Por Pedro Méndez
Cuando a una persona le toca estar en la situación en la que debe considerar donar sangre, con total seguridad, nunca lo consideró antes.
Es parte de la desconsideración propia que ejercemos todos en algún momento del transcurso de nuestras vidas.
En la actualidad, tanto la adolescencia primera como la tardía son las etapas en que las personas con mayor o menor conocimiento, y en algunos casos con total desconocimiento, se someten a las tendencias de la moda. En este caso puntual nos referiremos a la moda de tatuarse el cuerpo o colgarse piercings. En la última década la moda ha hecho del tatuaje y el piercing una industria tan rentable como inútil.
Cuando se está ante las planillas de donador de sangre para un familiar o un amigo, o quien fuere, salta a la luz toda una situación.
Más del cincuenta % de los donantes menores de 40 años que se presentan a donar sangre en la condición antes mencionada, no puede hacerlo ya que los tatuajes y los piercing lo ubican como integrante de la “población de riesgo”.
Los informes médicos más serios dicen que las personas tatuadas no pueden ser donantes de sangre (ni de órganos, ni tejidos). Ello se debe a que las mismas están expuestas a la contaminación de algunas de las enfermedades trasmisibles como chagas, brucelosis, hepatitis B, hepatitis C, sífilis, HTLV y VIH.
De esa manera se evita exponer al receptor de sangre al riesgo del efecto ventana con infecciones post-trasfusiones que constituyen potenciales complicaciones para el paciente que recibe la sangre.
Jornada consultó a la doctora Paula Vera, bioquímica profesional de FIZA, laboratorio de análisis clínicos sobre algunos de los puntos más críticos aquí mencionados.
- ¿Por qué una persona que tiene tatuajes y/o piercings no puede donar sangre?
- Debemos partir de que nuestro trabajo es busca lo mejor para el paciente. Lo que nos importa es el paciente al que estamos atendiendo. En ese contexto, la sangre de alguien con tatuajes o piercings no es la mejor opción para quien va recibirla en su cuerpo para reestablecer su salud. En la medida que la donación sea una situación programada, no urgente se va a evitar que alguien que tiene tatuajes o piercings en su cuerpo sea el donante de sangre de un paciente.
- ¿Cuál es el real impedimento?
- Por que se los considera población de riesgo. Cuando se presenta una persona a donar sangre se le hace llenar una planilla con requerimientos puntuales que los médicos necesitamos tener en cuenta la momento de aceptar la sangre que luego será utilizada para fortalecer la vida de un paciente que no está en las mismas condiciones que el donante.
Y si bien se puede considerar discriminatorio el cuestionario que se le hace al donante, no lo es, ya que es lo más cerca que podemos estar de asegurarnos en una primera instancia, que la sangre que será donada servirá para restablecer la salud de otra persona.
- Si se tomara la sangre de una persona con tatuajes y se realizara un examen, puede que en una primera instancia no se le detecta ninguna anomalía que podría surgir en un segundo examen tiempo después. ¿Puede ocurrir algo así?
- Sí. Es lo que llamamos periodo ventana. Voy a utilizar lo siguiente como ejemplo: cuando una persona contacta con el virus del HIV no necesariamente se manifiesta en ese momento. Hay un tiempo, más o menos prolongado que depende del estado del sistema inmunológico de esa persona, hasta que concretamente se manifiesta la infección.
Durante ese periodo ventana el paciente tiene el virus pero los anticuerpos no son detectables con los métodos comunes. Se necesita de una instancia superior de análisis, más minuciosa para detectarla.
- Entonces los tatuados y piercings puede donar tanto sangre.
- Por duro que resulte, o por más que la gente se sienta discriminada, una persona tatuada o con piercings será la última de las opciones. Cuando la situación es de total emergencia, vayamos a la heladera y necesitemos sangre ya, de cualquier persona disponible porque no tenemos suficiente. En ese caso probablemente llamaremos a alguien que tiene tatuado su cuerpo o tenga piercings.
Y no es una cuestión de gustos, por que no se pueden dar respuesta a pedio del cliente.
Como ya lo mencione antes, cuando alguien espera una donación de sangre es porque es un paciente que está en una condición crítica y por eso debemos ser exhaustivos hasta donde podamos y eliminar todo riesgo posible. Además, hay cuestiones legales que atender.#
Por Pedro Méndez
Cuando a una persona le toca estar en la situación en la que debe considerar donar sangre, con total seguridad, nunca lo consideró antes.
