Investiga y cuenta historias de ciudades patagónicas a través de la confección de mapas

Diego Saborido se autodefine humildemente como “el google de la Patagonia”. Sus mapas son diferenciales a partir del territorio y la investigación. Cuentan historias de los pueblos que se pueden “tocar” y conocer.

Los mapas de Saborido pueden utilizarse en la totalidad de los campos.
21 ABR 2024 - 15:44 | Actualizado 21 ABR 2024 - 15:48

Por Ismael Tebes
REDACCIÓN JORNADA
itebes@grupojornada.com
En Twiter: @IsmaTebes

La confección de un mapa responde a las escalas; la orientación latitud-longitud y numerosos componentes técnicos. “Hacer uno relativamente bueno lleva como mínimo siete años pero eso también te da la versatilidad para diseñar una cartografía parecida. Chubut es más chico que Santa Cruz por ejemplo. Y hacer su mapa me llevó tres años y medio”. Los trabajos de Diego Saborido (68) son didácticos, diferentes, se “toca” la geografía misma y se conocen a través de ella, pequeñas historias de cada pueblo y paraje del sur extremo incluyendo un original mapa de las Islas Malvinas.

“No es un diferencial en el mapa, eso te acerca en el aspecto humano. Te lleva a encariñarte con cada una de las zonas, ver todo de manera diferente; detectar cañadones y manantiales. Es como estar viviendo en cada lugar pero estando a muchos kilómetros”.

Saborido se define como un investigador de la Patagonia que llegó para nunca irse. “Mi familia es de Mendoza, mi padre era perito minero y vivíamos en Buenos Aires hasta que lo destinaron para trabajar en Punta Bandera, cerca del Glaciar Perito Moreno”.

“En el mapa de Chile –explica- investigué a través de Cancillería el detalle de cada paso fronterizo y hasta la altura sobre el nivel del mar porque en el caso de Chile hay que subir alrededor de cuatro mil metros para pasar el límite. Eso hace que el mapa tenga interacción y sea muy dinámico. Desde Tierra del Fuego hasta Río Negro y Neuquén la gente va y viene”.

Los mapas de Saborido pueden utilizarse en la totalidad de los campos, desde la aviación, el trabajo ganadero, el turismo rural y el deporte de aventura. “Hay una descripción diferente de los parajes, estancias y campos y fundamentalmente, el comportamiento de ríos y fuentes de agua. Tenemos por ejemplo una cuenca glaciaria que podría haber solucionado los problemas de agua de Comodoro, solamente con un acueducto desde el río Santa Cruz. Podríamos haber llenado el Colhué Huapi hace muchos años y tener un vergel para crecer con soberanía alimentaria, es decir que haya una dinámica de hoja verde porque nos acostumbramos a que la verdura venga de afuera”.

Dentro de su espíritu creativo, proyecta un mapa de estado de rutas dinámico a partir de un diseño que permita interactuar con el sistema Google o App. “Hice un sistema de calificación para rutas que es interesante, muy fácil de utilizar y de aplicar. Detrás de eso está toda la ingeniería”.

Dice tener más de cien mil historias y relatos en su propia agenda perpetua. “Traté de esforzarme en lo que es Patagonia y que el contenido sea de calidad. Soy un desarrollador que no pierde de vista a los verdaderos investigadores, emprendedores e innovadores que están involucrados en un cambio porque la política viene un poco atrasada en ese aspecto”.

Saborido quien certificó mapas en el ex Instituto Geográfico Militar, dice contar con un material único en el país y en el mundo sobre Malvinas. “Tiene 42 metros y cuenta toda la historia desde cómo empezaron a llegar los barcos, cuál fue el primero que llegó y porqué la isla se llamó “Sansón” o “Isla de los gigantes”. Todo eso está escrito con su correspondiente fuente y en el mismo mapa. Tengo hasta las estampillas de Malvinas. No son cosas que tengo en un cajón y que solamente las conozco yo sino que las popularizo y las comparto”. Y describe que en ferias o exposiciones invita a caminar sobre un mapa de alto tránsito de las Islas Malvinas. “Primero no se animan y yo les digo que pisen porque es suelo argentino. No tengo una mirada simpática de los ingleses”, aclara.

Un mapa en dimensión tiene más de las 5.800 páginas de un libro y cada trabajo representa una guía visual imperdible. Diego Saborido se autodefine humildemente como “el google de la Patagonia” mientras disfruta de las charlas en las escuelas del interior, de la curiosidad y la búsqueda de respuestas y hasta de cierta incredulidad de quienes priorizan el uso de herramientas informáticas. “Lo que hago no lo hace ni lo hará la inteligencia artificial”, propone. La búsqueda no se detiene. Sigue recogiendo anécdotas, historias pueblerinas y mitos camperos a lo largo de la Patagonia; desde pueblos que casi no existen en los mapas “reales” hasta los habitantes que le dan razón de ser.

