esa marca, eran las 3 de la mañana, pero la carrera terminaba a las 10, iba por inercia, tenía el cuerpo anestesiado, con sueño y calambres, tenía todo, aunque estaba en una nube y seguía corriendo. Oscar y Picante López me querían convencer de que parara. De hecho lo hacemos en las carreras, nos turnamos para descansar, comer, cambiarte de ropa”, memoró.

“Pero como era la primera vez, no quería que se me escapara la carrera, me hice masajes una sola vez en el día, no porque me lo dijera mi marido, sino porque me lo insistió tanto el Picante”, destacó.

“Ahí arrancamos, después seguimos con 100 kilómetros y con otras pruebas de 24 horas, de acuerdo al tiempo y al bolsillo”, agregó su marido.

“Al año siguiente fuimos a San Miguel del Monte, en la Provincia de Buenos Aires, donde corrí por primera vez 100 kilómetros a un circuito de 11 kilómetros alrededor de una laguna con gente que estaba más acostumbrada a la ultra distancia”, contó Alicia.

“Quedamos nosotros y Carlos Micchia”, dijo en referencia a otros referentes que tuvo la especialidad, como el propio Castelli, Walter “Picante” López (otro campeón argentino), Alberto Jaramillo y Víctor García, entre otros.

Respecto puntualmente de su libro, Ultramapuche, precisó que “tiene algunas anécdotas que yo he seleccionado. La imagen que está en la tapa no es vendible, pero es el momento del máximo logro que yo conquisté en el atletismo, ese 25 de octubre de 2009 a las 3 de la mañana. Yo iba hecha de goma, me pidieron que levantara los brazos y sonriera un poco porque ya era la campeona argentina, y con todo el esfuerzo lo hice porque mi cuerpo no daba más”.

“En la contra tapa hay una foto del Maratón Tres Ciudades, que para nosotros seguirá siendo un emblema de la Patagonia y en el que siempre queríamos estar”, justificó con tono nostálgico.

“La idea no es que la gente salga toda a correr después de leer el libro, cada uno tiene un don y debe explotarlo. En mi caso no solamente salí a correr porque como a mi marido, nos gusta el deporte, pero cuando tuve a mi última hija, me quedé con coágulos en el cuerpo y en un par de meses los pude despedir corriendo, y a la vez me di cuenta que me gustaba el atletismo”, expuso.

“Le agregamos la palabra mapuche a Ultra porque soy hija de Aurora Neipán y Mauricio Colilaf, más mapuche que eso no puedo ser. A veces lo hablamos con Adriana Millaguala, que también es descendiente directa. Me pongo una tirita, lo miró a Oscar, y le digo, claro que soy india, nunca fue una vergüenza para mí. Tal vez por eso puedo correr lo que corro”, reivindicó sobre sus raíces originarias.

“Correr para mí es paz, felicidad. Es honrar la salud que nos da Dios todos los días. Puedo tener muchos problemas, hasta los pienso mientras corro, y no es que vuelvo y los resuelvo a todos, pero tengo otra energía para encararlos. Cuando estoy contenta lo mismo, es mi manera de celebrar. Todos los días me despierto y me regalo un fondo”, enfatizó.

“Compartimos las salidas a correr, en la semana es más difícil con los horarios, pero los fines de semana siempre salimos juntos”, completó Oscar.

“A medida que los chicos se fueron haciendo grandes puedo no sólo salir a correr, sino que puedo trabajar, hago tareas domésticas, aunque siempre vendí productos, no porque mi marido no solvente la casa, sino porque uno necesita para uno y los chicos”, contó sobre su vida personal.

El matrimonio García-Colilaf, que cumplirá 30 años, tiene además tres hijos; la mayor, Belén, de 29 años, Leo de 24 y Morena de 19.