Es parte de la desconsideración propia que ejercemos todos en algún momento del transcurso de nuestras vidas.
En la actualidad, tanto la adolescencia primera como la tardía son las etapas en que las personas con mayor o menor conocimiento, y en algunos casos con total desconocimiento, se someten a las tendencias de la moda. En este caso puntual nos referiremos a la moda de tatuarse el cuerpo o colgarse piercings. En la última década la moda ha hecho del tatuaje y el piercing una industria tan rentable como inútil.
Cuando se está ante las planillas de donador de sangre para un familiar o un amigo, o quien fuere, salta a la luz toda una situación.
Más del cincuenta % de los donantes menores de 40 años que se presentan a donar sangre en la condición antes mencionada, no puede hacerlo ya que los tatuajes y los piercing lo ubican como integrante de la “población de riesgo”.
Los informes médicos más serios dicen que las personas tatuadas no pueden ser donantes de sangre (ni de órganos, ni tejidos). Ello se debe a que las mismas están expuestas a la contaminación de algunas de las enfermedades trasmisibles como chagas, brucelosis, hepatitis B, hepatitis C, sífilis, HTLV y VIH.
De esa manera se evita exponer al receptor de sangre al riesgo del efecto ventana con infecciones post-trasfusiones que constituyen potenciales complicaciones para el paciente que recibe la sangre.
Jornada consultó a la doctora Paula Vera, bioquímica profesional de FIZA, laboratorio de análisis clínicos sobre algunos de los puntos más críticos aquí mencionados.
- ¿Por qué una persona que tiene tatuajes y/o piercings no puede donar sangre?
- Debemos partir de que nuestro trabajo es busca lo mejor para el paciente. Lo que nos importa es el paciente al que estamos atendiendo. En ese contexto, la sangre de alguien con tatuajes o piercings no es la mejor opción para quien va recibirla en su cuerpo para reestablecer su salud. En la medida que la donación sea una situación programada, no urgente se va a evitar que alguien que tiene tatuajes o piercings en su cuerpo sea el donante de sangre de un paciente.
- ¿Cuál es el real impedimento?
- Por que se los considera población de riesgo. Cuando se presenta una persona a donar sangre se le hace llenar una planilla con requerimientos puntuales que los médicos necesitamos tener en cuenta la momento de aceptar la sangre que luego será utilizada para fortalecer la vida de un paciente que no está en las mismas condiciones que el donante.
Y si bien se puede considerar discriminatorio el cuestionario que se le hace al donante, no lo es, ya que es lo más cerca que podemos estar de asegurarnos en una primera instancia, que la sangre que será donada servirá para restablecer la salud de otra persona.
- Si se tomara la sangre de una persona con tatuajes y se realizara un examen, puede que en una primera instancia no se le detecta ninguna anomalía que podría surgir en un segundo examen tiempo después. ¿Puede ocurrir algo así?
- Sí. Es lo que llamamos periodo ventana. Voy a utilizar lo siguiente como ejemplo: cuando una persona contacta con el virus del HIV no necesariamente se manifiesta en ese momento. Hay un tiempo, más o menos prolongado que depende del estado del sistema inmunológico de esa persona, hasta que concretamente se manifiesta la infección.
Durante ese periodo ventana el paciente tiene el virus pero los anticuerpos no son detectables con los métodos comunes. Se necesita de una instancia superior de análisis, más minuciosa para detectarla.
- Entonces los tatuados y piercings puede donar tanto sangre.
- Por duro que resulte, o por más que la gente se sienta discriminada, una persona tatuada o con piercings será la última de las opciones. Cuando la situación es de total emergencia, vayamos a la heladera y necesitemos sangre ya, de cualquier persona disponible porque no tenemos suficiente. En ese caso probablemente llamaremos a alguien que tiene tatuado su cuerpo o tenga piercings.
Y no es una cuestión de gustos, por que no se pueden dar respuesta a pedio del cliente.
Como ya lo mencione antes, cuando alguien espera una donación de sangre es porque es un paciente que está en una condición crítica y por eso debemos ser exhaustivos hasta donde podamos y eliminar todo riesgo posible. Además, hay cuestiones legales que atender.#