Entre los principales puntos en debate se encuentra la ampliación del límite de antigüedad de los vehículos habilitados, que pasaría de 10 a 15 años. “Dada la dificultad económica que está atravesando el sector, aumentamos el tiempo de antigüedad que puedan tener los vehículos. Ya lo habíamos hecho en su momento, y ahora se busca equiparar las condiciones con la competencia que tienen hoy en la calle, principalmente con las aplicaciones”, explicó Bustamante.
Además, se propuso reducir los requisitos para las bases operativas, permitiendo espacios físicos más pequeños y sin la obligación de contar con una playa de estacionamiento amplia. “Esto apunta a bajar los costos que hoy deben afrontar los choferes, que tienen que cubrir una cuota societaria cada vez más difícil de pagar. Con una base más chica y un alquiler menor, ese costo se reduce”, argumentó el edil.
Bustamante reconoció que estas medidas han generado tensiones entre los distintos actores del sector. “Hay un contrapunto claro entre el agenciero y el chofer. El agenciero tiene un negocio, el chofer otro, y eso se nota en los debates. Hoy ya no hace falta tener una agencia con telefonistas porque las aplicaciones están reemplazando eso. Tal vez no dejen de haber choferes, pero sí puede cambiar el modelo de agencia tradicional”, señaló.
Respecto a los ingresos actuales del sector, el concejal compartió datos preocupantes: “Se hablaba de que en un día excepcional pueden llegar a hacer 80 mil pesos, pero no se llega siempre a eso. Cubriendo gastos de mantenimiento, agencia y las exigencias impositivas, es muy complicado. Por eso también algunos plantean tener más vehículos por agencia para dividir los costos fijos, aunque eso implica menos viajes por chofer”.
En cuanto a la convivencia con las aplicaciones como Uber, Bustamante fue claro: “Todo el mundo sabe que hay taxis y remises que también utilizan la aplicación. El verdadero problema está en los costos estructurales que impone el sistema tradicional. Hoy la cartera de clientes está en disputa entre las agencias y las plataformas”.
Finalmente, el edil subrayó que los cambios normativos deben acompañar la evolución del sistema: “No podemos obligar a la gente a usar un servicio u otro. La tecnología avanza, como pasó con los videoclubes. Hay cosas que nos exceden desde una ciudad o desde el Concejo Deliberante”.
Entre los principales puntos en debate se encuentra la ampliación del límite de antigüedad de los vehículos habilitados, que pasaría de 10 a 15 años. “Dada la dificultad económica que está atravesando el sector, aumentamos el tiempo de antigüedad que puedan tener los vehículos. Ya lo habíamos hecho en su momento, y ahora se busca equiparar las condiciones con la competencia que tienen hoy en la calle, principalmente con las aplicaciones”, explicó Bustamante.
Además, se propuso reducir los requisitos para las bases operativas, permitiendo espacios físicos más pequeños y sin la obligación de contar con una playa de estacionamiento amplia. “Esto apunta a bajar los costos que hoy deben afrontar los choferes, que tienen que cubrir una cuota societaria cada vez más difícil de pagar. Con una base más chica y un alquiler menor, ese costo se reduce”, argumentó el edil.
Bustamante reconoció que estas medidas han generado tensiones entre los distintos actores del sector. “Hay un contrapunto claro entre el agenciero y el chofer. El agenciero tiene un negocio, el chofer otro, y eso se nota en los debates. Hoy ya no hace falta tener una agencia con telefonistas porque las aplicaciones están reemplazando eso. Tal vez no dejen de haber choferes, pero sí puede cambiar el modelo de agencia tradicional”, señaló.
Respecto a los ingresos actuales del sector, el concejal compartió datos preocupantes: “Se hablaba de que en un día excepcional pueden llegar a hacer 80 mil pesos, pero no se llega siempre a eso. Cubriendo gastos de mantenimiento, agencia y las exigencias impositivas, es muy complicado. Por eso también algunos plantean tener más vehículos por agencia para dividir los costos fijos, aunque eso implica menos viajes por chofer”.
En cuanto a la convivencia con las aplicaciones como Uber, Bustamante fue claro: “Todo el mundo sabe que hay taxis y remises que también utilizan la aplicación. El verdadero problema está en los costos estructurales que impone el sistema tradicional. Hoy la cartera de clientes está en disputa entre las agencias y las plataformas”.
Finalmente, el edil subrayó que los cambios normativos deben acompañar la evolución del sistema: “No podemos obligar a la gente a usar un servicio u otro. La tecnología avanza, como pasó con los videoclubes. Hay cosas que nos exceden desde una ciudad o desde el Concejo Deliberante”.