Qué peligros puede esconder un lago rodeado de montañas, espesa vegetación, arroyos, pájaros que cantan y peces que se mueven en sus cristalinas aguas? A simple vista, nada, y ademas sería el lugar soñado por todos para tener una cabaña y vivir siempre alli. Pero, ahora se sabe, que según dónde esté ubicado este lago, puede ser o no peligroso. Y así lo supieron los pocos sobrevivientes que vivían en las cercanías del lago Nyos, en Camerún en 1986. Una noche de agosto, de ese año, algo monstruoso emergió de las profundidades y acabó con toda forma de vida en pocos minutos.
El 21 de agosto a eso de las 9 de la noche, una enorme explosión de dióxido de carbono producida en sus profundidades disparó uno de los mayores desastres naturales del mundo en el Lago Nyos, en el oeste de Camerún.
Desplazándose a casi 50 Km. /h, la nube de gas bajó los valles circundantes, expandiéndose a unos 23 Km. a la redonda, llegando a un pueblo cercano al lago, en el que mató por asfixia a más de 1.800 habitantes. En esta erupción, algunas personas murieron a una distancia de más 25 Km. del lago, también sucumbieron esa noche 6.000 cabezas de ganado. El dióxido de carbono se había acumulado durante años en el Lago Nyos y quedó atrapado en sus aguas heladas a más de 200 metros debajo de la superficie. Dado el peso del agua, el lago, que estaba ubicado en el cráter de un volcán, tenía que liberarse de forma violenta en algún momento. Para que tengan una idea, fue como tomar una botella de gaseosa y sacudirla a más no poder y luego abrir la tapa, el final ya lo sabemos: tendremos una violenta lluvia de burbujas.
Pero a lo largo de los años, las burbujas en el fondo del Nyos ya no tenían más lugar y comenzaron a desprenderse hasta que, eventualmente, el lago de soda estalló, poniéndose literalmente a sí mismo de arriba para abajo en unos pocos minutos. En pocos minutos el Nyos había liberado 80 millones de métros cúbicos de CO2.
Testimonios del horror
Ifrain Che estaba en su choza de barro en un acantilado sobre el lago Nyos, en las volcánicas tierras altas del noroeste de Camerún. La luna iluminaba el agua, más allá las colinas y los valles. Alrededor de las 9 de la noche, Ifrain, un granjero que vivía con sus cuatro hijos, escuchó un temblor que parecía como el de un deslizamiento de rocas. Luego, una extraña niebla blanca se elevó desde el lago. Ifrain les dijo a sus hijos que parecía como que iba a comenzar a llover y se fue a la cama, sintiéndose un poco mal.
Más abajo, cerca de la orilla del lago, Halima Suley, una ganadera, y sus cuatro hijos se habían retirado para pasar la noche. Ella también sintió el retumbar; sonaba, recordaría más tarde, como “el grito de muchas voces”. De repente, un fuerte viento rugía a través del pequeño conglomerado de chozas con techos de paja de su familia, y rápidamente ella se desmayó, “como una muerta”, dijo. Con las primeras luces del día, Ifrain se dirigió colina abajo. El Nyos, normalmente de un azul cristalino, se había vuelto de un rojo opaco. Cuando llegó al único arroyo del lago, una cascada que caía desde un punto bajo en la orilla, encontró que este, contrariamente a lo normal, estaba seco. En ese momento notó el brutal silencio; aún el usual coro matutino de los pájaros y de los insectos estaba ausente. Ifrain estaba tan asustado que sus rodillas temblaban, y corrió a lo largo del lago. Luego escuchó llantos. Era Suley, quien, en un frenesí de miedo y dolor, se había arrancado las vestiduras. “¡Ifraín!”, gritó. “¡Ven aquí! ¿Por qué está mi familia tirada en este lugar? ¿Por qué no se mueven?”
