Al cierre de esta edición permanecían tomadas las comunas rurales de Gastre y de Gan Gan. En la primera, Minera Argenta despidió a 47 trabajadores y en la segunda, a 20. Pero si se incluye a los empleados indirectos, como proveedores, la cifra asciende al menos a 100 familias afectadas. También hay despedidos en Lagunita Salada y Blancuntre. Se quedarían toda la noche con sus familias y hasta con vecinos y proveedores, que apoyan el reclamo.
Se trata del primer efecto laboral concreto luego de que el Gobierno decidiera suspender sin fecha cierta el tratamiento legislativo del proyecto de ley de marco regulatorio para la minería. Minera Argenta es subsidiaria de la multinacional Pan American Silver y maneja –o manejaba- el multimillonario Proyecto Navidad. PAS no parece estar dispuesta a esperar más tiempo para desarrollar sus ideas para Chubut.
Sólo quedarán unos pocos trabajadores bajo contrato para ocuparse del mantenimiento de las instalaciones y tareas que la minera considera mínimas e indispensables. La empresa ofreció a los despedidos –además de las indemnizaciones de rigor- que cobren un fondo de ayuda económica hasta diciembre. Pero los afectados no saben si pasarán el invierno.
Angustia y mucha bronca era ayer el sentimiento generalizado de los trabajadores despedidos. Apenas recibieron la notificación del despido, a través de telegramas la noche del martes, los empleados se reunieron y decidieron una toma pacífica de ambas comunas. Esperan para esta mañana el arribo de funcionarios del Gobierno Provincial y legisladores, a quienes les pedirían respuestas (ver página 4).
Varios desocupados que dialogaron con Jornada coincidieron en recordarle al gobernador Martín Buzzi que recuerde el mensaje que les dejó cuando visitó la meseta en noviembre: que impulsaría la minería en la región y se avanzaría en un marco regulatorio, hoy demorado al haberlo retirado de la Legislatura hasta nuevo aviso.
Entre los despedidos hay madres a cargo de varios hijos y con una antigüedad de 3 ó más años en la empresa.
Carla Rosas contó que tenía una antigüedad de tres años en la empresa, y al haber sido despedida al igual que varias personas más, vivían un día muy triste. Se desempeñaba en el área de Relaciones Comunitarias, de donde surgía la información de Argenta a los vecinos.
Su esposo es nativo de Gastre, y ella hace diez años que está radicada en el lugar, donde nacieron y se educan sus hijos. Al recibir el telegrama de despido “cayó como un baldazo de agua fría”, más allá que ya lo venían sospechando, pero no pensaban que llegarían tan pronto a esta situación.
La mujer comentó que elaboraron un petitorio al Gobierno, que fue enviado por el presidente de la comuna, Rolando Rocco, con la firma de los desocupados y vecinos que apoyan la actividad. “Esperamos una respuesta concreta porque esto es un desastre”, afirmó. En esa zona ya venían con una importante desocupación y se agrava el panorama. “De alguna manera están obligando al desarraigo de quienes al no tener trabajo en Gastre tendrán que partir a otros lugares”.
Muy apenada por lo ocurrido, Carla indicó que allí se conocen todos y sus hijos crecen en Gastre en tranquilidad. “Ahora tenemos que pensar sacarlos de acá si no nos dan una solución; es muy triste”. El mensaje de esta vecina para el gobernador Buzzi fue “que no se olvide el mensaje que nos dio el 10 de noviembre cuando visitó Gastre, y dijo que la meseta iba a tener lo que quería, y nosotros queremos trabajo, una solución, y rápido, porque no podemos esperar”.
De los diputados provinciales expresó que “en la Legislatura hay muchos legisladores sentados que no conocen la realidad de Chubut, y menos la realidad de la meseta, porque no saben dónde queda, ni de qué vive la gente; lo digo yo, Carla Rosas”. Recalcó que en 2011 cuando cayó ceniza volcánica recibieron mucha ayuda de la minera pero del gobierno se acercaron pocos.
Reclamó que los diputados fueran a la meseta pero no en avión, sino por tierra, así como ellos para hacer un trámite en la Anses u otra repartición recorren el camino en 12 horas en micro hasta la ciudad. “Que vengan en colectivo, y lo hagan ida y vuelta, porque los elegimos para que nos representen, y es lo que menos hacen”.
Otro despedido, Norberto Troncoso, consideró que es complicada la situación. Contó que en el petitorio al gobernador le piden que cuando se reabran las sesiones de la Legislatura presente el proyecto de marco regulatorio para la minería y haga una zonificación.
Norberto nació en Gastre y hace siete años que trabajaba en la minera. Estaba decidido con sus compañeros a permanecer en la comuna hasta que llegara alguna autoridad provincial o legisladores, a quienes pidió que voten pronto el marco minero. Y se dirigió a los ambientalistas: “También pusieron sus fichas para que esto se demore, aunque la mayor responsabilidad es del Gobierno”.
