Editorial / Anatomía de un despojo

El tradicional análisis de la semana política. Milei profundiza su modelo anarcocapitalista y empieza a tener problemas de sustentabilidad.

MIlei en el Luna Park. Mucho show fascistoide y poca empatía social.
25 MAY 2024 - 19:05 | Actualizado 25 MAY 2024 - 19:12

La revelación del dato de que existen unos 5 millones de kilos de alimentos guardados -es decir, sin ser entregados a los comedores sociales que necesitan esos insumos básicos- que fueron comprados durante el gobierno de Alberto Fernández y que se empiezan a pudrir sin poder ser consumidos por la gente que los necesita para subsistir, demuestra que el Gobierno libertario de Javier Milei está empecinado en ser cada día un poco peor.

Las encuestas que aún ante todas las brutalidades cometidas en estos casi seis meses de gobierno todavía lo muestran encumbrado en la consideración de la “mayoría” de la gente (en el caso de que se demuestre que esos trabajos arrojan resultados científicos), no pueden soslayar las barbaridades que Milei y sus secuaces vienen cometiendo para empeorar un poco más cada día la situación económica de la gran mayoría de los argentinos y en beneficio de los sectores más poderosos, los verdaderos beneficiarios de este despojo. Como si fuera poco, decidieron aniquilar las redes de contención social que, le pese a quien le pese, fueron sostenidas por los gobiernos peronistas y hasta el del propio Mauricio Macri, que entendió que el “cambio” que proponía no se podía hacer sin la contención de los más desprotegidos.

Por qué un Gobierno que retiene leche en polvo, aceite, fideos, puré de tomate, garbanzos, harinas de trigo y maíz, arroz, carne y yerba -por poner algunas de las cosas que se están pudriendo en los galpones oficiales- sigue teniendo un alto nivel de aceptación entre la gente es una situación que habla más de quienes avalan con su silencio esta forma de gobernar que del grupo de energúmenos que detentan el poder.

Genios del mal

Cada día, casi a cada hora, el Gobierno de Milei da una muestra más de estar gobernando no sólo en contra de los intereses del Pueblo sino que, para sorpresa de muchos, en alguna medida también de los sectores económicos más encumbrados que advierten que la pasión presidencial por Elon Musk o Mark Zuckerberg es en detrimento de ellos.

A saber:

- Esta semana se supo que el gasoducto Néstor Kirchner transporta 11 millones de metros cúbicos de gas por día, pero podría estar transportando el doble. Es decir, 22 millones de metros cúbicos si el Gobierno no le hubiera recortado los fondos a las constructoras a cargo de las obras. Milei -y el inefable “Toto” Caputo- prefirieron mantener una deuda de 40 millones con las empresas que lo están terminando, lo que impidió terminar las plantas para este invierno. Semejante genialidad se completa con obligación que tendrá el país ahora de importar combustibles líquidos de urgencia por 500 millones para afrontar el faltante de gas en pleno invierno.

- La famosa “salida en V” de la economía, ese rebote que vienen anunciando desde que asumieron (una especie de “segundo semestre” de Macri, pero más dañino) ya no encuentra adherentes en la runfla de economistas liberales que venían apoyando casi sin fisuras. Más bien, empiezan a advertir que las presuntas bondades del anarcocapitalismo ya no sólo son una sentencia de muerte para muchos sectores sociales y económicos más desprotegidos, sino una amenaza para los capitales más concentrados ante la apertura indiscriminada que Milei pretende para su modelo libertario.

- La incertidumbre que empieza a flotar ante las inconsistencias del programa económico, sumado al desquicio “in crescendo” de Milei, que no para de viajar, hacer papelones diplomáticos o convocar a un show bizarro en el Luna Park, no son gratuitos. La escalada delriesgo paísa los1.400 puntosno es otra cosa que un gesto de desconfianza del “establishment” financiero, que si bien ha venido bancando a Milei en estos meses, le empieza a sacar el cuerpo a las excentricidades personales y políticas.Lo de siempre: lo acompañarán gustosos pero sólo hasta la puerta del cementerio.

- La corrida cambiaria de la semana pasada puso en evidencia -por si hiciera falta algo más- que el “plan maestro” que pusieron en marcha Milei y Caputo para dinamitar la economía con inflación alta, aumento desenfrenado de tarifas y “déficit cero” a costa de no pagar casi ninguna de las obligaciones del Estado nacional, no es una genialidad surgida de la Escuela Austríaca sino un signo de la precariedad con la que se pretende estabilizar la economía. Parecen improvisados porque son unos verdaderos improvisados.

