- Por Esteban Gallo
La Comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia de la Legislatura provincial dictaminó a favor de la admisibilidad del pedido de Juicio Político presentado por el diputado de Arriba Chubut, Emanuel Coliñir, contra el ministro del Superior Tribunal Alejandro Panizzi y remitió las actuaciones a la Sala de Acusar.
Los legisladores encontraron sustento en una denuncia que pone al alto funcionario judicial en el camino de su destitución.
Entre otras conductas, se cuestiona la falta de imparcialidad de Panizzi, reflejada en la gran cantidad de mensajes escritos en redes sociales, en donde expresa una fuerte animosidad contra el Partido Justicialista en general y el kirchnerismo en particular. Algunos de esos comentarios son de autoría propia, pero hay también registros de videos elaborados por conocidos influencers anti peronistas que el magistrado judicial comparte con fruición en sus medios digitales.
La Constitución provincial no anda con vueltas cuando se refiere al concepto de imparcialidad que rige la labor de los funcionarios judiciales.
El artículo 174 dice taxativamente: “ningún magistrado o funcionario perteneciente al Poder Judicial puede intervenir en acto alguno de propaganda electoral o política” y agrega que “quienes lo hagan incurren en falta grave a los efectos de su enjuiciamiento o remoción”.
Más claro que el agua. Ningún juez de la provincia, y mucho menos un miembro de la Corte provincial, que tiene que dar el ejemplo, está facultado para hacer comentarios ni a favor ni en contra del peronismo, el radicalismo, la Libertad Avanza, la izquierda o la derecha. Si lo hace, está violando el principio de neutralidad, como dice la carta magna, pero además no refleja la seriedad que debe distinguir los actos de una persona que ocupa el cargo judicial más honorable al que se puede aspirar en la provincia. Esa es la razón por la que los demás ministros y ministras no lo hacen.
Pero el comportamiento desbocado de Panizzi se extiende puertas hacia adentro del Poder Judicial, como lo especifica la denuncia de Coliñir. El diputado menciona un episodio que relatamos en este programa hace un tiempo atrás, referido a una denuncia realizada por Panizzi contra el Dr. Enrique Maglione cuando era presidente del Consejo de la Mgistratura, por el nombramiento de un secretario. El caso terminó en el Superior Tribunal y en esa instancia los Dres. Ricardo Napolitani y Adrian Barrios fallaron a favor de Maglione, lo que desató la ira de Panizzi.
Sin medir ninguna consecuencia, el irascible ministro del Superior escribió en las redes:
-Hay jueces corruptos que avalan, perdonan o justifican la corrupción Nap…(Por Napolitani) Barr…(por Barrios), y Vaia Vaia (agregó con el toque humorístico que lo caracteriza).
Después lo borró, pero el daño ya estaba hecho, no solamente porque nunca denunció a quienes acusó alegremente de corruptos, sino que además dinamitó la relación con sus pares. ¿Quién se recupera de semejante afrenta?
Hay una tercera denuncia contra Panizzi, por un caso de supuesto maltrato, abuso de poder y violencia de género, que habría ejercido contra algunas integrantes del Consejo de la Magistratura. Se habla de exabruptos, improperios y vulgaridades, que quedaron reflejadas en el grupo de whatsapp del organismo judicial.
La denuncia nos remite inexorablemente a otro episodio de características similares que se ventiló en el turbulento jury que se le inicio a Panizzi en 2013 a instancias de los ministros José Luis Pasutti, Fernando Roger y Daniel Caneo.
En aquella oportunidad, la agraviada fue la Dra. Maria Carolina Arrigone, quien cumplía funciones como relatora civil del Superior Tribunal.
Según reveló la abogada en aquel escandaloso juicio, su superior le dijo: “Vos no entendés lo que te pido, tu trabajo es una mierda y quiero que te vayas de acá”.
Ya pasaron 10 años de aquel papelón histórico, del que Panizzi logró zafar. El sostiene que logró su cometido gracias a la pericia de su defensor Alfredo Pérez Galimbertti. Nadie puede desconocer las virtudes del calificado abogado, pero todo el mundo sabe que el magistrado esquivó las balas porque tuvo el apoyo del gobernador Das Neves, que no solo lideraba a sus diputados, sino que además ejercía influencia en los otros bloques del parlamento.
El problema de Panizzi es que se quedó sin protectores políticos y que hay una dirigencia que, cansada de sus desatinos, ya le soltó la mano.
Es el problema de los que todo el tiempo juegan con fuego. Tarde o temprano, se queman.
