La caída del consumo, una baja actividad comercial sumado a un extenso conflicto pesquero y una temporada de ballenas que arrancó con un importante nivel de incertidumbre, además de un verano que no estuvo en los niveles esperados, se convirtieron en una tormenta compleja de superar desde lo económico y laboral.
Todas estas variables juntas afrontan Puerto Madryn y su impacto se observa en sus calles donde son contados los días del mes donde se observa un movimiento comercial impacto.
Todo esto tiene un impacto directo en las arcas del municipio madrynense que ve una afectación en sus niveles de recaudación, en particular, en el pago del impuesto inmobiliario sumado a ingresos brutos que es el resultado del proceso de ventas.
La funcionaria madrynense reconoció que “cada vez más sigue bajando la recaudación municipal a través del pago de impuestos”. Una de las razones centrales obedece a la falta de movimiento comercial que la ciudad portuaria registra y que es consecuencia directa de la falta de dinero en el bolsillo. Esto genera que los comercios vendan menos que trae aparejado una menor cantidad de ingresos brutos más bajos, lo que a su vez repercute en la recaudación del municipio.
Desde la Secretaría de Hacienda no se cuantificó la baja en la recaudación, aunque se nota la ausencia de contribuyentes los lugares de pagos. Desde allí que el jefe comunal haya reiterado la necesidad de priorizar los ejes centrales de la gestión con el fin de no descuidar el acompañamiento al vecino.
Ante el complejo escenario que se atraviesa, Cabrera se mostró comprometida con la gestión de los recursos municipales y aseguró que se están tomando las medidas necesarias para hacer frente a la situación.
Las expectativas están centradas en que el conflicto pesquero se solucione como para que los trabajadores vuelvan a tener sus ingresos habituales, además de la esperanza que la temporada de ballena se encamine y se pueda alcanzar niveles similares a los del año anterior.
La caída del consumo, una baja actividad comercial sumado a un extenso conflicto pesquero y una temporada de ballenas que arrancó con un importante nivel de incertidumbre, además de un verano que no estuvo en los niveles esperados, se convirtieron en una tormenta compleja de superar desde lo económico y laboral.
Todas estas variables juntas afrontan Puerto Madryn y su impacto se observa en sus calles donde son contados los días del mes donde se observa un movimiento comercial impacto.
Todo esto tiene un impacto directo en las arcas del municipio madrynense que ve una afectación en sus niveles de recaudación, en particular, en el pago del impuesto inmobiliario sumado a ingresos brutos que es el resultado del proceso de ventas.
La funcionaria madrynense reconoció que “cada vez más sigue bajando la recaudación municipal a través del pago de impuestos”. Una de las razones centrales obedece a la falta de movimiento comercial que la ciudad portuaria registra y que es consecuencia directa de la falta de dinero en el bolsillo. Esto genera que los comercios vendan menos que trae aparejado una menor cantidad de ingresos brutos más bajos, lo que a su vez repercute en la recaudación del municipio.
Desde la Secretaría de Hacienda no se cuantificó la baja en la recaudación, aunque se nota la ausencia de contribuyentes los lugares de pagos. Desde allí que el jefe comunal haya reiterado la necesidad de priorizar los ejes centrales de la gestión con el fin de no descuidar el acompañamiento al vecino.
Ante el complejo escenario que se atraviesa, Cabrera se mostró comprometida con la gestión de los recursos municipales y aseguró que se están tomando las medidas necesarias para hacer frente a la situación.
Las expectativas están centradas en que el conflicto pesquero se solucione como para que los trabajadores vuelvan a tener sus ingresos habituales, además de la esperanza que la temporada de ballena se encamine y se pueda alcanzar niveles similares a los del año anterior.