La agonía de "Luz" y el final que nunca nadie hubiera querido
La gatita de un mes y medio fue encontrada sangrando en la calle. En sus últimos siete recibió los cuidados y el cariño que nunca tuvo. Una familia estaba esperándola para adoptarla. Tuvieron que aplicarle la eutanasia
El martes pasado le aplicaron la eutanasia a “Luz”, una gatita de un mes y medio de vida que encontraron tirada en una calle de Trelew.
El animal tenía manchas de sangre en la cabeza y signos de que había sido arrastrada, seguramente producto de un choque. Valentina fue quien la encontró en la calle.
La gatita sin nombre fue apodada “Luz”, precisamente porque se convirtió en la llama encendida que movilizó a rescatistas, vecinos y veterinarios que hicieron una cruzada.
El refugio Patitas Trelew tomó la posta el 14 de mayo cuando la encontraron desangrándose y la llevaron a una veterinaria donde le colocaron oxígeno.
La gatita se estaba ahogando con su propia sangre que le salía por la boca y la nariz. Los pronósticos no eran alentadores: estaba en coma, tenía hemorragias internas y el final parecía cerca.
Sin embargo, al quinto día, hubo una luz de esperanza: abrió los ojos celestes y estuvo un rato despierta hasta que volvió a su más profundo sueño.
Para ese entonces, la gatita ya había movilizado a decenas de vecinos que se sumaron a la causa y la bautizaron “Luz”.
Luz permaneció los últimos siete días dormida, alimentada con suero y recibió de desconocidos el calor que nunca tuvo.
Una semana después “Luz” se apagó para siempre. Si los gatos tienen siete vidas Luz vivió cada una de estas vidas como si fuera la última.
Los días que pasó en coma Luz recibía visitas de personas que estaban seguras que la gata las escuchaba del otro lado.
“Hasta le prepararon caldo de huesos para ver si la levantaba, pero no hubo suerte”, contó alguien que estuvo ahí.
Antes de aplicarle la eutanasia, fueron a buscar a Valentina, la chica que la rescató moribunda, y la despidieron como ella hubiera querido.
“Muchas personas llegaron a amarla y ya tenía familia para cuando le den el alta. Ese día nunca llegó”, dijeron los que la vieron por última vez.
El martes pasado le aplicaron la eutanasia a “Luz”, una gatita de un mes y medio de vida que encontraron tirada en una calle de Trelew.
El animal tenía manchas de sangre en la cabeza y signos de que había sido arrastrada, seguramente producto de un choque. Valentina fue quien la encontró en la calle.
La gatita sin nombre fue apodada “Luz”, precisamente porque se convirtió en la llama encendida que movilizó a rescatistas, vecinos y veterinarios que hicieron una cruzada.
El refugio Patitas Trelew tomó la posta el 14 de mayo cuando la encontraron desangrándose y la llevaron a una veterinaria donde le colocaron oxígeno.
La gatita se estaba ahogando con su propia sangre que le salía por la boca y la nariz. Los pronósticos no eran alentadores: estaba en coma, tenía hemorragias internas y el final parecía cerca.
Sin embargo, al quinto día, hubo una luz de esperanza: abrió los ojos celestes y estuvo un rato despierta hasta que volvió a su más profundo sueño.
Para ese entonces, la gatita ya había movilizado a decenas de vecinos que se sumaron a la causa y la bautizaron “Luz”.
Luz permaneció los últimos siete días dormida, alimentada con suero y recibió de desconocidos el calor que nunca tuvo.
Una semana después “Luz” se apagó para siempre. Si los gatos tienen siete vidas Luz vivió cada una de estas vidas como si fuera la última.
Los días que pasó en coma Luz recibía visitas de personas que estaban seguras que la gata las escuchaba del otro lado.
“Hasta le prepararon caldo de huesos para ver si la levantaba, pero no hubo suerte”, contó alguien que estuvo ahí.
Antes de aplicarle la eutanasia, fueron a buscar a Valentina, la chica que la rescató moribunda, y la despidieron como ella hubiera querido.
“Muchas personas llegaron a amarla y ya tenía familia para cuando le den el alta. Ese día nunca llegó”, dijeron los que la vieron por última vez.