El día que el chofer se convirtió en héroe

La lluvia dejó escenas repetidas y también, claras demostraciones de solidaridad y empatía en medio de la adversidad. Dos choferes que prestan servicio en la empresa Patagonia Argentina debieron intervenir en el rescate de una mujer atrapada en su vehículo en el pico máximo de la precipitación en la ciudad petrolera.

31 MAR 2025 - 10:11 | Actualizado 31 MAR 2025 - 10:19

En una noche oscura y a escasos metros del acceso a la terminal ubicada en Congreso y Avenida Chile, se suscitó una situación que demandó determinación y valentía. En medio de la inundación, dos choferes lograron rescatar a una mujer cuyo auto quedó atrapado por el agua, quedando expuesta en una situación de riesgo. "Yo salí en la primera vuelta de la mañana y estaba todo inundado. Miro por la ventana de la sala de choferes y veo un auto, parecía un Fiat, con el agua hasta el parabrisas. Y seguía dándole, intentando avanzar. Al principio pensé que era alguien que había estado bebiendo, pero luego Eduardo Rivero, el otro chofer, me alertó de que había una mujer atrapada dentro", explicó Pablo Nievas, protagonista del improvisado rescate.

Al observar la gravedad de la situación, ambos conductores decidieron actuar de inmediato. "Busquemos algo para romper el vidrio", recordó Nieves que dijo su compañero. Sin embargo, el vehículo tenía vidrios polarizados, lo que complicó la maniobra.

“Cuando mi compañero me dijo que se escuchaban gritos; fuimos corriendo y nos metimos. La mujer estaba llorando con el agua por encima del pecho. No se abrían las puertas, y lo peor de todo, es que tenía un polarizado por dentro. Imagínense romper un polarizado de adentro para afuera sumado a la desesperación del momento. Suele usarse el apoyacabeza para romper el vidrio”.

“Con Eduardo, mi compañero, rompimos y tiré la cortina de polarizado para abajo. La sacamos y le dije que se cuelgue de mí. Así la llevé y la iba calmando en el camino; diciéndole que se tranquilice, que ya no se podía hacer nada hasta que baje el agua. Ahí me contó que iba a buscar a la hija por la desesperación del momento”.

Luego, intentaron tranquilizarla mientras esperaban a que su familia la recogiera. “Le dimos unos mates al lado del calefactor y le empezamos a hablar como para distenderla. Como a las nueve y algo, apareció el marido”.

Nievas reconoció haber cumplido con la ayuda, involucrándose y mostrando la necesidad de “ser parte” cuando se trate de los demás. "Hoy pensaba qué hubiese pasado si esto ocurría en otro lugar donde no hubiera gente para ayudar. La desesperación podría haber sido peor".

El chofer recordó que no es la primera vez que vive una situación de emergencia en la ciudad, señalando que en medio de fenómenos similares debió prestar asistencia. “Ya había presenciado una fuerte inundación con vehículos flotando por las calles”, recordó el solidario rescatista. "Esto es una más para la historia. Lo importante es mantener la calma y sobrellevar las situaciones para que nadie salga lastimado", concluyó el chófer.

31 MAR 2025 - 10:11

En una noche oscura y a escasos metros del acceso a la terminal ubicada en Congreso y Avenida Chile, se suscitó una situación que demandó determinación y valentía. En medio de la inundación, dos choferes lograron rescatar a una mujer cuyo auto quedó atrapado por el agua, quedando expuesta en una situación de riesgo. "Yo salí en la primera vuelta de la mañana y estaba todo inundado. Miro por la ventana de la sala de choferes y veo un auto, parecía un Fiat, con el agua hasta el parabrisas. Y seguía dándole, intentando avanzar. Al principio pensé que era alguien que había estado bebiendo, pero luego Eduardo Rivero, el otro chofer, me alertó de que había una mujer atrapada dentro", explicó Pablo Nievas, protagonista del improvisado rescate.

Al observar la gravedad de la situación, ambos conductores decidieron actuar de inmediato. "Busquemos algo para romper el vidrio", recordó Nieves que dijo su compañero. Sin embargo, el vehículo tenía vidrios polarizados, lo que complicó la maniobra.

“Cuando mi compañero me dijo que se escuchaban gritos; fuimos corriendo y nos metimos. La mujer estaba llorando con el agua por encima del pecho. No se abrían las puertas, y lo peor de todo, es que tenía un polarizado por dentro. Imagínense romper un polarizado de adentro para afuera sumado a la desesperación del momento. Suele usarse el apoyacabeza para romper el vidrio”.

“Con Eduardo, mi compañero, rompimos y tiré la cortina de polarizado para abajo. La sacamos y le dije que se cuelgue de mí. Así la llevé y la iba calmando en el camino; diciéndole que se tranquilice, que ya no se podía hacer nada hasta que baje el agua. Ahí me contó que iba a buscar a la hija por la desesperación del momento”.

Luego, intentaron tranquilizarla mientras esperaban a que su familia la recogiera. “Le dimos unos mates al lado del calefactor y le empezamos a hablar como para distenderla. Como a las nueve y algo, apareció el marido”.

Nievas reconoció haber cumplido con la ayuda, involucrándose y mostrando la necesidad de “ser parte” cuando se trate de los demás. "Hoy pensaba qué hubiese pasado si esto ocurría en otro lugar donde no hubiera gente para ayudar. La desesperación podría haber sido peor".

El chofer recordó que no es la primera vez que vive una situación de emergencia en la ciudad, señalando que en medio de fenómenos similares debió prestar asistencia. “Ya había presenciado una fuerte inundación con vehículos flotando por las calles”, recordó el solidario rescatista. "Esto es una más para la historia. Lo importante es mantener la calma y sobrellevar las situaciones para que nadie salga lastimado", concluyó el chófer.