Por Martín Tacón / Redacción Jornada
¿De qué hablamos cuando decimos grooming? La Dra. Vanina Botta (MP 2536) especialista en psiquiatría y médica especialista en medicina legal y forense, explica que el grooming se da cuando un adulto se contacta a través de redes sociales u otros dispositivos virtuales de comunicación con niños, niñas y adolescentes, con fines sexuales.
El modus operandi de los abusadores sigue un patrón. Al principio entablan una relación, una suerte de amistad donde los niños empiezan a tener confianza en esa persona que se hace pasar por un menor de edad. Los acosadores (o groomers, como se los llama) saben exactamente qué lenguaje o emojis utilizar y conocen los códigos con los que se comunican los jóvenes.
Las fases de vinculación avanzan lentamente hasta que en algún momento comienzan los halagos, las insinuaciones sexuales y el pedido concreto de fotos o videos. A veces hacen videollamadas o se cumple la premisa de un encuentro real. Ahí es donde sucede el abuso sexual.
El abuso o la violación puede estar seguida de muerte. Conocemos el caso de Micaela Ortega, de 12 años, oriunda de Bahía Blanca, que concretó una cita con una “amiga” de Facebook. Su nombre era “Rochi de River”, y decía tener la misma edad. Sin embargo, Micaela se encontró con Jonathan Luna, de 26 años, quien abusó sexualmente de ella y la mató.
“Las nuevas formas de comunicación, las nuevas tecnologías y las redes llegaron para quedarse y el mundo virtual también tiene un lado oscuro”, dice la doctora Botta.
Las vías más utilizadas por los groomers son las mismas que utilizan los jóvenes. En su momento fue Facebook, aunque ahora se usa más Instagram y Snapchat. Incluso en los juegos digitales, como Play Station, pueden mezclarse las identidades.
“El abusador y acosar entiende perfectamente cómo es el idioma que manejan los pibes, entienden los códigos. Tienen mucho tiempo y esto se da en varias fases. En la primera charla no le piden fotos o desnudo, sino que hay todo un trabajo minucioso”.
A través de una imagen de perfil falsa, el abusador comparte gustos en común y construye un vínculo de amistad hasta que los chicos comienzan a contar cosas íntimas y datos concretos de su vida familiar.
“Después de un tiempo, se inicia el pedido de material erótico. El acoso continúa hasta que los pibes acceden a encontrarse o mandarles fotos”.
Esas fotos o materiales pornográficos terminan luego en el tráfico de material sexual infantil. Una red atroz que hace de la inocencia del niño un material de venta comercial.
Un "balazo" al psiquismo
La doctoraBotta señala un punto de partida para esta problemática, y es que se tienen la idea equivocada de que los chicos "saben mucho" del mundo digital. Se cree que por ser nativos digitales, los chicos de la nueva generación la tienen “más clara” que los adultos. Es un error.
Los casos de grooming señalan otra cosa. “Hablamos de la seguridad de los chicos mientras navegan, y también de la imposibilidad de distinguir a esa edad un estafador o un acosador. Esto no tiene que ver con que la tienen más clara que los adultos en las redes, sino que igualmente tenemos que estar presentes y darles herramientas para que se defienden”.
Según la especialista en psiquiatría es fundamental entender que, si bien se utiliza el término “mundo virtual”, esto ocurre en un plano de la realidad. “Pasa en serio”, dice. “Las secuelas de un abuso para un joven es como un balazo al psiquismo. Deja huellas y hace daño”.
Aun cuando no se concreta un encuentro real, una experiencia de este tipo deja en los jóvenes un daño psicológico grave, quizás irreparable.
Perfiles de los acosadores: ¿cómo detectarlos?
Desde la psiquiatría forense no hay un perfil único de abusadores, violadores o acosadores. Existen diferentes tipos de personalidades y comparten rasgos en común.
¿Qué rasgos comparten? La capacidad de mentir, la manipulación, el nivel de sometimiento y poder sobre el menor. En el fondo, no dejan de ser relaciones desiguales entre un adulto que se acerca sexualmente a un niño o niña.
"Cuando se habla de groomers se piensa en una edad joven, entre 20 y 35 años. Es un perfil que requiere tener tiempo libre y la capacidad mental para estudiar cómo se comunican los chicos, qué palabras usan, cuáles son sus gustos y cómo son los códigos de comunicación".
Se calcula que un groomer es capaz de gestionar hasta diez perfiles falsos, a través de los cuales acceden a diferentes grupos de menores.
“El groomer, sin embargo, no es un enfermo", enfatiza Botta. "Se habla de que el violador es un enfermo mental, pero no es así. Son imputables, entienden y comprenden lo que están haciendo. De hecho, requieren de un montón de habilidades mentales y un cerebro para hacer lo que hacen”.
