Hermoso gesto tuvieron las estudiantes y profesora de pedicuría de la vecinal de barrio Corradi de Trelew, cuando un abuelo llegó caminando a pedir ayuda para su esposa. La señora, tenía una uña encarnada en su pie, que le producía mucho dolor, por lo que no dudaron en salir a su auxilio junto a su esposo.
Tal fue la casualidad que en el momento que el señor caminó de barrio Constitución a Corradi, a esa hora comenzaba el taller de pedicuría en la sede vecinal. Por eso las estudiantes junto a su profesora Mechi Gianardo, partieron en varios vehículos junto al abuelo, para ayudar a su mujer.
Al llegar, Gladys de 76 años estaba recostada en un sillón, ella no camina y no habla producto de un ACV, pero con sus ojos y sonrisa agradeció a las mujeres que fueron a atenderla a su casa.
No solo pudieron aliviar su dolor, sino que le realizaron un servicio de pedicuría y manicuría, con la promesa de volver en 10 días, para seguir con el tratamiento a su uña encarnada. Su esposo, quedó muy agradecido y de la sede vecinal reiteraron las felicitaciones a las alumnas que realizaron el hermoso gesto.
“Es hermoso estar en estos espacios donde se puede estar atentos a las necesidades y vivir estas experiencias son impagables, las alumnas estaban felices de la experiencia, no de atender un piecito más, si no del mimo hacia nuestros adultos mayores”, manifestaron a través de redes sociales de la sede vecinal.
Hermoso gesto tuvieron las estudiantes y profesora de pedicuría de la vecinal de barrio Corradi de Trelew, cuando un abuelo llegó caminando a pedir ayuda para su esposa. La señora, tenía una uña encarnada en su pie, que le producía mucho dolor, por lo que no dudaron en salir a su auxilio junto a su esposo.
Tal fue la casualidad que en el momento que el señor caminó de barrio Constitución a Corradi, a esa hora comenzaba el taller de pedicuría en la sede vecinal. Por eso las estudiantes junto a su profesora Mechi Gianardo, partieron en varios vehículos junto al abuelo, para ayudar a su mujer.
Al llegar, Gladys de 76 años estaba recostada en un sillón, ella no camina y no habla producto de un ACV, pero con sus ojos y sonrisa agradeció a las mujeres que fueron a atenderla a su casa.
No solo pudieron aliviar su dolor, sino que le realizaron un servicio de pedicuría y manicuría, con la promesa de volver en 10 días, para seguir con el tratamiento a su uña encarnada. Su esposo, quedó muy agradecido y de la sede vecinal reiteraron las felicitaciones a las alumnas que realizaron el hermoso gesto.
“Es hermoso estar en estos espacios donde se puede estar atentos a las necesidades y vivir estas experiencias son impagables, las alumnas estaban felices de la experiencia, no de atender un piecito más, si no del mimo hacia nuestros adultos mayores”, manifestaron a través de redes sociales de la sede vecinal.