- La liquidación de exportaciones agrarias por debajo del promedio de los últimos cinco años -según un informe de la semana pasada de Coninagro-, pone a Milei en el mismo nivel que el campo ha puesto a cuanto presidente ha pasado por la Casa Rosada en los últimos años, sobre todo después del boom de la soja. El sector del campo más concentrado podrá ser antiperonista, liberal y hasta adherir a algunos gestos libertarios, pero no come vidrio. Ni tampoco les cree a Milei y Caputo cuando dicen que no habrá un nuevo salto cambiario, como el 118% de diciembre pasado. El campo sigue haciendo lo que mejor les sale: presionar para que el dólar se siga apreciando y tener mayores ganancias a la hora de liquidar sus granos. Con Cristina, con Alberto o con Javier Gerardo, al campo le interesan los dólares, no quién está sentado en el sillón de Rivadavia.

El chico de la tapa

La tapa de la revista Time que lo puso a Milei como “The Radical” fue celebrada por muchos libertarios como la confirmación de que el líder mundial que ellos creen estar ayudando a construir empieza a traspasar las fronteras de la Argentina.

Pues bien, o no entendieron el artículo o prefirieron -como suelen hacer- tragarse los mensajes ya masticados por los periodistas militantes que ahora son serios, no como los periodistas militantes de antes, que eran feos, sucios y malos.

La tapa de Time que los libertarios no entendieron.

Lo que una de las revistas internacionales más importantes del mundo hizo fue describir a Milei como un populista de ultraderecha, que está teniendo serias dificultades para acomodar la economía y del que dijo que “tiene cinco mastines con los que se comunica telepáticamente” y que tiene una hermana llamada Karina a la que definió como “una ex tarotista que vendía tortas por Instagram”.

Parafraseando al Presidente, “es decir, o sea, digamos”, lo que advierte Time es que se trata de un tipo peligroso que no acierta con la economía y que la sigue agravando; que persigue a la prensa; pero que todavía tiene cierto respaldo social.

Una frase final del texto de Time, firmado por la periodista Vera Bergengruen, resume la visión que tienen muchos en el mundo y algunos -cada vez más- en Argentina: “Es posible que a Milei se le esté acabando el tiempo antes de que su apoyo popular se desmorone.”

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MIlei en el Luna Park. Mucho show fascistoide y poca empatía social.
25 MAY 2024 - 19:05

La revelación del dato de que existen unos 5 millones de kilos de alimentos guardados -es decir, sin ser entregados a los comedores sociales que necesitan esos insumos básicos- que fueron comprados durante el gobierno de Alberto Fernández y que se empiezan a pudrir sin poder ser consumidos por la gente que los necesita para subsistir, demuestra que el Gobierno libertario de Javier Milei está empecinado en ser cada día un poco peor.

Las encuestas que aún ante todas las brutalidades cometidas en estos casi seis meses de gobierno todavía lo muestran encumbrado en la consideración de la “mayoría” de la gente (en el caso de que se demuestre que esos trabajos arrojan resultados científicos), no pueden soslayar las barbaridades que Milei y sus secuaces vienen cometiendo para empeorar un poco más cada día la situación económica de la gran mayoría de los argentinos y en beneficio de los sectores más poderosos, los verdaderos beneficiarios de este despojo. Como si fuera poco, decidieron aniquilar las redes de contención social que, le pese a quien le pese, fueron sostenidas por los gobiernos peronistas y hasta el del propio Mauricio Macri, que entendió que el “cambio” que proponía no se podía hacer sin la contención de los más desprotegidos.

Por qué un Gobierno que retiene leche en polvo, aceite, fideos, puré de tomate, garbanzos, harinas de trigo y maíz, arroz, carne y yerba -por poner algunas de las cosas que se están pudriendo en los galpones oficiales- sigue teniendo un alto nivel de aceptación entre la gente es una situación que habla más de quienes avalan con su silencio esta forma de gobernar que del grupo de energúmenos que detentan el poder.

Genios del mal

Cada día, casi a cada hora, el Gobierno de Milei da una muestra más de estar gobernando no sólo en contra de los intereses del Pueblo sino que, para sorpresa de muchos, en alguna medida también de los sectores económicos más encumbrados que advierten que la pasión presidencial por Elon Musk o Mark Zuckerberg es en detrimento de ellos.

