“Si el INTA desaparece, se pierde una estructura que funciona”

Trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria en Chubut manifestaron su preocupación ante la posibilidad de recortes, cierre de agencias y venta de tierras.

04 JUN 2025 - 13:42 | Actualizado 04 JUN 2025 - 13:45

Alfonso Beloqui, integrante del INTA Comodoro Rivadavia, explicó que si bien aún no hay una definición oficial, el temor es creciente por las señales que vienen desde el Gobierno nacional. “Todavía no tenemos ninguna definición concreta, estamos todos a la espera”, señaló.

“En éste momento se están desarrollando reuniones tanto a nivel nacional como provincial, incluso con la participación del vicegobernador en Rawson”. Sin embargo, lo que más inquieta es la falta de certezas: “Estamos en total incertidumbre, no sabemos si mañana nos dicen que nos vamos a casa”, afirmó.

Beloqui remarcó que a pesar del contexto adverso, las actividades no se han detenido. “Seguimos trabajando como con nuestro motor. Si están diciendo que no hacemos, al contrario, sigamos haciendo para mostrar lo que el INTA hace”. Entre las acciones recientes mencionó capacitaciones en escuelas, la realización de una masterclass ambiental con el municipio y la organización de la feria regional de productores de agricultura familiar.

“Entre jubilaciones y retiros voluntarios ya se fueron del INTA a nivel nacional casi mil personas. Y cuando alguien se jubila, ese puesto no se reemplaza”. Explicó que, aunque no hay contratados, los trabajadores de planta no permanente son los más vulnerables ante posibles cesantías.

Otro punto crítico es la pérdida de programas históricos. “El programa ProHuerta se dio de baja hace más de un año. Financiaba proyectos esenciales en todo el país, incluyendo centros de multiplicación de aves. En Comodoro seguimos sosteniéndolo como pudimos, incluso con alimento reciclado de cervecerías”, relató.

Respecto a la posible venta de tierras experimentales, alertó: “Si eliminás esos campos, perdés décadas de investigación. En Esquel hay plantaciones de más de 40 años, y en Río Mayo se desarrollan trabajos genéticos y de manejo de pastizales que involucran a universidades como la UBA y la San Juan Bosco”.

“El INTA -lamentó Beloqui- es una estructura que funciona. Puede tener cosas para mejorar, pero brinda asistencia técnica gratuita a productores. Si cada consulta se cobrara, muchos no podrían seguir produciendo. Estamos codo a codo con el productor y también con el consumidor”.

04 JUN 2025 - 13:42

Alfonso Beloqui, integrante del INTA Comodoro Rivadavia, explicó que si bien aún no hay una definición oficial, el temor es creciente por las señales que vienen desde el Gobierno nacional. “Todavía no tenemos ninguna definición concreta, estamos todos a la espera”, señaló.

“En éste momento se están desarrollando reuniones tanto a nivel nacional como provincial, incluso con la participación del vicegobernador en Rawson”. Sin embargo, lo que más inquieta es la falta de certezas: “Estamos en total incertidumbre, no sabemos si mañana nos dicen que nos vamos a casa”, afirmó.

Beloqui remarcó que a pesar del contexto adverso, las actividades no se han detenido. “Seguimos trabajando como con nuestro motor. Si están diciendo que no hacemos, al contrario, sigamos haciendo para mostrar lo que el INTA hace”. Entre las acciones recientes mencionó capacitaciones en escuelas, la realización de una masterclass ambiental con el municipio y la organización de la feria regional de productores de agricultura familiar.

“Entre jubilaciones y retiros voluntarios ya se fueron del INTA a nivel nacional casi mil personas. Y cuando alguien se jubila, ese puesto no se reemplaza”. Explicó que, aunque no hay contratados, los trabajadores de planta no permanente son los más vulnerables ante posibles cesantías.

Otro punto crítico es la pérdida de programas históricos. “El programa ProHuerta se dio de baja hace más de un año. Financiaba proyectos esenciales en todo el país, incluyendo centros de multiplicación de aves. En Comodoro seguimos sosteniéndolo como pudimos, incluso con alimento reciclado de cervecerías”, relató.

Respecto a la posible venta de tierras experimentales, alertó: “Si eliminás esos campos, perdés décadas de investigación. En Esquel hay plantaciones de más de 40 años, y en Río Mayo se desarrollan trabajos genéticos y de manejo de pastizales que involucran a universidades como la UBA y la San Juan Bosco”.

“El INTA -lamentó Beloqui- es una estructura que funciona. Puede tener cosas para mejorar, pero brinda asistencia técnica gratuita a productores. Si cada consulta se cobrara, muchos no podrían seguir produciendo. Estamos codo a codo con el productor y también con el consumidor”.