Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada
Unos dicen que Mario Rain y Carlos Guzmán le robaron 19 terneros y novillos a Ricardo Mac Burney, se sacaron selfies en el lugar del atraco, cargaron la hacienda en un camión, faenaron una parte y fueron detenidos cuando descargaban el resto en una chacra abandonada.
Otros dicen que el dúo no cometió delito alguno porque los animales ni siquiera eran del denunciante: aunque en su momento Mac Burney pagó por esa hacienda, la guía de transporte para traerla hasta el Valle Inferior la había otorgado un juez de Paz de Río Senguer por su cuenta en un trámite ilegal. Y que el propio productor faenó esos animales y dejó a la Fiscalía sin la evidencia central.
Este lunes 4 temprano el juez Marcelo Nieto Di Biase decidirá quién tiene razón, tras el juicio oral y público que terminó esta semana.
Según el alegato final de la fiscal Mariana Millapi, la tarde del 27 de diciembre de 2023 los ladrones rompieron el candado de la tranquera y entraron a la Chacra 328 de Dolavon, propiedad de Mac Burney. Se llevaron 19 vacas Hereford de más de 250 kilos, que cargaron en la caja de un camión Ford 7000 que manejaba Guzmán. Raín lo escoltaba en una Ford Ecosport con vidrios polarizados. En los corrales dejaron huellas de ruedas y una mancha de aceite. Partieron hacia la Chacra 213, en Villa Inés, cerca de ruta 7, zona de Gaiman.
Vecinos, agricultores y cámaras de seguridad los vieron circular por los caminos internos. Un testigo le dijo a la Policía que mientras abría la tranquera para ingresar a su chacra observó el paso lento de la Ecosport. Manejaba un “morocho cabezón” con el vidrio entreabierto, que lo saludó levantando la mano; detrás iba despacio el camión cargado de animales, cuyo conductor tenía barba y gorra. Eran Raín y Guzmán.
Dos días después del robo, el 29 de diciembre, un vecino avisó a la Policía que había visto ingresar al camión a la Chacra 213. Los uniformados fueron al lugar y en el preciso momento que vigilaban a la distancia, los imputados salían por ruta 7 hacia Gaiman. Lo siguieron por avenida Almirante Brown tomando por Juan Evans, continuando por el puente del río hasta la rotonda Las Mascotas. La camioneta y el camión tomaron ruta 9 a gran velocidad rumbo a La Angostura.
La policía sumó refuerzos para la búsqueda, de la cual participó Mac Burney activamente. Llegaron a la Escuela 130 y avanzaron a un camino rural despoblado: era la Chacra 198, pura maleza, una zona totalmente despoblada y abandonada, sin tranquera, alambres caídos, sin ninguna construcción y sin luz ni agua.
Vieron el Ford 7000 estacionado sobre unos corrales con la caja abierta. Dos hombres gritaban y hacían ademanes para asustar a los animales y que saltaran del camión al piso. Era una maniobra riesgosa ya que era un salto de más de un metro que podía matar a la hacienda. Así tiradas, tres vacas ya habían bajado. Otros dos hombres miraban desde la Ecosport. Eran los 15 animales que quedaban vivos tras la faena de la primera chacra.
Los cuatro fueron detenidos. En la camioneta se halló un rifle y una mochila con cuchillos, una balanza portátil, un aparejo doble con soga, un gancho doble, un tramo de soga con nudo y un arma calibre 22.
De inmediato llegó Mac Burney, que reconoció a los animales. La mayoría tenía las orejas cortadas, una maniobra para borrar evidencias y complicar su identificación. Salvo una que tenía la caravana con el número de denominación. Les dieron comida y agua y un camión los regresó al lugar del robo al otro día.
