Carla Saralegui tiene 33 años y es oriunda de Neuquén. Comenzó a viajar en bicicleta en enero de 2020, justo antes de la pandemia. En su primer viaje partiódesde El Bolsón, por Ruta 40, con un único sueño: conocer El Chaltén.
“El viaje fue tomando su forma, fui soltándome, aprendiendo cosas de viajar en bicicleta. Yo antes viajaba, pero de forma gasolera, con mochila. Llegué a El Chaltén, y haber conocido el mundo de la bicicleta me llevó a querer seguir viviendo este estilo de vida. Decidí irme hasta Tierra del Fuego, donde me agarró la pandemia”.
Llegó a Tolhuin, en marzo de 2020, cuando las rutas cerraron. Se quedó a 100 km de Ushuaia, su objetivo. Logró volver a Neuquén en avión y pasar la pandemia.
“Después empecé a viajar haciendo travesías por la cordillera, en el sur y norte de Neuquén. Realicé un viaje largo, que fue la revancha para llegar a Ushuaia; también tuve mis tropiezos, arranquédesde Zapala haciendo la ruta del Rahue a Aluminé, San Martín y Bariloche. Ahí me desvié por Ruta 23, a Las Grutas. Así logré la meta de llegar a Ushuaia”.
Con ese objetivo cumplido, se propuso realizar más travesías largas. Estuvo varios meses viajandopor la ruta, hasta que esta semana llegó a Trelew. “Este es uno de los viajes más largos que voy a estar haciendo. Planeo retomar a Neuquén en marzo. La idea es ir a Corcovado, cruzar a Chile y hacer parte de la Carretera Austral”.
El sueño de Carla es conocer Colombia. Le espera un largo camino.“Yo viajo sin fechas de vuelta, voy liberada a la hora de ver los días que me quedo o qué quiero conocer. En la ruta surgen lugares nuevos, lugares que recomienda la gente. No hay problema en los desvíos y quedarme a disfrutar”.
Trabaja de forma virtual, y con eso paga sus viajes.Realizadiseño gráfico y edición de videos pararedes sociales. También es fotógrafa y ofrece sus fotos en la calle. “Con eso voy haciendo mi economía. Viajar en bicicleta es una economía muy tranquila, no gasto más que la comida o algún alojamiento”.
No lleva la cuenta de los kilómetros pedaleados, pero asegura que recorrió la Patagonia de punta a punta. “Me gusta buscar rutas alternativas que me lleven por lugares tranquilos, menos turísticos y poco conocidos. Son las mejores. Lo más lindo es cómo me recibe la gente, ayuda a disfrutar”.
Carla siempre llama la atención con su bicicleta. Allá a donde va, la gente se acerca, mira sus fotos, pregunta sobre su viaje. “Me invitan a comer, me invitan un espacio para dormir. Mientras más humildes, más cosas quieren darme”.
Carla Saralegui tiene 33 años y es oriunda de Neuquén. Comenzó a viajar en bicicleta en enero de 2020, justo antes de la pandemia. En su primer viaje partiódesde El Bolsón, por Ruta 40, con un único sueño: conocer El Chaltén.
“El viaje fue tomando su forma, fui soltándome, aprendiendo cosas de viajar en bicicleta. Yo antes viajaba, pero de forma gasolera, con mochila. Llegué a El Chaltén, y haber conocido el mundo de la bicicleta me llevó a querer seguir viviendo este estilo de vida. Decidí irme hasta Tierra del Fuego, donde me agarró la pandemia”.
Llegó a Tolhuin, en marzo de 2020, cuando las rutas cerraron. Se quedó a 100 km de Ushuaia, su objetivo. Logró volver a Neuquén en avión y pasar la pandemia.
“Después empecé a viajar haciendo travesías por la cordillera, en el sur y norte de Neuquén. Realicé un viaje largo, que fue la revancha para llegar a Ushuaia; también tuve mis tropiezos, arranquédesde Zapala haciendo la ruta del Rahue a Aluminé, San Martín y Bariloche. Ahí me desvié por Ruta 23, a Las Grutas. Así logré la meta de llegar a Ushuaia”.
Con ese objetivo cumplido, se propuso realizar más travesías largas. Estuvo varios meses viajandopor la ruta, hasta que esta semana llegó a Trelew. “Este es uno de los viajes más largos que voy a estar haciendo. Planeo retomar a Neuquén en marzo. La idea es ir a Corcovado, cruzar a Chile y hacer parte de la Carretera Austral”.
El sueño de Carla es conocer Colombia. Le espera un largo camino.“Yo viajo sin fechas de vuelta, voy liberada a la hora de ver los días que me quedo o qué quiero conocer. En la ruta surgen lugares nuevos, lugares que recomienda la gente. No hay problema en los desvíos y quedarme a disfrutar”.
Trabaja de forma virtual, y con eso paga sus viajes.Realizadiseño gráfico y edición de videos pararedes sociales. También es fotógrafa y ofrece sus fotos en la calle. “Con eso voy haciendo mi economía. Viajar en bicicleta es una economía muy tranquila, no gasto más que la comida o algún alojamiento”.
No lleva la cuenta de los kilómetros pedaleados, pero asegura que recorrió la Patagonia de punta a punta. “Me gusta buscar rutas alternativas que me lleven por lugares tranquilos, menos turísticos y poco conocidos. Son las mejores. Lo más lindo es cómo me recibe la gente, ayuda a disfrutar”.
Carla siempre llama la atención con su bicicleta. Allá a donde va, la gente se acerca, mira sus fotos, pregunta sobre su viaje. “Me invitan a comer, me invitan un espacio para dormir. Mientras más humildes, más cosas quieren darme”.