Santiago Pires, un nuevo poeta que se abre camino

Ganó la Medalla del Poeta en el Eisteddfod de la juventud 2025. El premio no solo significa un logro personal, también lo posiciona como una gran promesa en el mapa literario actual.

(Fotos: Vanesa Aguirre)
29 SEP 2025 - 17:01 | Actualizado 29 SEP 2025 - 18:07

Por Pedro Méndez/Redacción Jornada
pedromendez@grupojornada.com

La poesía de Chubut suma una voz joven que promete dejar huella. Santiago Pires, ganó la Medalla del Poeta en el Eisteddfod de la juventud 2025. El premio no solo significa un logro personal, también lo posiciona como una gran promesa en el mapa literario actual.
Su escritura se nutre de oralidad y un pulso contemporáneo, donde lo íntimo y lo social dialogan sin fronteras.
En un tiempo en que la poesía sigue siendo un refugio y una trinchera, la aparición de una nueva voz confirma que las palabras continúan siendo un territorio fértil para las generaciones que llegan.

La comunidad cultural de Gaiman, celebra a poetas como Santiago Pires, que siguen manteniendo viva la tradición y el arte de la palabra.
EL ganador de la Medalla del Poeta en el Eisteddfod de la juventud 2025, brindó una entrevista a Jornada.

¿Fue tu primera presentación en un Eisteddfod?

En los Eisteddfods vengo participando desde que tengo memoria. Primero en el de la juventud, y después incursionando en los de Trevelin y Puerto Madryn, hasta hace unos años, llegué a presentarme en el Eisteddfod del Chubut.
En esta competencia en particular, me he presentado todos los años, sin falta desde los 12 años. El año pasado tuve el orgullo de ser elegido ganador, por primera vez. Y este año tuve la misma fortuna.

¿Cuáles eran tus expectativas y qué sentiste cuando ganaste?

Es un reconocimiento hermoso, me encanta sentir que algo que yo escribí resonó tanto, con el jurado y con el público. En especial teniendo en cuenta la poesía que resultó ganadora, “Plegaria abierta” es una que me enorgullece un montón, yo la amo.
Este poema lo presenté sin esperar tanto, es la verdad. Más que nada como manifestación del aprecio que yo mismo le tenía de por sí, así que mis expectativas eran casi nulas, pero fue muy emocionante enterarme que había sido seleccionada.

¿Cuáles son tus máximas influencias literarias?

Tengo varias. Trato de ´impermeabilizarme´ lo más posible, al consumir arte en general. Es para evitar sentir como que me estoy ‘copiando’ de alguien, o de algo.
Es bastante frecuente en mí el sentir ajeno o desconocido, o robado, lo que escribo. Por eso, al escribir de manera aislada me ayuda a sentirlo propio.

Sin embargo, por supuesto tengo influencias varias. Yo sostengo que, como a la poesía llegué por medio de la recitación, y no de la lectura, la organización de mis versos siempre va a priorizar eso. Una posible oralidad.
Además de eso, disfruto mucho de poetas súper reconocidos como Alejandra Pizarnik, Mario Benedetti y Julio Cortázar. También me gusta la autora anglosajona Sylvia Plath, entre otros. Últimamente, estoy siguiendo de cerca a autores más contemporáneos, que publican sus escritos en redes, por ejemplo, Florencia Dapiaggi, Emma Kaala o Valentín Carrera. todos grandes, grandes artistas.

¿Qué inspiró el poema y si te llevó mucho tiempo lograr los versos definitivos?

lo primero que escribí de esta poesía, como de costumbre, no fue el principio. la estrofa “no quiero tener que/destrenzar nuestros dedos/cuando una silueta se avecina/en lo incierto de la noche” salió de una, y de ahí, los próximos días, seguí escribiendo, siguiendo ese mismo comienzo que me gustó para esta poesía, que muestra inconformismo, como una queja sutil.
Fue un día en el que veníamos en el colectivo sentados con mi novio y pasamos por una situación no muy linda, pero bueno, por lo menos originó esta poesía.

Escribir ¿es un complemento, un pasatiempo o es algo que seguirás haciendo?

Escribir es un complemento, un pasatiempo, y algo que seguiré haciendo, espero, por mucho tiempo. Estoy estudiando el traductorado de inglés en la Facultad, lo que me mantiene en contacto con la literatura en mis estudios.
Y ya tengo pensado, al graduarme, seguir con distintas carreras relativas, letras, artes de la escritura, y continuar nutriéndome de este arte hermoso.

El poema ganador

Plegaria abierta

No quiero sentir que mi corazón
alberga algo oscuro y vergonzoso,
punzante de a momentos,
que incluso cuando arde, es un fuego
que sólo espera ser apagado.


No quiero sentir que me equivoco
cada vez que te beso los labios,
que quizás lo que busco es
una copa, alguna bala, una nota.

No quiero pensar que al decirte “amor”

-al nombrar esta situación-

estoy malogrando al vocablo divino,
tratando de hacernos lugar
donde nunca cabremos.

No quiero tener que
destrenzar nuestros dedos
cuando una silueta se avecina
en lo incierto de la noche.


No quiero deberle mi preocupación
a algo más que tu mirada,
mucho menos al susurro eclesiástico
que hace ecos hasta formar vida propia
tan alejada del acorde que lo origina.


No quiero que me persiga un miedo real,
que el peligro sea tan sencillo y palpable
como nudillos acariciando mis costillas,
arpones de papel incrustados en mi nuca;
que un llamado por sobre el hombro
me haga querer olvidar mi nombre.


No quiero sentirme sucio; manchado
por algo que no sé cómo limpiar
sin borrarme a mí mismo en el proceso.