El dueño de la Chacra 213 -primera parada del raid- declaró que el 27 de diciembre, el día del robo, llegaron la Ecosport y el camión con Raín y Guzmán. Bajaron 18 terneros, se fueron y regresaron el 28 temprano. Le pidieron prestado el aparejo y carnearon tres animales; tiraron las vísceras en un pozo y se llevaron cabezas, cueros y carne. Esos restos fueron hallados con gusanos y un olor vomitivo. Tanto, que el fotógrafo policial sólo soportó registrar imágenes a distancia.
El 29 volvieron y cargaron los 15 animales restantes al camión. Estaban muy apurados por llegar a la tercera chacra, la abandonada
El allanamiento encontró en la Chacra 213 una vaina servida que pertenecía al rifle secuestrado en la Chacra 198, y restos de soga con un nudo tipo lazo.
Cuando la Policía Federal peritó el celular de Raín halló una selfie suya con la hacienda el día del robo en el predio de Mac Burney. También se lo ve con la carabina y en un video un día después del atraco depostando una oveja.
La fiscal Millapi pidió que se los condene por abigeato doblemente agravado por ser más de cinco cabezas de ganado y por la participación de más de tres personas. Si se los declara culpables, la acusación original anticipaba un pedido de pena de entre 5 y 7 años de cárcel para Guzmán y entre 6 y 8 años para Rain. El chofer del camión registra una condena a tres años en suspenso y Rain, una pena federal de 6 años y 6 meses de prisión.
Millapi también solicitó el decomiso de ambos vehículos.
Versión de la defensa
El defensor Carlos Pericich replicó que el caso se construyó sobre el clamor social por los robos en las chacras y la “hipersensibilidad policial” por no poder dar respuestas. Y explicó que los animales fueron una compra de Rain y que Guzmán sólo fue contratado para el flete.
Mac Burney, el denunciante, murió antes de llegar a juicio tras ser embestido por un animal en su predio. No declararon familiares ni apoderados que pudieran demostrar que las vacas robadas fueran suyas. No hay documentos que lo acrediten ni fotos de los animales con la marca “MAC” en sus cuartos, cuello o lomo. Fiscalía no resguardó esa evidencia central que debió custodiar y el propio productor había declarado que tras recuperar la hacienda la faenó y la vendió. “Es un punto crítico del caso: la propiedad de ese bien que dicen que se robó”, apuntó Pericich. “Al faenarlos Mac Burney entorpeció la investigación y generó evidencia contra mis defendidos”.
El defensor recordó el testimonio de Nidia Monsalbe, directora de Registros de la Subsecretaria de Agricultura y Ganadería del Ministerio de Producción. En el debate reveló que Mac Burney le había comprado la hacienda a Don José Moisés, una sociedad de Alto Río Senguer que en ese momento no tenía los papeles en orden. Y que la guía de transporte para traerla hasta el Valle Inferior la había emitido por su cuenta el juez de Paz de Senguer, un trámite frecuente pero irregular. Tanto, que el Superior Tribunal de Justicia ordenó abandonar esa práctica.
“Fue una compra ilegal y de acuerdo a la ley, los animales no eran suyos; si Raín y Guzmán son condenados, se está blanqueando todo lo que se hace mal en la cordillera. ¿Se puede robar algo que nadie acreditó como propio?”.
Pericich pidió que el dúo sea absuelto y liberado. Llevan 1 año y 10 meses presos.
Somos inocentes
En sus breves últimas palabras antes del veredicto, Guzmán y Rain se declararon inocentes y se quejaron porque nunca se hizo la reconstrucción del hecho para demostrar que dos personas no podían cargar esa hacienda en un camión con las dimensiones de un Ford 7000.
Guzmán le pidió al juez Di Biase recuperar su camión para que su familia pueda trabajar e insistió que todo lo hizo fue cumplir con un contrato de flete el 29 de diciembre para el transporte de 15 animales. Rain, por su parte, subrayó que las vacas no eran de Mac Burney.
El caso tuvo otros dos involucrados que fueron condenados en un juicio abreviado: Facundo Nahuel Maldonado y Néstor Griffiths.