Ifrain intentó mirar hacia otro lado: diseminados a su alrededor estaban los cuerpos de los hijos de Suley, los de 31 otros miembros de su familia y los cadáveres de sus 400 cabezas de vacas. Suley intentaba despertar a su fallecido padre. “Ese día no había moscas sobre los muertos”, dijo Ifrain. Las moscas también habían muerto.
Bajó corriendo la colina, hacia la villa que lleva el nombre del lago. Allí, casi todos los mil ochocientos residentes estaban muertos, incluyendo a sus padres, hermanos, tíos y tías. “Yo lloraba, y lloraba, y lloraba”, dijo. Era el 21 de agosto de 1986; el fin del mundo, o así al menos lo creyó Ifrain.
Descubrimiento espantoso
Muchas de las víctimas fueron halladas en sus camas, durmiendo o en la entrada de sus viviendas, lo que sugiere que murieron en el lugar. Los cuerpos yacían cerca de los fuegos del hogar, amontonados en los portales. Se notó un cambio en el color de la piel de los cadáveres a causa del contacto con el gas, lo que llevó a pensar que la poderosa nube pudo haber contenido un ácido disuelto. Todo ser vivo, animales, plantas e insectos fueron allados muertos en los alrededores del lago. Cuandoel gasllegó a la superficie, causó una enorme explosión provocando un tsunami que alcanzó una altura de 5 metros. Algunas personas que permanecieron inconscientes durante más de un día, finalmente se despertaron, vieron muertos a los miembros de sus familias, y se suicidaron. En pocos días, científicos de todo el mundo llegaron al Nyos. Al principio, creyeron que el volcán había entrado en erupción, vomitando alguna clase de gases mortales. A lo largo de los meses, sin embargo, los investigadores pusieron en evidencia un desastre monstruoso, mucho más letal; uno que solamente se creía que era un mito: una explosión límnica. Y lo que era aún peor, comprendieron que la catástrofe podía volver a ocurrir en cualquier otro lago del mundo.
Causas de la catástrofe
La emanación de una gran nube de gas tóxico fue provocada por el agua del lago al saturarse de dióxido de carbono que se filtró de los manantiales subterráneos. Se cree que el gas se desprendió del fondo debido a un derrumbe o un sismo. Desde 1990, un equipo de científicos franceses ha trabajado para desgasificar el lago, y se ha instalado una serie de tuberías a fin de prevenir las formaciones de dióxido de carbono.
Este tipo de explosión es lo que se denomina una erupción límnica (también llamada “fenómeno del lago explosivo”), un extraño desastre natural, en el cual el dióxido de carbono erupciona súbitamente de las profundidades de un lago volcánico, asfixiando a la fauna, al ganado y a los seres humanos. Tal erupción también puede originar tsunamis en el lago en la medida que el CO2 asciende a la superficie desplazando agua.
Los científicos creen que los deslizamientos de tierra, la actividad volcánica o ciertas explosiones pueden desencadenar una erupción de este tipo.
A la fecha, este fenómeno sólo ha sido observado dos veces. La primera vez fue en el Lago Monoun de Camerún en 1984, que causó la asfixia y muerte de 37 personas que vivían en los alrededores del lago y el segundo caso fue el del Nyos.#
Qué peligros puede esconder un lago rodeado de montañas, espesa vegetación, arroyos, pájaros que cantan y peces que se mueven en sus cristalinas aguas? A simple vista, nada, y ademas sería el lugar soñado por todos para tener una cabaña y vivir siempre alli. Pero, ahora se sabe, que según dónde esté ubicado este lago, puede ser o no peligroso. Y así lo supieron los pocos sobrevivientes que vivían en las cercanías del lago Nyos, en Camerún en 1986. Una noche de agosto, de ese año, algo monstruoso emergió de las profundidades y acabó con toda forma de vida en pocos minutos.
El 21 de agosto a eso de las 9 de la noche, una enorme explosión de dióxido de carbono producida en sus profundidades disparó uno de los mayores desastres naturales del mundo en el Lago Nyos, en el oeste de Camerún.