Troncoso, de 33 años, trabajaba en Geología y explicó que el Proyecto Navidad cumplió con todas las etapas previas a la explotación. Por eso quieren sea habilitada para tener trabajo y extraer plata, plomo y cobre.
Para Marisa Uribe, de 37 años, fue un golpe muy duro lo que les pasó: trabajaba en la cocina hace dos años y su sueldo era el único sustento de los cinco hijos. Es separada. Resistiría en la comuna hasta que fueran funcionarios y diputados, fundamentalmente Alejandra Johnson Táccari, que representa a la Meseta.
La urgencia es una solución laboral o que les ofrezcan otros proyectos, pero sin esperar demasiado porque son muchas las familias que quedaron sin un ingreso. “El Gobierno se dejó estar mucho con el marco regulatorio; el gobernador vino y nos prometió que tendríamos minería, y sin embargo estamos con una mano atrás y otra adelante”.
A los diputados provinciales Marisa les pidió que se saquen la máscara de una vez y debatan en serio el proyecto minero. “No podemos seguir esperando que se decidan. Que se pongan las pilas así como nosotros lo hicimos cuando necesitaban los votos; no queremos que nos regalen nada, sólo trabajo”. Otro despedido fue Armando Hermosilla. Estuvo cinco años en la empresa y aclaró que la toma es pacífica porque no son violentos sino trabajadores.
Cristina Troncoso brindó también su opinión a este diario y lamentó el despido de tanta gente. Precisó que estuvo cinco años en la empresa y de su salario dependían sus cuatro hijos. Preguntó cómo harán ahora las familias desocupadas para alimentar a los chicos, vestirlos y mandarlos a la escuela. A los gobernantes les reclamó que se pongan la mano en el corazón y piensen en ellos: “Tenemos hijos y somos seres humanos como cualquiera; que no discriminen entre los que están en la ciudad y nosotros que estamos en el interior”.
Trabajaba en la cocina de la minera, y aseguró que no se irían de la comuna hasta que llegaran funcionarios. “Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario; hasta que nos den una respuesta”, se fastidió. También criticó a los opositores a la minería de Esquel y otros lugares, que no les importa su situación, porque la mayoría tiene un empleo del Estado.
Advirtió que sin saber hablan de contaminación, y así es que se oponen a todo, recordando la década del ochenta cuando se proyectaba el basurero nuclear en Gastre, y hubo un gran rechazo. “Nosotros queremos trabajo, y ¿ellos qué nos van a ofrecer?; ¿qué dicen de las pesqueras o de Aluar?. Da bronca que vivan con que todo contamina”, finalizó.
Al cierre de esta edición permanecían tomadas las comunas rurales de Gastre y de Gan Gan. En la primera, Minera Argenta despidió a 47 trabajadores y en la segunda, a 20. Pero si se incluye a los empleados indirectos, como proveedores, la cifra asciende al menos a 100 familias afectadas. También hay despedidos en Lagunita Salada y Blancuntre. Se quedarían toda la noche con sus familias y hasta con vecinos y proveedores, que apoyan el reclamo.
Se trata del primer efecto laboral concreto luego de que el Gobierno decidiera suspender sin fecha cierta el tratamiento legislativo del proyecto de ley de marco regulatorio para la minería. Minera Argenta es subsidiaria de la multinacional Pan American Silver y maneja –o manejaba- el multimillonario Proyecto Navidad. PAS no parece estar dispuesta a esperar más tiempo para desarrollar sus ideas para Chubut.
Sólo quedarán unos pocos trabajadores bajo contrato para ocuparse del mantenimiento de las instalaciones y tareas que la minera considera mínimas e indispensables. La empresa ofreció a los despedidos –además de las indemnizaciones de rigor- que cobren un fondo de ayuda económica hasta diciembre. Pero los afectados no saben si pasarán el invierno.
Angustia y mucha bronca era ayer el sentimiento generalizado de los trabajadores despedidos. Apenas recibieron la notificación del despido, a través de telegramas la noche del martes, los empleados se reunieron y decidieron una toma pacífica de ambas comunas. Esperan para esta mañana el arribo de funcionarios del Gobierno Provincial y legisladores, a quienes les pedirían respuestas (ver página 4).
Varios desocupados que dialogaron con Jornada coincidieron en recordarle al gobernador Martín Buzzi que recuerde el mensaje que les dejó cuando visitó la meseta en noviembre: que impulsaría la minería en la región y se avanzaría en un marco regulatorio, hoy demorado al haberlo retirado de la Legislatura hasta nuevo aviso.
Entre los despedidos hay madres a cargo de varios hijos y con una antigüedad de 3 ó más años en la empresa.
Carla Rosas contó que tenía una antigüedad de tres años en la empresa, y al haber sido despedida al igual que varias personas más, vivían un día muy triste. Se desempeñaba en el área de Relaciones Comunitarias, de donde surgía la información de Argenta a los vecinos.
Su esposo es nativo de Gastre, y ella hace diez años que está radicada en el lugar, donde nacieron y se educan sus hijos. Al recibir el telegrama de despido “cayó como un baldazo de agua fría”, más allá que ya lo venían sospechando, pero no pensaban que llegarían tan pronto a esta situación.