Fotos: Norman Evans
Por Rolando Tobarez / Redacción Jornada
Unos dicen que Mario Rain y Carlos Guzmán le robaron 19 terneros y novillos a Ricardo Mac Burney, se sacaron selfies en el lugar del atraco, cargaron la hacienda en un camión, faenaron una parte y fueron detenidos cuando descargaban el resto en una chacra abandonada.
Otros dicen que el dúo no cometió delito alguno porque los animales ni siquiera eran del denunciante: aunque en su momento Mac Burney pagó por esa hacienda, la guía de transporte para traerla hasta el Valle Inferior la había otorgado un juez de Paz de Río Senguer por su cuenta en un trámite ilegal. Y que el propio productor faenó esos animales y dejó a la Fiscalía sin la evidencia central.
Este lunes 4 temprano el juez Marcelo Nieto Di Biase decidirá quién tiene razón, tras el juicio oral y público que terminó esta semana.
Según el alegato final de la fiscal Mariana Millapi, la tarde del 27 de diciembre de 2023 los ladrones rompieron el candado de la tranquera y entraron a la Chacra 328 de Dolavon, propiedad de Mac Burney. Se llevaron 19 vacas Hereford de más de 250 kilos, que cargaron en la caja de un camión Ford 7000 que manejaba Guzmán. Raín lo escoltaba en una Ford Ecosport con vidrios polarizados. En los corrales dejaron huellas de ruedas y una mancha de aceite. Partieron hacia la Chacra 213, en Villa Inés, cerca de ruta 7, zona de Gaiman.
Vecinos, agricultores y cámaras de seguridad los vieron circular por los caminos internos. Un testigo le dijo a la Policía que mientras abría la tranquera para ingresar a su chacra observó el paso lento de la Ecosport. Manejaba un “morocho cabezón” con el vidrio entreabierto, que lo saludó levantando la mano; detrás iba despacio el camión cargado de animales, cuyo conductor tenía barba y gorra. Eran Raín y Guzmán.
Dos días después del robo, el 29 de diciembre, un vecino avisó a la Policía que había visto ingresar al camión a la Chacra 213. Los uniformados fueron al lugar y en el preciso momento que vigilaban a la distancia, los imputados salían por ruta 7 hacia Gaiman. Lo siguieron por avenida Almirante Brown tomando por Juan Evans, continuando por el puente del río hasta la rotonda Las Mascotas. La camioneta y el camión tomaron ruta 9 a gran velocidad rumbo a La Angostura.
La policía sumó refuerzos para la búsqueda, de la cual participó Mac Burney activamente. Llegaron a la Escuela 130 y avanzaron a un camino rural despoblado: era la Chacra 198, pura maleza, una zona totalmente despoblada y abandonada, sin tranquera, alambres caídos, sin ninguna construcción y sin luz ni agua.
Vieron el Ford 7000 estacionado sobre unos corrales con la caja abierta. Dos hombres gritaban y hacían ademanes para asustar a los animales y que saltaran del camión al piso. Era una maniobra riesgosa ya que era un salto de más de un metro que podía matar a la hacienda. Así tiradas, tres vacas ya habían bajado. Otros dos hombres miraban desde la Ecosport. Eran los 15 animales que quedaban vivos tras la faena de la primera chacra.
Los cuatro fueron detenidos. En la camioneta se halló un rifle y una mochila con cuchillos, una balanza portátil, un aparejo doble con soga, un gancho doble, un tramo de soga con nudo y un arma calibre 22.
De inmediato llegó Mac Burney, que reconoció a los animales. La mayoría tenía las orejas cortadas, una maniobra para borrar evidencias y complicar su identificación. Salvo una que tenía la caravana con el número de denominación. Les dieron comida y agua y un camión los regresó al lugar del robo al otro día.