Esto supone un riesgo mayor porque los padres no saben qué hacer ante esta situación. El hecho de creer que los chicos poseen mayor conocimiento en redes sociales termina traicionando a los adultos.
“Hay que pensar: uno no dejaría a un hijo de 11 años ir a un boliche lleno de gente adulta desconocida y desinhibida, como pasa en las redes. La pregunta es ¿por qué los dejamos con tranquilidad dejar de comer e ir a tirarse a su cuarto con el celular?”.
La adolescencia, etapa clave
Hay una edad en que los chicos van acompañados a la escuela, hasta que los padres sienten que están listos para ir solos. Pero en las redes, los chicos están siempre solos, en un mundo de anonimatos donde el acosador no está presente y se oculta tras diversas máscaras.
Esto se mezcla con una erotización temprana de los menores, especialmente de las nenas, a las que se las expone a vestirlas de chicas sexy para gustar y ser objeto de deseo para los varones.
El grooming sucede durante este período de maduración crucial en la vida, con la dificultad que atraviesan los padres al ver que sus hijos adolescentes no les hacen caso.
“Es difícil que los hijos nos muestren lo que están chateando. Lo importante es estar atentos a los signos e indicadores conductuales emocionales que podemos ver en los pibes que nos rodean y que están pasando por una situación de abuso”.
La desinhibición que existe detrás de un celular complejiza los vínculos y los peligros. En algunos casos, las fotos o videos que un menor envía a un acosador se hacen virales rápidamente. Es algo que también tienen que soportar.
“Les da mucha vergüenza contarlo porque supuestamente ellos conocen el medio digital, por eso terminan soportando esto con mucha soledad. Cuando se detecta esta situación hay que acompañar, consultar y hacer la denuncia”.
El tema se deriva en otros igualmente complejos como el ciberacoso, las extorsiones, el ciberbullying, inclusive en el juego y las apuestas online, donde también hay adultos induciendo y seduciendo a los jóvenes.
El Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia en Puerto Madryn, junto con el Ministerio Público Fiscal, realizará el jueves 15 de agosto una jornada de sensibilización sobre los riesgos del acoso en internet.
El evento se llevará a cabo en la seccional del sindicato,Av. Domecq García Nte. 290, con la Dra. Vanina Botta y el fiscal Fernando Blanco.
Por Martín Tacón / Redacción Jornada
¿De qué hablamos cuando decimos grooming? La Dra. Vanina Botta (MP 2536) especialista en psiquiatría y médica especialista en medicina legal y forense, explica que el grooming se da cuando un adulto se contacta a través de redes sociales u otros dispositivos virtuales de comunicación con niños, niñas y adolescentes, con fines sexuales.
El modus operandi de los abusadores sigue un patrón. Al principio entablan una relación, una suerte de amistad donde los niños empiezan a tener confianza en esa persona que se hace pasar por un menor de edad. Los acosadores (o groomers, como se los llama) saben exactamente qué lenguaje o emojis utilizar y conocen los códigos con los que se comunican los jóvenes.
Las fases de vinculación avanzan lentamente hasta que en algún momento comienzan los halagos, las insinuaciones sexuales y el pedido concreto de fotos o videos. A veces hacen videollamadas o se cumple la premisa de un encuentro real. Ahí es donde sucede el abuso sexual.
El abuso o la violación puede estar seguida de muerte. Conocemos el caso de Micaela Ortega, de 12 años, oriunda de Bahía Blanca, que concretó una cita con una “amiga” de Facebook. Su nombre era “Rochi de River”, y decía tener la misma edad. Sin embargo, Micaela se encontró con Jonathan Luna, de 26 años, quien abusó sexualmente de ella y la mató.
“Las nuevas formas de comunicación, las nuevas tecnologías y las redes llegaron para quedarse y el mundo virtual también tiene un lado oscuro”, dice la doctora Botta.
Las vías más utilizadas por los groomers son las mismas que utilizan los jóvenes. En su momento fue Facebook, aunque ahora se usa más Instagram y Snapchat. Incluso en los juegos digitales, como Play Station, pueden mezclarse las identidades.
“El abusador y acosar entiende perfectamente cómo es el idioma que manejan los pibes, entienden los códigos. Tienen mucho tiempo y esto se da en varias fases. En la primera charla no le piden fotos o desnudo, sino que hay todo un trabajo minucioso”.
A través de una imagen de perfil falsa, el abusador comparte gustos en común y construye un vínculo de amistad hasta que los chicos comienzan a contar cosas íntimas y datos concretos de su vida familiar.
“Después de un tiempo, se inicia el pedido de material erótico. El acoso continúa hasta que los pibes acceden a encontrarse o mandarles fotos”.
