El animal apareció sin vida a menos de una cuadra de su casa, con un disparo certero en el pecho. “Llegamos esperando que nos reciba como siempre con su saludo de todos los días y no estaba. Nos pusimos a buscarlo enseguida porque era raro, él no se iba y si se iba le pegabas un grito y aparecía corriendo, pero siempre de acá nomás”, contó su dueña Mailén Colinamun.
Ante la desesperación, la familia pensó en trasladarlo a una veterinaria, aunque un vecino los ayudó a comprender la situación: “Por suerte hubo una voz y una lucidez que nos dijo ‘chicos, ya está, el perro ya está muerto’. Lo enterramos esa misma noche”.
Al día siguiente, radicaron la denuncia en la Comisaría de Kilómetro 8. “Nos dijeron que éramos los primeros en hacer la denuncia y nos dieron el acta. Nos dijeron que cualquier cosita llamemos, cualquier ruido que escuchemos”, señalaron.
LA CONMOVEDORA CARTA DE SU DUEÑA EN REDES
PREOCUPACIÓN VECINAL
La mujer también recordó que en varias ocasiones había escuchado ruidos que atribuía a pirotecnia. “En mi inocencia pensé que eran petardos, que eran niños quizás jugando. Nunca se me cruzó por la cabeza que podía ser un arma. Ahora estoy tratando de estar atenta a los ruidos”, explicó.
Por lo sucedido, la familia pide que el caso se difunda para evitar nuevas agresiones en el barrio. “Es una persona que tiene un arma, que está acá, muy cerca de mi casa lamentablemente, y que está suelto. Ojalá se pueda hacer justicia por Rubio, que era un perro viejito, que no hacía nada, que no te podía ni correr porque era muy viejito. Es un lamento horrible”.
El animal apareció sin vida a menos de una cuadra de su casa, con un disparo certero en el pecho. “Llegamos esperando que nos reciba como siempre con su saludo de todos los días y no estaba. Nos pusimos a buscarlo enseguida porque era raro, él no se iba y si se iba le pegabas un grito y aparecía corriendo, pero siempre de acá nomás”, contó su dueña Mailén Colinamun.
Ante la desesperación, la familia pensó en trasladarlo a una veterinaria, aunque un vecino los ayudó a comprender la situación: “Por suerte hubo una voz y una lucidez que nos dijo ‘chicos, ya está, el perro ya está muerto’. Lo enterramos esa misma noche”.
Al día siguiente, radicaron la denuncia en la Comisaría de Kilómetro 8. “Nos dijeron que éramos los primeros en hacer la denuncia y nos dieron el acta. Nos dijeron que cualquier cosita llamemos, cualquier ruido que escuchemos”, señalaron.
LA CONMOVEDORA CARTA DE SU DUEÑA EN REDES
PREOCUPACIÓN VECINAL
La mujer también recordó que en varias ocasiones había escuchado ruidos que atribuía a pirotecnia. “En mi inocencia pensé que eran petardos, que eran niños quizás jugando. Nunca se me cruzó por la cabeza que podía ser un arma. Ahora estoy tratando de estar atenta a los ruidos”, explicó.
Por lo sucedido, la familia pide que el caso se difunda para evitar nuevas agresiones en el barrio. “Es una persona que tiene un arma, que está acá, muy cerca de mi casa lamentablemente, y que está suelto. Ojalá se pueda hacer justicia por Rubio, que era un perro viejito, que no hacía nada, que no te podía ni correr porque era muy viejito. Es un lamento horrible”.