El dueño de la Chacra 213 -primera parada del raid- declaró que el 27 de diciembre, el día del robo, llegaron la Ecosport y el camión con Raín y Guzmán. Bajaron 18 terneros, se fueron y regresaron el 28 temprano. Le pidieron prestado el aparejo y carnearon tres animales; tiraron las vísceras en un pozo y se llevaron cabezas, cueros y carne. Esos restos fueron hallados con gusanos y un olor vomitivo. Tanto, que el fotógrafo policial sólo soportó registrar imágenes a distancia.
El 29 volvieron y cargaron los 15 animales restantes al camión. Estaban muy apurados por llegar a la tercera chacra, la abandonada
El allanamiento encontró en la Chacra 213 una vaina servida que pertenecía al rifle secuestrado en la Chacra 198, y restos de soga con un nudo tipo lazo.
Cuando la Policía Federal peritó el celular de Raín halló una selfie suya con la hacienda el día del robo en el predio de Mac Burney. También se lo ve con la carabina y en un video un día después del atraco depostando una oveja.
La fiscal Millapi pidió que se los condene por abigeato doblemente agravado por ser más de cinco cabezas de ganado y por la participación de más de tres personas. Si se los declara culpables, la acusación original anticipaba un pedido de pena de entre 5 y 7 años de cárcel para Guzmán y entre 6 y 8 años para Rain. El chofer del camión registra una condena a tres años en suspenso y Rain, una pena federal de 6 años y 6 meses de prisión.
Millapi también solicitó el decomiso de ambos vehículos.
Versión de la defensa
El defensor Carlos Pericich replicó que el caso se construyó sobre el clamor social por los robos en las chacras y la “hipersensibilidad policial” por no poder dar respuestas. Y explicó que los animales fueron una compra de Rain y que Guzmán sólo fue contratado para el flete.
Mac Burney, el denunciante, murió antes de llegar a juicio tras ser embestido por un animal en su predio. No declararon familiares ni apoderados que pudieran demostrar que las vacas robadas fueran suyas. No hay documentos que lo acrediten ni fotos de los animales con la marca “MAC” en sus cuartos, cuello o lomo. Fiscalía no resguardó esa evidencia central que debió custodiar y el propio productor había declarado que tras recuperar la hacienda la faenó y la vendió. “Es un punto crítico del caso: la propiedad de ese bien que dicen que se robó”, apuntó Pericich. “Al faenarlos Mac Burney entorpeció la investigación y generó evidencia contra mis defendidos”.
El defensor recordó el testimonio de Nidia Monsalbe, directora de Registros de la Subsecretaria de Agricultura y Ganadería del Ministerio de Producción. En el debate reveló que Mac Burney le había comprado la hacienda a Don José Moisés, una sociedad de Alto Río Senguer que en ese momento no tenía los papeles en orden. Y que la guía de transporte para traerla hasta el Valle Inferior la había emitido por su cuenta el juez de Paz de Senguer, un trámite frecuente pero irregular. Tanto, que el Superior Tribunal de Justicia ordenó abandonar esa práctica.
“Fue una compra ilegal y de acuerdo a la ley, los animales no eran suyos; si Raín y Guzmán son condenados, se está blanqueando todo lo que se hace mal en la cordillera. ¿Se puede robar algo que nadie acreditó como propio?”.
Pericich pidió que el dúo sea absuelto y liberado. Llevan 1 año y 10 meses presos.
Somos inocentes
En sus breves últimas palabras antes del veredicto, Guzmán y Rain se declararon inocentes y se quejaron porque nunca se hizo la reconstrucción del hecho para demostrar que dos personas no podían cargar esa hacienda en un camión con las dimensiones de un Ford 7000.
Guzmán le pidió al juez Di Biase recuperar su camión para que su familia pueda trabajar e insistió que todo lo hizo fue cumplir con un contrato de flete el 29 de diciembre para el transporte de 15 animales. Rain, por su parte, subrayó que las vacas no eran de Mac Burney.
El caso tuvo otros dos involucrados que fueron condenados en un juicio abreviado: Facundo Nahuel Maldonado y Néstor Griffiths.
Fotos: Norman Evans