Esas fotos o materiales pornográficos terminan luego en el tráfico de material sexual infantil. Una red atroz que hace de la inocencia del niño un material de venta comercial.
Un "balazo" al psiquismo
La doctoraBotta señala un punto de partida para esta problemática, y es que se tienen la idea equivocada de que los chicos "saben mucho" del mundo digital. Se cree que por ser nativos digitales, los chicos de la nueva generación la tienen “más clara” que los adultos. Es un error.
Los casos de grooming señalan otra cosa. “Hablamos de la seguridad de los chicos mientras navegan, y también de la imposibilidad de distinguir a esa edad un estafador o un acosador. Esto no tiene que ver con que la tienen más clara que los adultos en las redes, sino que igualmente tenemos que estar presentes y darles herramientas para que se defienden”.
Según la especialista en psiquiatría es fundamental entender que, si bien se utiliza el término “mundo virtual”, esto ocurre en un plano de la realidad. “Pasa en serio”, dice. “Las secuelas de un abuso para un joven es como un balazo al psiquismo. Deja huellas y hace daño”.
Aun cuando no se concreta un encuentro real, una experiencia de este tipo deja en los jóvenes un daño psicológico grave, quizás irreparable.
Perfiles de los acosadores: ¿cómo detectarlos?
Desde la psiquiatría forense no hay un perfil único de abusadores, violadores o acosadores. Existen diferentes tipos de personalidades y comparten rasgos en común.
¿Qué rasgos comparten? La capacidad de mentir, la manipulación, el nivel de sometimiento y poder sobre el menor. En el fondo, no dejan de ser relaciones desiguales entre un adulto que se acerca sexualmente a un niño o niña.
"Cuando se habla de groomers se piensa en una edad joven, entre 20 y 35 años. Es un perfil que requiere tener tiempo libre y la capacidad mental para estudiar cómo se comunican los chicos, qué palabras usan, cuáles son sus gustos y cómo son los códigos de comunicación".
Se calcula que un groomer es capaz de gestionar hasta diez perfiles falsos, a través de los cuales acceden a diferentes grupos de menores.
“El groomer, sin embargo, no es un enfermo", enfatiza Botta. "Se habla de que el violador es un enfermo mental, pero no es así. Son imputables, entienden y comprenden lo que están haciendo. De hecho, requieren de un montón de habilidades mentales y un cerebro para hacer lo que hacen”.
Esto supone un riesgo mayor porque los padres no saben qué hacer ante esta situación. El hecho de creer que los chicos poseen mayor conocimiento en redes sociales termina traicionando a los adultos.
“Hay que pensar: uno no dejaría a un hijo de 11 años ir a un boliche lleno de gente adulta desconocida y desinhibida, como pasa en las redes. La pregunta es ¿por qué los dejamos con tranquilidad dejar de comer e ir a tirarse a su cuarto con el celular?”.
La adolescencia, etapa clave
Hay una edad en que los chicos van acompañados a la escuela, hasta que los padres sienten que están listos para ir solos. Pero en las redes, los chicos están siempre solos, en un mundo de anonimatos donde el acosador no está presente y se oculta tras diversas máscaras.
Esto se mezcla con una erotización temprana de los menores, especialmente de las nenas, a las que se las expone a vestirlas de chicas sexy para gustar y ser objeto de deseo para los varones.
El grooming sucede durante este período de maduración crucial en la vida, con la dificultad que atraviesan los padres al ver que sus hijos adolescentes no les hacen caso.
“Es difícil que los hijos nos muestren lo que están chateando. Lo importante es estar atentos a los signos e indicadores conductuales emocionales que podemos ver en los pibes que nos rodean y que están pasando por una situación de abuso”.
La desinhibición que existe detrás de un celular complejiza los vínculos y los peligros. En algunos casos, las fotos o videos que un menor envía a un acosador se hacen virales rápidamente. Es algo que también tienen que soportar.
“Les da mucha vergüenza contarlo porque supuestamente ellos conocen el medio digital, por eso terminan soportando esto con mucha soledad. Cuando se detecta esta situación hay que acompañar, consultar y hacer la denuncia”.
El tema se deriva en otros igualmente complejos como el ciberacoso, las extorsiones, el ciberbullying, inclusive en el juego y las apuestas online, donde también hay adultos induciendo y seduciendo a los jóvenes.
El Sindicato Regional de Luz y Fuerza de la Patagonia en Puerto Madryn, junto con el Ministerio Público Fiscal, realizará el jueves 15 de agosto una jornada de sensibilización sobre los riesgos del acoso en internet.
El evento se llevará a cabo en la seccional del sindicato,Av. Domecq García Nte. 290, con la Dra. Vanina Botta y el fiscal Fernando Blanco.