La mujer comentó que elaboraron un petitorio al Gobierno, que fue enviado por el presidente de la comuna, Rolando Rocco, con la firma de los desocupados y vecinos que apoyan la actividad. “Esperamos una respuesta concreta porque esto es un desastre”, afirmó. En esa zona ya venían con una importante desocupación y se agrava el panorama. “De alguna manera están obligando al desarraigo de quienes al no tener trabajo en Gastre tendrán que partir a otros lugares”.
Muy apenada por lo ocurrido, Carla indicó que allí se conocen todos y sus hijos crecen en Gastre en tranquilidad. “Ahora tenemos que pensar sacarlos de acá si no nos dan una solución; es muy triste”. El mensaje de esta vecina para el gobernador Buzzi fue “que no se olvide el mensaje que nos dio el 10 de noviembre cuando visitó Gastre, y dijo que la meseta iba a tener lo que quería, y nosotros queremos trabajo, una solución, y rápido, porque no podemos esperar”.
De los diputados provinciales expresó que “en la Legislatura hay muchos legisladores sentados que no conocen la realidad de Chubut, y menos la realidad de la meseta, porque no saben dónde queda, ni de qué vive la gente; lo digo yo, Carla Rosas”. Recalcó que en 2011 cuando cayó ceniza volcánica recibieron mucha ayuda de la minera pero del gobierno se acercaron pocos.
Reclamó que los diputados fueran a la meseta pero no en avión, sino por tierra, así como ellos para hacer un trámite en la Anses u otra repartición recorren el camino en 12 horas en micro hasta la ciudad. “Que vengan en colectivo, y lo hagan ida y vuelta, porque los elegimos para que nos representen, y es lo que menos hacen”.
Otro despedido, Norberto Troncoso, consideró que es complicada la situación. Contó que en el petitorio al gobernador le piden que cuando se reabran las sesiones de la Legislatura presente el proyecto de marco regulatorio para la minería y haga una zonificación.
Norberto nació en Gastre y hace siete años que trabajaba en la minera. Estaba decidido con sus compañeros a permanecer en la comuna hasta que llegara alguna autoridad provincial o legisladores, a quienes pidió que voten pronto el marco minero. Y se dirigió a los ambientalistas: “También pusieron sus fichas para que esto se demore, aunque la mayor responsabilidad es del Gobierno”.
Troncoso, de 33 años, trabajaba en Geología y explicó que el Proyecto Navidad cumplió con todas las etapas previas a la explotación. Por eso quieren sea habilitada para tener trabajo y extraer plata, plomo y cobre.
Para Marisa Uribe, de 37 años, fue un golpe muy duro lo que les pasó: trabajaba en la cocina hace dos años y su sueldo era el único sustento de los cinco hijos. Es separada. Resistiría en la comuna hasta que fueran funcionarios y diputados, fundamentalmente Alejandra Johnson Táccari, que representa a la Meseta.
La urgencia es una solución laboral o que les ofrezcan otros proyectos, pero sin esperar demasiado porque son muchas las familias que quedaron sin un ingreso. “El Gobierno se dejó estar mucho con el marco regulatorio; el gobernador vino y nos prometió que tendríamos minería, y sin embargo estamos con una mano atrás y otra adelante”.
A los diputados provinciales Marisa les pidió que se saquen la máscara de una vez y debatan en serio el proyecto minero. “No podemos seguir esperando que se decidan. Que se pongan las pilas así como nosotros lo hicimos cuando necesitaban los votos; no queremos que nos regalen nada, sólo trabajo”. Otro despedido fue Armando Hermosilla. Estuvo cinco años en la empresa y aclaró que la toma es pacífica porque no son violentos sino trabajadores.
Cristina Troncoso brindó también su opinión a este diario y lamentó el despido de tanta gente. Precisó que estuvo cinco años en la empresa y de su salario dependían sus cuatro hijos. Preguntó cómo harán ahora las familias desocupadas para alimentar a los chicos, vestirlos y mandarlos a la escuela. A los gobernantes les reclamó que se pongan la mano en el corazón y piensen en ellos: “Tenemos hijos y somos seres humanos como cualquiera; que no discriminen entre los que están en la ciudad y nosotros que estamos en el interior”.
Trabajaba en la cocina de la minera, y aseguró que no se irían de la comuna hasta que llegaran funcionarios. “Nos vamos a quedar el tiempo que sea necesario; hasta que nos den una respuesta”, se fastidió. También criticó a los opositores a la minería de Esquel y otros lugares, que no les importa su situación, porque la mayoría tiene un empleo del Estado.
Advirtió que sin saber hablan de contaminación, y así es que se oponen a todo, recordando la década del ochenta cuando se proyectaba el basurero nuclear en Gastre, y hubo un gran rechazo. “Nosotros queremos trabajo, y ¿ellos qué nos van a ofrecer?; ¿qué dicen de las pesqueras o de Aluar?. Da bronca que vivan con que todo contamina”, finalizó.