A saber:

- Esta semana se supo que el gasoducto Néstor Kirchner transporta 11 millones de metros cúbicos de gas por día, pero podría estar transportando el doble. Es decir, 22 millones de metros cúbicos si el Gobierno no le hubiera recortado los fondos a las constructoras a cargo de las obras. Milei -y el inefable “Toto” Caputo- prefirieron mantener una deuda de 40 millones con las empresas que lo están terminando, lo que impidió terminar las plantas para este invierno. Semejante genialidad se completa con obligación que tendrá el país ahora de importar combustibles líquidos de urgencia por 500 millones para afrontar el faltante de gas en pleno invierno.

- La famosa “salida en V” de la economía, ese rebote que vienen anunciando desde que asumieron (una especie de “segundo semestre” de Macri, pero más dañino) ya no encuentra adherentes en la runfla de economistas liberales que venían apoyando casi sin fisuras. Más bien, empiezan a advertir que las presuntas bondades del anarcocapitalismo ya no sólo son una sentencia de muerte para muchos sectores sociales y económicos más desprotegidos, sino una amenaza para los capitales más concentrados ante la apertura indiscriminada que Milei pretende para su modelo libertario.

- La incertidumbre que empieza a flotar ante las inconsistencias del programa económico, sumado al desquicio “in crescendo” de Milei, que no para de viajar, hacer papelones diplomáticos o convocar a un show bizarro en el Luna Park, no son gratuitos. La escalada delriesgo paísa los1.400 puntosno es otra cosa que un gesto de desconfianza del “establishment” financiero, que si bien ha venido bancando a Milei en estos meses, le empieza a sacar el cuerpo a las excentricidades personales y políticas.Lo de siempre: lo acompañarán gustosos pero sólo hasta la puerta del cementerio.

- La corrida cambiaria de la semana pasada puso en evidencia -por si hiciera falta algo más- que el “plan maestro” que pusieron en marcha Milei y Caputo para dinamitar la economía con inflación alta, aumento desenfrenado de tarifas y “déficit cero” a costa de no pagar casi ninguna de las obligaciones del Estado nacional, no es una genialidad surgida de la Escuela Austríaca sino un signo de la precariedad con la que se pretende estabilizar la economía. Parecen improvisados porque son unos verdaderos improvisados.

- La liquidación de exportaciones agrarias por debajo del promedio de los últimos cinco años -según un informe de la semana pasada de Coninagro-, pone a Milei en el mismo nivel que el campo ha puesto a cuanto presidente ha pasado por la Casa Rosada en los últimos años, sobre todo después del boom de la soja. El sector del campo más concentrado podrá ser antiperonista, liberal y hasta adherir a algunos gestos libertarios, pero no come vidrio. Ni tampoco les cree a Milei y Caputo cuando dicen que no habrá un nuevo salto cambiario, como el 118% de diciembre pasado. El campo sigue haciendo lo que mejor les sale: presionar para que el dólar se siga apreciando y tener mayores ganancias a la hora de liquidar sus granos. Con Cristina, con Alberto o con Javier Gerardo, al campo le interesan los dólares, no quién está sentado en el sillón de Rivadavia.

El chico de la tapa

La tapa de la revista Time que lo puso a Milei como “The Radical” fue celebrada por muchos libertarios como la confirmación de que el líder mundial que ellos creen estar ayudando a construir empieza a traspasar las fronteras de la Argentina.

Pues bien, o no entendieron el artículo o prefirieron -como suelen hacer- tragarse los mensajes ya masticados por los periodistas militantes que ahora son serios, no como los periodistas militantes de antes, que eran feos, sucios y malos.

La tapa de Time que los libertarios no entendieron.

Lo que una de las revistas internacionales más importantes del mundo hizo fue describir a Milei como un populista de ultraderecha, que está teniendo serias dificultades para acomodar la economía y del que dijo que “tiene cinco mastines con los que se comunica telepáticamente” y que tiene una hermana llamada Karina a la que definió como “una ex tarotista que vendía tortas por Instagram”.

Parafraseando al Presidente, “es decir, o sea, digamos”, lo que advierte Time es que se trata de un tipo peligroso que no acierta con la economía y que la sigue agravando; que persigue a la prensa; pero que todavía tiene cierto respaldo social.

Una frase final del texto de Time, firmado por la periodista Vera Bergengruen, resume la visión que tienen muchos en el mundo y algunos -cada vez más- en Argentina: “Es posible que a Milei se le esté acabando el tiempo antes de que su apoyo popular se desmorone.”


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