No quiero que a mis poemas de amor
los sofoquen siempre las espinas
que corrigen lo que no logran entender,
y destruyen lo que no pueden corregir.

(Fotos: Vanesa Aguirre)
29 SEP 2025 - 17:01

Por Pedro Méndez/Redacción Jornada
pedromendez@grupojornada.com

La poesía de Chubut suma una voz joven que promete dejar huella. Santiago Pires, ganó la Medalla del Poeta en el Eisteddfod de la juventud 2025. El premio no solo significa un logro personal, también lo posiciona como una gran promesa en el mapa literario actual.
Su escritura se nutre de oralidad y un pulso contemporáneo, donde lo íntimo y lo social dialogan sin fronteras.
En un tiempo en que la poesía sigue siendo un refugio y una trinchera, la aparición de una nueva voz confirma que las palabras continúan siendo un territorio fértil para las generaciones que llegan.

La comunidad cultural de Gaiman, celebra a poetas como Santiago Pires, que siguen manteniendo viva la tradición y el arte de la palabra.
EL ganador de la Medalla del Poeta en el Eisteddfod de la juventud 2025, brindó una entrevista a Jornada.

¿Fue tu primera presentación en un Eisteddfod?

En los Eisteddfods vengo participando desde que tengo memoria. Primero en el de la juventud, y después incursionando en los de Trevelin y Puerto Madryn, hasta hace unos años, llegué a presentarme en el Eisteddfod del Chubut.
En esta competencia en particular, me he presentado todos los años, sin falta desde los 12 años. El año pasado tuve el orgullo de ser elegido ganador, por primera vez. Y este año tuve la misma fortuna.

¿Cuáles eran tus expectativas y qué sentiste cuando ganaste?

Es un reconocimiento hermoso, me encanta sentir que algo que yo escribí resonó tanto, con el jurado y con el público. En especial teniendo en cuenta la poesía que resultó ganadora, “Plegaria abierta” es una que me enorgullece un montón, yo la amo.
Este poema lo presenté sin esperar tanto, es la verdad. Más que nada como manifestación del aprecio que yo mismo le tenía de por sí, así que mis expectativas eran casi nulas, pero fue muy emocionante enterarme que había sido seleccionada.

¿Cuáles son tus máximas influencias literarias?

Tengo varias. Trato de ´impermeabilizarme´ lo más posible, al consumir arte en general. Es para evitar sentir como que me estoy ‘copiando’ de alguien, o de algo.
Es bastante frecuente en mí el sentir ajeno o desconocido, o robado, lo que escribo. Por eso, al escribir de manera aislada me ayuda a sentirlo propio.

Sin embargo, por supuesto tengo influencias varias. Yo sostengo que, como a la poesía llegué por medio de la recitación, y no de la lectura, la organización de mis versos siempre va a priorizar eso. Una posible oralidad.
Además de eso, disfruto mucho de poetas súper reconocidos como Alejandra Pizarnik, Mario Benedetti y Julio Cortázar. También me gusta la autora anglosajona Sylvia Plath, entre otros. Últimamente, estoy siguiendo de cerca a autores más contemporáneos, que publican sus escritos en redes, por ejemplo, Florencia Dapiaggi, Emma Kaala o Valentín Carrera. todos grandes, grandes artistas.

¿Qué inspiró el poema y si te llevó mucho tiempo lograr los versos definitivos?

lo primero que escribí de esta poesía, como de costumbre, no fue el principio. la estrofa “no quiero tener que/destrenzar nuestros dedos/cuando una silueta se avecina/en lo incierto de la noche” salió de una, y de ahí, los próximos días, seguí escribiendo, siguiendo ese mismo comienzo que me gustó para esta poesía, que muestra inconformismo, como una queja sutil.
Fue un día en el que veníamos en el colectivo sentados con mi novio y pasamos por una situación no muy linda, pero bueno, por lo menos originó esta poesía.

Escribir ¿es un complemento, un pasatiempo o es algo que seguirás haciendo?

Escribir es un complemento, un pasatiempo, y algo que seguiré haciendo, espero, por mucho tiempo. Estoy estudiando el traductorado de inglés en la Facultad, lo que me mantiene en contacto con la literatura en mis estudios.
Y ya tengo pensado, al graduarme, seguir con distintas carreras relativas, letras, artes de la escritura, y continuar nutriéndome de este arte hermoso.

El poema ganador

Plegaria abierta

No quiero sentir que mi corazón
alberga algo oscuro y vergonzoso,
punzante de a momentos,
que incluso cuando arde, es un fuego
que sólo espera ser apagado.


No quiero sentir que me equivoco
cada vez que te beso los labios,
que quizás lo que busco es
una copa, alguna bala, una nota.

No quiero pensar que al decirte “amor”

-al nombrar esta situación-

estoy malogrando al vocablo divino,
tratando de hacernos lugar
donde nunca cabremos.

No quiero tener que
destrenzar nuestros dedos
cuando una silueta se avecina
en lo incierto de la noche.


No quiero deberle mi preocupación
a algo más que tu mirada,
mucho menos al susurro eclesiástico
que hace ecos hasta formar vida propia
tan alejada del acorde que lo origina.


No quiero que me persiga un miedo real,
que el peligro sea tan sencillo y palpable
como nudillos acariciando mis costillas,
arpones de papel incrustados en mi nuca;
que un llamado por sobre el hombro
me haga querer olvidar mi nombre.


No quiero sentirme sucio; manchado
por algo que no sé cómo limpiar
sin borrarme a mí mismo en el proceso.

No quiero que a mis poemas de amor
los sofoquen siempre las espinas
que corrigen lo que no logran entender,
y destruyen lo que no pueden corregir.