Cuando el talento y la pasión te llevan a una Clínica del Barcelona

Violeta Olivares Oronóz cumplió 10 años el pasado 25 de enero. Empezó a jugar en Deportivo Roca de Rawson el año pasado en las categorías Sub 10 y Sub 12, pero una lesión la estuvo inactiva cuatro meses. A principios de mes asistió al BarÇa Academy Córdoba Cump 2024, dictada por entrenadores del club español que la seleccionaron entre 20 chicos, cinco nenas, sobre un total de 250 participantes.

28 FEB 2024 - 17:09 | Actualizado 28 FEB 2024 - 17:50


Violeta es hija única de un matrimonio conformado por Lucio Olivares, segundo oficial de un barco pesquero de 43 años, y Sofía Oronóz, chef de 35 años, oriunda de General Villegas.

Se conocieron en Bahía Bustamante, a donde mamá Sofía llegó a trabajar con su familia en 2009, incluso antes de marcharse a España para una pasantía relacionada con su profesión.

“Viole” nació el 25 de enero de 2014 en Villegas, es bonaerense como su mamá (su papá es trelewense), pero cuando la niña cumplió el año y medio la familia se radicó en Rawson.

“No me convencía que me hija jugara al fútbol, en mi casa no se veía fútbol, mi marido no seguía los partidos. Ahora sí, esta chica se planta frente al televisor todo el tiempo que la dejamos para ver partidos”, admite la mamá de la alumna que este año cursará el 5º Grado en el Instituto María Auxiliadora.

“Ella iba a hockey porque yo la mandaba, pero en un momento no pude resistirme más, mucho más después del Mundial y con Argentina campeón”, confesó la narradora de esta historia.

Violeta empezó a jugar en marzo del 2023 en el Club Deportivo Roca, en la Sub 10 y en la Sub 12, un tiempo en cada categoría, según lo reglamentado.

“Pero en abril se lesionó el cartílago de crecimiento, y además tuvo desplazamiento de tibia de la pierna izquierda, estuvo parada hasta agosto”, recordó su madre.

“Para mí es todo un desafío acompañarla. Pero como le gusta tanto, decidimos que aprendiera en una clínica. Busqué las nacionales como las de Mac Allister o la de Mascherano, pero en la de La Pampa no recibían nenas”, expuso.

“Buscando por internet, encontré la del Barcelona que se dictaba en Córdoba durante ocho días, el fin de semana largo de carnaval. Arrancó el domingo y siguió hasta el viernes. Había 250 chicos y en un momento decían que iban a elegir a 20 para ir a Barcelona”, recordó Sofía.

La clínica del BarÇa se realizará a partir del 30 de marzo y hasta el 7 de abril: “viajaremos el 29, nos costean una parte, pero los vuelos y los otros costos los pagamos nosotros. Solamente dieron 20 cupos para la Argentina, son 15 varones y cinco nenas, incluida Viole”, precisó.

“Jamás una podía pensar que la iban a elegir, todos los que la ven jugar dicen que tiene condiciones, pero ella no tiene recorrido ni entrenamiento, empezó a jugar el año pasado, le encantaba hacerlo con los amigos y en el colegio”, aseguró su mamá, entre sorprendida y desconcertada.

En la escuela tiene una anécdota de haber recibido un golpe con una piña de un pino, que utilizaban como pelota: “estaban en el recreo, tiraron un centro y la piña le dio en la frente, le dejó una marca y un chichón, pero para que no la retaran, estuvo el resto del día tapándose la frente”, relató Sofía.

“Me gasta toda la cinta de papel porque arma las pelotas con los diarios”, se quejó.

Fanática de San Lorenzo, Violeta habla de fútbol a la distancia con su abuelo Oscar: “con mi papá analizan juntos los partidos por video llamadas de WhatsApp”, dijo Sofía, decididamente orgullosa.

“Como tiene muchos rulos, para la clínica se hizo las trenzas de color rojo y azul y todos pensaban que era por el BarÇa, y en realidad fue por San Lorenzo”, destacó.

En el marco de la clínica, chicos de diferentes países podrán ver al Barcelona ante Las Palmas por la Liga Española, además de encuentros amistosos en Catalunya. Y la cena de coronación será donde el BarÇa festejó el último campeonato.

“Verla entrenar fue sorprendente por la lesión del año pasado, y fue la única nena que se quedó con los varones después de haber empezado con las chicas de su categoría (2013-204)”, ponderó su madre.

“Tiene un carácter tremendo y un poder de decisión bárbaro, a mí me suspendió los partidos, porque yo me pongo muy nerviosa. Pero el entrenador me aclaró que más allá que los varones no son de dar muchos pases, ella se desenvolvió muy bien en lo individual y lo disfrutó, no lo sufrió”, explicó Sofía sobre la experiencia de Violeta en Córdoba.

“Igual después del segundo día se integró muy bien al grupo y se notaba que los chicos si tenían claro que iba a ver una selección para la clínica de Barcelona”, señaló.

“Encaramos esto diciéndole que lo tenía que disfrutar, como cuando hace surf (otro hobby de la inquieta “Viole”). Ella es muy exigente con ella misma, se enoja cuando no le salen las cosas, y asume las responsabilidades como alguien adulto, le encanta”, sostuvo.

Sin embargo, la mamá aclaro que “ni por casualidad nos imaginábamos que en 20 días íbamos a viajar a España”.