“Mi proyecto –agregó- es un libro de 1.200 páginas pero no en papel sino digital para que lo utilice cualquier persona en el mundo mediante mapas a código abierto que se puedan monetizar. A Google, Apple o Amazon se lo estoy sirviendo en bandeja para potenciar lo que estoy haciendo”.

Los mapas de Saborido pueden utilizarse en la totalidad de los campos.
21 ABR 2024 - 15:44

Por Ismael Tebes
REDACCIÓN JORNADA
itebes@grupojornada.com
En Twiter: @IsmaTebes

La confección de un mapa responde a las escalas; la orientación latitud-longitud y numerosos componentes técnicos. “Hacer uno relativamente bueno lleva como mínimo siete años pero eso también te da la versatilidad para diseñar una cartografía parecida. Chubut es más chico que Santa Cruz por ejemplo. Y hacer su mapa me llevó tres años y medio”. Los trabajos de Diego Saborido (68) son didácticos, diferentes, se “toca” la geografía misma y se conocen a través de ella, pequeñas historias de cada pueblo y paraje del sur extremo incluyendo un original mapa de las Islas Malvinas.

“No es un diferencial en el mapa, eso te acerca en el aspecto humano. Te lleva a encariñarte con cada una de las zonas, ver todo de manera diferente; detectar cañadones y manantiales. Es como estar viviendo en cada lugar pero estando a muchos kilómetros”.

Saborido se define como un investigador de la Patagonia que llegó para nunca irse. “Mi familia es de Mendoza, mi padre era perito minero y vivíamos en Buenos Aires hasta que lo destinaron para trabajar en Punta Bandera, cerca del Glaciar Perito Moreno”.

“En el mapa de Chile –explica- investigué a través de Cancillería el detalle de cada paso fronterizo y hasta la altura sobre el nivel del mar porque en el caso de Chile hay que subir alrededor de cuatro mil metros para pasar el límite. Eso hace que el mapa tenga interacción y sea muy dinámico. Desde Tierra del Fuego hasta Río Negro y Neuquén la gente va y viene”.

Los mapas de Saborido pueden utilizarse en la totalidad de los campos, desde la aviación, el trabajo ganadero, el turismo rural y el deporte de aventura. “Hay una descripción diferente de los parajes, estancias y campos y fundamentalmente, el comportamiento de ríos y fuentes de agua. Tenemos por ejemplo una cuenca glaciaria que podría haber solucionado los problemas de agua de Comodoro, solamente con un acueducto desde el río Santa Cruz. Podríamos haber llenado el Colhué Huapi hace muchos años y tener un vergel para crecer con soberanía alimentaria, es decir que haya una dinámica de hoja verde porque nos acostumbramos a que la verdura venga de afuera”.

Dentro de su espíritu creativo, proyecta un mapa de estado de rutas dinámico a partir de un diseño que permita interactuar con el sistema Google o App. “Hice un sistema de calificación para rutas que es interesante, muy fácil de utilizar y de aplicar. Detrás de eso está toda la ingeniería”.

Dice tener más de cien mil historias y relatos en su propia agenda perpetua. “Traté de esforzarme en lo que es Patagonia y que el contenido sea de calidad. Soy un desarrollador que no pierde de vista a los verdaderos investigadores, emprendedores e innovadores que están involucrados en un cambio porque la política viene un poco atrasada en ese aspecto”.

Saborido quien certificó mapas en el ex Instituto Geográfico Militar, dice contar con un material único en el país y en el mundo sobre Malvinas. “Tiene 42 metros y cuenta toda la historia desde cómo empezaron a llegar los barcos, cuál fue el primero que llegó y porqué la isla se llamó “Sansón” o “Isla de los gigantes”. Todo eso está escrito con su correspondiente fuente y en el mismo mapa. Tengo hasta las estampillas de Malvinas. No son cosas que tengo en un cajón y que solamente las conozco yo sino que las popularizo y las comparto”. Y describe que en ferias o exposiciones invita a caminar sobre un mapa de alto tránsito de las Islas Malvinas. “Primero no se animan y yo les digo que pisen porque es suelo argentino. No tengo una mirada simpática de los ingleses”, aclara.

Un mapa en dimensión tiene más de las 5.800 páginas de un libro y cada trabajo representa una guía visual imperdible. Diego Saborido se autodefine humildemente como “el google de la Patagonia” mientras disfruta de las charlas en las escuelas del interior, de la curiosidad y la búsqueda de respuestas y hasta de cierta incredulidad de quienes priorizan el uso de herramientas informáticas. “Lo que hago no lo hace ni lo hará la inteligencia artificial”, propone. La búsqueda no se detiene. Sigue recogiendo anécdotas, historias pueblerinas y mitos camperos a lo largo de la Patagonia; desde pueblos que casi no existen en los mapas “reales” hasta los habitantes que le dan razón de ser.

“Mi proyecto –agregó- es un libro de 1.200 páginas pero no en papel sino digital para que lo utilice cualquier persona en el mundo mediante mapas a código abierto que se puedan monetizar. A Google, Apple o Amazon se lo estoy sirviendo en bandeja para potenciar lo que estoy haciendo”.