Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada
Tres cámaras de seguridad, testigos y una sorpresiva pista de Google Street View dejaron preso por 6 meses a Alexis Maximiliano Schmidt, acusado por asesinar de un tiro al mecánico de Trelew Jonathan Prim. Está alojado en la Comisaría 3.
Su defensor Carlos del Mármol no discutió ni la apertura de la investigación ni la cárcel preventiva pero adelantó que tiene una teoría distinta para desvincular a su cliente, que enfrenta una dura pena de prisión efectiva por homicidio agravado.
La audiencia de la mañana de este lunes la presidió el juez Fabio Monti. Desde temprano estuvieron Soraya y Javier Prim, hermanos de la víctima, junto con Matías y Facundo, los hijos del mecánico.
La hipótesis del fiscal Omar Rodríguez es que ese 8 de septiembre a las 14.52, Schmidt a bordo de una moto Corven blanca dejó a su hijo de 8 años en casa de su pareja y madre del menor, sobre Cholila al 700.
Luego tomó Gales y al llegar a la esquina con Gualjaina se bajó de la moto y con un revólver 38 apuntó a la casa de la familia Prim, en el barrio Los Pensamientos. El mecánico trabajaba junto con su hijo Facundo en el motor de una camioneta Ford Ranger, con el capot abierto. Un balazo le dio en la axila derecha y lo atravesó. Schmidt subió a la moto y escapó por Gales hasta Cholila, donde dobló de regreso al domicilio de su pareja. Los familiares de Prim con ayuda de vecinos lo llevaron al Hospital Zonal, donde murió.
Además del hijo de Prim, la Brigada de Investigaciones encontró a otros dos testigos que vieron el ataque desde la esquina: un vecino y su novia.
Dos cámaras de seguridad sobre Gales y otra en Gastre y Dolavon grabaron al asesino en la moto que describieron los testigos, yendo y regresando del lugar del crimen en poco más de un minuto. En una imagen se acomoda en la ropa un objeto mientras va hacia lo de Prim. Sería el arma que usó, que sigue sin aparecer.
Un dato extraño: las cámaras y otras personas lo vieron regresar a la escena del homicidio una hora después, circulando a baja velocidad cuando todo estaba acordonado, como si rastreara qué había sucedido. Los videos mostraron un conductor con los mismos tatuajes en manos y piernas que Schmidt.
Rodríguez mostró las imágenes de la moto con algunas señas particulares: sin espejos retrovisores, una calcomanía circular en el guardabarro y una llave colgando de una cinta oscura.
Hubo vecinos con miedo que le dieron el apellido de Schmidt a la Policía y dijeron que vivía en calle Corcovado al 400. Allí apuntó la pesquisa.
En una Historia de Facebook del 14 de septiembre, a una semana del homicidio, la Brigada vio la moto en una chacra un domingo. Tenía el calco circular y el llavero largo. Identificaron al dueño de la cuenta y fue uno de los 6 allanados del sábado. En su casa estaba la Corven y también un Ford Escort rojo registrado a nombre de Schmidt.
Interrogado, el dueño de la cuenta de Facebook y de la vivienda aclaró que no tenía nada que ver con el crimen. La moto y el coche estaban en su domicilio por un canje comercial donde a su vez el presunto asesino se había quedado con un Peugeot 307. Para el fiscal es la evidencia de que Schmidt había intentó deshacerse de la Corven.
Por tres motivos, el hijo del acusado también fue clave para ubicar a su papá en ese momento en esa parte de Trelew. Primero, las autoridades de su escuela le dijeron a Fiscalía que el día del hecho el chico no había ido a clases y su progenitor solía buscarlo en una “moto blanca”. Esto explicaría porqué el día del balazo lo dejó en casa de la mamá.
Segundo, en las cámaras se ve al menor instantes antes del crimen con una campera roja y blanca sobre la moto conducida por su papá. Esa ropa fue hallada en los procedimientos de la casa de su madre sobre Cholila. También las alpargatas que usaba el conductor y el Peugeot 307 del canje comercial.
Tercero, y como a la suerte hay que ayudarla, en busca de pistas la Brigada también chequeó puntillosamente en Google Street View. Apareció la casa de Schmidt en calle Corcovado y sorpresivamente, una inconfundible imagen del menor sentado con una mochila en el patio del frente del domicilio, mirando el paso de la camioneta de Google. El registro tiene un año pero confirma el vínculo del nene con ese domicilio y con el hombre.
El fiscal advirtió al juez que fue muy difícil hallar testimonios. “Es una zona altamente conflictiva y los vecinos tienen mucho miedo y no se animan a hablar”, graficó. Por eso consideró que en libertad Schmidt podría intentar entorpecer la investigación.
Antes, durante y después de la audiencia, la familia Prim fue asesorada por Fiscalía y por el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito. Se notó la mezcla de nervios, tristeza y bronca contenida. Pero también templanza para un camino de justicia que recién empieza.
