Femicidio de Carolina Aló: el recuerdo sigue y el pedido de justicia no cesa

A 29 años del brutal crimen de Carolina Aló, la adolescente que fue asesinada de 113 puñaladas por Fabián Tablado en 1996 en la localidad bonaerense de Tigre, el recuerdo latente sigue y el pedido de justicia no cesa, en medio del temor por la liberación del condenado.

Edgardo Aló, papá de Carolina.
27 MAY 2025 - 10:52 | Actualizado 27 MAY 2025 - 10:58

El asesinato de la joven es uno de los casos más conmocionantes a nivel nacional por la brutalidad y que generó un antes y después en la historia criminal de la Argentina.

“Estos años fueron de demasiada lucha y con la Justicia sorda, muda y corrupta”, expresó Edgardo Aló, papá de la víctima, en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas.

Acerca de si realizarán un homenaje, el hombre contó: “El Municipio de Rosario declaró el 27 de mayo el Día de la No Violencia en el Noviazgo en memoria de Carolina. Hoy se va a conmemorar en una reunión en una facultad para 300 personas”.

“Vamos a estar hablando, disertando, haciendo algún intercambio de opiniones y al finalizar se hará entrega de diplomas de la Fundación Carolina Aló hacia el Intendente, a todas las Secretarías de Género y a las Concejales”, destacó.

Hace 29 años no existía en el Código Penal la figura del femicidio, motivo por el cual Tablado no pudo ser condenado a prisión perpetua, si no que fue sentenciado a 24 años de cárcel por el delito de homicidio simple.

Aquel 27 de mayo de 1996, los novios lograron salir antes de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre y se dirigieron hasta la casa de Tablado. En su declaración, el acusado dijo que tuvieron relaciones sexuales y que luego mantuvieron una discusión por celos, que concluyó con el homicidio.

En el expediente se pudo reconstruir que el joven de 20 años persiguió por toda la casa a Aló y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena.

Horas después fue detenido, luego de darse a la fuga y confesarle a un amigo lo que hizo, y en 1998 fue condenado a 24 años de prisión.

Durante su periodo en la cárcel tuvo salidas transitorias, se casó, volvió a ser condenado por violencia de género, amenazas, desobediencia y ahora tiene que cumplir una medida de restricción de acercamiento de 300 kilómetros de la familia de Carolina, por lo que vive en Posadas, Misiones.

Edgardo Aló, papá de Carolina.
27 MAY 2025 - 10:52

El asesinato de la joven es uno de los casos más conmocionantes a nivel nacional por la brutalidad y que generó un antes y después en la historia criminal de la Argentina.

“Estos años fueron de demasiada lucha y con la Justicia sorda, muda y corrupta”, expresó Edgardo Aló, papá de la víctima, en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas.

Acerca de si realizarán un homenaje, el hombre contó: “El Municipio de Rosario declaró el 27 de mayo el Día de la No Violencia en el Noviazgo en memoria de Carolina. Hoy se va a conmemorar en una reunión en una facultad para 300 personas”.

“Vamos a estar hablando, disertando, haciendo algún intercambio de opiniones y al finalizar se hará entrega de diplomas de la Fundación Carolina Aló hacia el Intendente, a todas las Secretarías de Género y a las Concejales”, destacó.

Hace 29 años no existía en el Código Penal la figura del femicidio, motivo por el cual Tablado no pudo ser condenado a prisión perpetua, si no que fue sentenciado a 24 años de cárcel por el delito de homicidio simple.

Aquel 27 de mayo de 1996, los novios lograron salir antes de la Escuela 1 Marcos Sastre de Tigre y se dirigieron hasta la casa de Tablado. En su declaración, el acusado dijo que tuvieron relaciones sexuales y que luego mantuvieron una discusión por celos, que concluyó con el homicidio.

En el expediente se pudo reconstruir que el joven de 20 años persiguió por toda la casa a Aló y la mató de 113 puñaladas aplicadas con cuatro armas blancas halladas en la escena.

Horas después fue detenido, luego de darse a la fuga y confesarle a un amigo lo que hizo, y en 1998 fue condenado a 24 años de prisión.

Durante su periodo en la cárcel tuvo salidas transitorias, se casó, volvió a ser condenado por violencia de género, amenazas, desobediencia y ahora tiene que cumplir una medida de restricción de acercamiento de 300 kilómetros de la familia de Carolina, por lo que vive en Posadas, Misiones.