Una mujer ingresa a un maxi kiosco del centro de la calle Pellegrini de Trelew, saluda a un cliente, le pide permiso a la empleada para abrir la caja registradora, toma el dinero, le da el monitor y el CPU a su cómplice, y antes de irse, se lleva una cerveza ychocolates.
La escena, por demás confusa, tuvo lugar el domingo a las 20 horas en un comercio, y quedó registrada en las cámaras de seguridad del local.
El dueño del kiosco, con las imágenes en la mano, denunció por “hurto” a la persona que se llevó el dinero, el monitor y la mercadería, en la Comisaría Cuarta.
La denunciada no es otra que la exesposa del dueño, quien justificó que se llevaba “cosas que le correspondían”.
Según consta en la denuncia, la empleada llamó al dueño del kiosco, que estaba viendo una película en el cine y le avisó que se había llevado dinero, la computadora, un pack de cervezas y chocolates.
El denunciante declaró que el mismo domingo, al mediodía, la expareja apareció en su casa y se llevó dinero, una computadora, ropa y una olla de cocina.
El damnificado reconoció que no sabía quién era el cómplice, un chico al que se lo ve hablando con la empleada y luego ayuda a la mujer a cargar la computadora.
Una mujer ingresa a un maxi kiosco del centro de la calle Pellegrini de Trelew, saluda a un cliente, le pide permiso a la empleada para abrir la caja registradora, toma el dinero, le da el monitor y el CPU a su cómplice, y antes de irse, se lleva una cerveza ychocolates.
La escena, por demás confusa, tuvo lugar el domingo a las 20 horas en un comercio, y quedó registrada en las cámaras de seguridad del local.
El dueño del kiosco, con las imágenes en la mano, denunció por “hurto” a la persona que se llevó el dinero, el monitor y la mercadería, en la Comisaría Cuarta.
La denunciada no es otra que la exesposa del dueño, quien justificó que se llevaba “cosas que le correspondían”.
Según consta en la denuncia, la empleada llamó al dueño del kiosco, que estaba viendo una película en el cine y le avisó que se había llevado dinero, la computadora, un pack de cervezas y chocolates.
El denunciante declaró que el mismo domingo, al mediodía, la expareja apareció en su casa y se llevó dinero, una computadora, ropa y una olla de cocina.
El damnificado reconoció que no sabía quién era el cómplice, un chico al que se lo ve hablando con la empleada y luego ayuda a la mujer a cargar la computadora.