Fotos: Norman Evans
Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada
Tres cámaras de seguridad, testigos y una sorpresiva pista de Google Street View dejaron preso por 6 meses a Alexis Maximiliano Schmidt, acusado por asesinar de un tiro al mecánico de Trelew Jonathan Prim. Está alojado en la Comisaría 3.
Su defensor Carlos del Mármol no discutió ni la apertura de la investigación ni la cárcel preventiva pero adelantó que tiene una teoría distinta para desvincular a su cliente, que enfrenta una dura pena de prisión efectiva por homicidio agravado.
La audiencia de la mañana de este lunes la presidió el juez Fabio Monti. Desde temprano estuvieron Soraya y Javier Prim, hermanos de la víctima, junto con Matías y Facundo, los hijos del mecánico.
La hipótesis del fiscal Omar Rodríguez es que ese 8 de septiembre a las 14.52, Schmidt a bordo de una moto Corven blanca dejó a su hijo de 8 años en casa de su pareja y madre del menor, sobre Cholila al 700.
Luego tomó Gales y al llegar a la esquina con Gualjaina se bajó de la moto y con un revólver 38 apuntó a la casa de la familia Prim, en el barrio Los Pensamientos. El mecánico trabajaba junto con su hijo Facundo en el motor de una camioneta Ford Ranger, con el capot abierto. Un balazo le dio en la axila derecha y lo atravesó. Schmidt subió a la moto y escapó por Gales hasta Cholila, donde dobló de regreso al domicilio de su pareja. Los familiares de Prim con ayuda de vecinos lo llevaron al Hospital Zonal, donde murió.
Además del hijo de Prim, la Brigada de Investigaciones encontró a otros dos testigos que vieron el ataque desde la esquina: un vecino y su novia.
Dos cámaras de seguridad sobre Gales y otra en Gastre y Dolavon grabaron al asesino en la moto que describieron los testigos, yendo y regresando del lugar del crimen en poco más de un minuto. En una imagen se acomoda en la ropa un objeto mientras va hacia lo de Prim. Sería el arma que usó, que sigue sin aparecer.
Un dato extraño: las cámaras y otras personas lo vieron regresar a la escena del homicidio una hora después, circulando a baja velocidad cuando todo estaba acordonado, como si rastreara qué había sucedido. Los videos mostraron un conductor con los mismos tatuajes en manos y piernas que Schmidt.
Rodríguez mostró las imágenes de la moto con algunas señas particulares: sin espejos retrovisores, una calcomanía circular en el guardabarro y una llave colgando de una cinta oscura.
Hubo vecinos con miedo que le dieron el apellido de Schmidt a la Policía y dijeron que vivía en calle Corcovado al 400. Allí apuntó la pesquisa.
En una Historia de Facebook del 14 de septiembre, a una semana del homicidio, la Brigada vio la moto en una chacra un domingo. Tenía el calco circular y el llavero largo. Identificaron al dueño de la cuenta y fue uno de los 6 allanados del sábado. En su casa estaba la Corven y también un Ford Escort rojo registrado a nombre de Schmidt.
Interrogado, el dueño de la cuenta de Facebook y de la vivienda aclaró que no tenía nada que ver con el crimen. La moto y el coche estaban en su domicilio por un canje comercial donde a su vez el presunto asesino se había quedado con un Peugeot 307. Para el fiscal es la evidencia de que Schmidt había intentó deshacerse de la Corven.
Por tres motivos, el hijo del acusado también fue clave para ubicar a su papá en ese momento en esa parte de Trelew. Primero, las autoridades de su escuela le dijeron a Fiscalía que el día del hecho el chico no había ido a clases y su progenitor solía buscarlo en una “moto blanca”. Esto explicaría porqué el día del balazo lo dejó en casa de la mamá.
Segundo, en las cámaras se ve al menor instantes antes del crimen con una campera roja y blanca sobre la moto conducida por su papá. Esa ropa fue hallada en los procedimientos de la casa de su madre sobre Cholila. También las alpargatas que usaba el conductor y el Peugeot 307 del canje comercial.
Tercero, y como a la suerte hay que ayudarla, en busca de pistas la Brigada también chequeó puntillosamente en Google Street View. Apareció la casa de Schmidt en calle Corcovado y sorpresivamente, una inconfundible imagen del menor sentado con una mochila en el patio del frente del domicilio, mirando el paso de la camioneta de Google. El registro tiene un año pero confirma el vínculo del nene con ese domicilio y con el hombre.
El fiscal advirtió al juez que fue muy difícil hallar testimonios. “Es una zona altamente conflictiva y los vecinos tienen mucho miedo y no se animan a hablar”, graficó. Por eso consideró que en libertad Schmidt podría intentar entorpecer la investigación.
Antes, durante y después de la audiencia, la familia Prim fue asesorada por Fiscalía y por el Servicio de Asistencia a la Víctima del Delito. Se notó la mezcla de nervios, tristeza y bronca contenida. Pero también templanza para un camino de justicia que recién empieza.
Fotos: Norman Evans