- Por Esteban Gallo
La Comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia de la Legislatura provincial dictaminó a favor de la admisibilidad del pedido de Juicio Político presentado por el diputado de Arriba Chubut, Emanuel Coliñir, contra el ministro del Superior Tribunal Alejandro Panizzi y remitió las actuaciones a la Sala de Acusar.
Los legisladores encontraron sustento en una denuncia que pone al alto funcionario judicial en el camino de su destitución.
Entre otras conductas, se cuestiona la falta de imparcialidad de Panizzi, reflejada en la gran cantidad de mensajes escritos en redes sociales, en donde expresa una fuerte animosidad contra el Partido Justicialista en general y el kirchnerismo en particular. Algunos de esos comentarios son de autoría propia, pero hay también registros de videos elaborados por conocidos influencers anti peronistas que el magistrado judicial comparte con fruición en sus medios digitales.
La Constitución provincial no anda con vueltas cuando se refiere al concepto de imparcialidad que rige la labor de los funcionarios judiciales.
El artículo 174 dice taxativamente: “ningún magistrado o funcionario perteneciente al Poder Judicial puede intervenir en acto alguno de propaganda electoral o política” y agrega que “quienes lo hagan incurren en falta grave a los efectos de su enjuiciamiento o remoción”.
Más claro que el agua. Ningún juez de la provincia, y mucho menos un miembro de la Corte provincial, que tiene que dar el ejemplo, está facultado para hacer comentarios ni a favor ni en contra del peronismo, el radicalismo, la Libertad Avanza, la izquierda o la derecha. Si lo hace, está violando el principio de neutralidad, como dice la carta magna, pero además no refleja la seriedad que debe distinguir los actos de una persona que ocupa el cargo judicial más honorable al que se puede aspirar en la provincia. Esa es la razón por la que los demás ministros y ministras no lo hacen.
Pero el comportamiento desbocado de Panizzi se extiende puertas hacia adentro del Poder Judicial, como lo especifica la denuncia de Coliñir. El diputado menciona un episodio que relatamos en este programa hace un tiempo atrás, referido a una denuncia realizada por Panizzi contra el Dr. Enrique Maglione cuando era presidente del Consejo de la Mgistratura, por el nombramiento de un secretario. El caso terminó en el Superior Tribunal y en esa instancia los Dres. Ricardo Napolitani y Adrian Barrios fallaron a favor de Maglione, lo que desató la ira de Panizzi.
Sin medir ninguna consecuencia, el irascible ministro del Superior escribió en las redes:
-Hay jueces corruptos que avalan, perdonan o justifican la corrupción Nap…(Por Napolitani) Barr…(por Barrios), y Vaia Vaia (agregó con el toque humorístico que lo caracteriza).
Después lo borró, pero el daño ya estaba hecho, no solamente porque nunca denunció a quienes acusó alegremente de corruptos, sino que además dinamitó la relación con sus pares. ¿Quién se recupera de semejante afrenta?
Hay una tercera denuncia contra Panizzi, por un caso de supuesto maltrato, abuso de poder y violencia de género, que habría ejercido contra algunas integrantes del Consejo de la Magistratura. Se habla de exabruptos, improperios y vulgaridades, que quedaron reflejadas en el grupo de whatsapp del organismo judicial.
La denuncia nos remite inexorablemente a otro episodio de características similares que se ventiló en el turbulento jury que se le inicio a Panizzi en 2013 a instancias de los ministros José Luis Pasutti, Fernando Roger y Daniel Caneo.
En aquella oportunidad, la agraviada fue la Dra. Maria Carolina Arrigone, quien cumplía funciones como relatora civil del Superior Tribunal.
Según reveló la abogada en aquel escandaloso juicio, su superior le dijo: “Vos no entendés lo que te pido, tu trabajo es una mierda y quiero que te vayas de acá”.
Ya pasaron 10 años de aquel papelón histórico, del que Panizzi logró zafar. El sostiene que logró su cometido gracias a la pericia de su defensor Alfredo Pérez Galimbertti. Nadie puede desconocer las virtudes del calificado abogado, pero todo el mundo sabe que el magistrado esquivó las balas porque tuvo el apoyo del gobernador Das Neves, que no solo lideraba a sus diputados, sino que además ejercía influencia en los otros bloques del parlamento.
El problema de Panizzi es que se quedó sin protectores políticos y que hay una dirigencia que, cansada de sus desatinos, ya le soltó la mano.
Es el problema de los que todo el tiempo juegan con fuego. Tarde o temprano, se queman.