En el final, resaltó y agradeció el respaldo del cuerpo técnico del fútbol femenino del Club Roca: “nos pusieron a disposición a los profesores, al coordinador, a la psicóloga, fue un apoyo excelente”.

Enterate de las noticias de DEPORTES a través de nuestro newsletter

Anotate para recibir las noticias más importantes de esta sección.

Te podés dar de baja en cualquier momento con un solo clic.
28 FEB 2024 - 17:09


Violeta es hija única de un matrimonio conformado por Lucio Olivares, segundo oficial de un barco pesquero de 43 años, y Sofía Oronóz, chef de 35 años, oriunda de General Villegas.

Se conocieron en Bahía Bustamante, a donde mamá Sofía llegó a trabajar con su familia en 2009, incluso antes de marcharse a España para una pasantía relacionada con su profesión.

“Viole” nació el 25 de enero de 2014 en Villegas, es bonaerense como su mamá (su papá es trelewense), pero cuando la niña cumplió el año y medio la familia se radicó en Rawson.

“No me convencía que me hija jugara al fútbol, en mi casa no se veía fútbol, mi marido no seguía los partidos. Ahora sí, esta chica se planta frente al televisor todo el tiempo que la dejamos para ver partidos”, admite la mamá de la alumna que este año cursará el 5º Grado en el Instituto María Auxiliadora.

“Ella iba a hockey porque yo la mandaba, pero en un momento no pude resistirme más, mucho más después del Mundial y con Argentina campeón”, confesó la narradora de esta historia.

Violeta empezó a jugar en marzo del 2023 en el Club Deportivo Roca, en la Sub 10 y en la Sub 12, un tiempo en cada categoría, según lo reglamentado.

“Pero en abril se lesionó el cartílago de crecimiento, y además tuvo desplazamiento de tibia de la pierna izquierda, estuvo parada hasta agosto”, recordó su madre.

“Para mí es todo un desafío acompañarla. Pero como le gusta tanto, decidimos que aprendiera en una clínica. Busqué las nacionales como las de Mac Allister o la de Mascherano, pero en la de La Pampa no recibían nenas”, expuso.

“Buscando por internet, encontré la del Barcelona que se dictaba en Córdoba durante ocho días, el fin de semana largo de carnaval. Arrancó el domingo y siguió hasta el viernes. Había 250 chicos y en un momento decían que iban a elegir a 20 para ir a Barcelona”, recordó Sofía.

La clínica del BarÇa se realizará a partir del 30 de marzo y hasta el 7 de abril: “viajaremos el 29, nos costean una parte, pero los vuelos y los otros costos los pagamos nosotros. Solamente dieron 20 cupos para la Argentina, son 15 varones y cinco nenas, incluida Viole”, precisó.

“Jamás una podía pensar que la iban a elegir, todos los que la ven jugar dicen que tiene condiciones, pero ella no tiene recorrido ni entrenamiento, empezó a jugar el año pasado, le encantaba hacerlo con los amigos y en el colegio”, aseguró su mamá, entre sorprendida y desconcertada.

En la escuela tiene una anécdota de haber recibido un golpe con una piña de un pino, que utilizaban como pelota: “estaban en el recreo, tiraron un centro y la piña le dio en la frente, le dejó una marca y un chichón, pero para que no la retaran, estuvo el resto del día tapándose la frente”, relató Sofía.

“Me gasta toda la cinta de papel porque arma las pelotas con los diarios”, se quejó.

Fanática de San Lorenzo, Violeta habla de fútbol a la distancia con su abuelo Oscar: “con mi papá analizan juntos los partidos por video llamadas de WhatsApp”, dijo Sofía, decididamente orgullosa.

“Como tiene muchos rulos, para la clínica se hizo las trenzas de color rojo y azul y todos pensaban que era por el BarÇa, y en realidad fue por San Lorenzo”, destacó.

En el marco de la clínica, chicos de diferentes países podrán ver al Barcelona ante Las Palmas por la Liga Española, además de encuentros amistosos en Catalunya. Y la cena de coronación será donde el BarÇa festejó el último campeonato.

“Verla entrenar fue sorprendente por la lesión del año pasado, y fue la única nena que se quedó con los varones después de haber empezado con las chicas de su categoría (2013-204)”, ponderó su madre.

“Tiene un carácter tremendo y un poder de decisión bárbaro, a mí me suspendió los partidos, porque yo me pongo muy nerviosa. Pero el entrenador me aclaró que más allá que los varones no son de dar muchos pases, ella se desenvolvió muy bien en lo individual y lo disfrutó, no lo sufrió”, explicó Sofía sobre la experiencia de Violeta en Córdoba.

“Igual después del segundo día se integró muy bien al grupo y se notaba que los chicos si tenían claro que iba a ver una selección para la clínica de Barcelona”, señaló.

“Encaramos esto diciéndole que lo tenía que disfrutar, como cuando hace surf (otro hobby de la inquieta “Viole”). Ella es muy exigente con ella misma, se enoja cuando no le salen las cosas, y asume las responsabilidades como alguien adulto, le encanta”, sostuvo.

Sin embargo, la mamá aclaro que “ni por casualidad nos imaginábamos que en 20 días íbamos a viajar a España”.

En el final, resaltó y agradeció el respaldo del cuerpo técnico del fútbol femenino del Club Roca: “nos pusieron a disposición a los profesores, al coordinador, a la psicóloga, fue un apoyo excelente”.


NOTICIAS RELACIONADAS