Desplazándose a casi 50 Km. /h, la nube de gas bajó los valles circundantes, expandiéndose a unos 23 Km. a la redonda, llegando a un pueblo cercano al lago, en el que mató por asfixia a más de 1.800 habitantes. En esta erupción, algunas personas murieron a una distancia de más 25 Km. del lago, también sucumbieron esa noche 6.000 cabezas de ganado. El dióxido de carbono se había acumulado durante años en el Lago Nyos y quedó atrapado en sus aguas heladas a más de 200 metros debajo de la superficie. Dado el peso del agua, el lago, que estaba ubicado en el cráter de un volcán, tenía que liberarse de forma violenta en algún momento. Para que tengan una idea, fue como tomar una botella de gaseosa y sacudirla a más no poder y luego abrir la tapa, el final ya lo sabemos: tendremos una violenta lluvia de burbujas.
Pero a lo largo de los años, las burbujas en el fondo del Nyos ya no tenían más lugar y comenzaron a desprenderse hasta que, eventualmente, el lago de soda estalló, poniéndose literalmente a sí mismo de arriba para abajo en unos pocos minutos. En pocos minutos el Nyos había liberado 80 millones de métros cúbicos de CO2.
Testimonios del horror
Ifrain Che estaba en su choza de barro en un acantilado sobre el lago Nyos, en las volcánicas tierras altas del noroeste de Camerún. La luna iluminaba el agua, más allá las colinas y los valles. Alrededor de las 9 de la noche, Ifrain, un granjero que vivía con sus cuatro hijos, escuchó un temblor que parecía como el de un deslizamiento de rocas. Luego, una extraña niebla blanca se elevó desde el lago. Ifrain les dijo a sus hijos que parecía como que iba a comenzar a llover y se fue a la cama, sintiéndose un poco mal.
Más abajo, cerca de la orilla del lago, Halima Suley, una ganadera, y sus cuatro hijos se habían retirado para pasar la noche. Ella también sintió el retumbar; sonaba, recordaría más tarde, como “el grito de muchas voces”. De repente, un fuerte viento rugía a través del pequeño conglomerado de chozas con techos de paja de su familia, y rápidamente ella se desmayó, “como una muerta”, dijo. Con las primeras luces del día, Ifrain se dirigió colina abajo. El Nyos, normalmente de un azul cristalino, se había vuelto de un rojo opaco. Cuando llegó al único arroyo del lago, una cascada que caía desde un punto bajo en la orilla, encontró que este, contrariamente a lo normal, estaba seco. En ese momento notó el brutal silencio; aún el usual coro matutino de los pájaros y de los insectos estaba ausente. Ifrain estaba tan asustado que sus rodillas temblaban, y corrió a lo largo del lago. Luego escuchó llantos. Era Suley, quien, en un frenesí de miedo y dolor, se había arrancado las vestiduras. “¡Ifraín!”, gritó. “¡Ven aquí! ¿Por qué está mi familia tirada en este lugar? ¿Por qué no se mueven?”
Ifrain intentó mirar hacia otro lado: diseminados a su alrededor estaban los cuerpos de los hijos de Suley, los de 31 otros miembros de su familia y los cadáveres de sus 400 cabezas de vacas. Suley intentaba despertar a su fallecido padre. “Ese día no había moscas sobre los muertos”, dijo Ifrain. Las moscas también habían muerto.
Bajó corriendo la colina, hacia la villa que lleva el nombre del lago. Allí, casi todos los mil ochocientos residentes estaban muertos, incluyendo a sus padres, hermanos, tíos y tías. “Yo lloraba, y lloraba, y lloraba”, dijo. Era el 21 de agosto de 1986; el fin del mundo, o así al menos lo creyó Ifrain.
Descubrimiento espantoso
Muchas de las víctimas fueron halladas en sus camas, durmiendo o en la entrada de sus viviendas, lo que sugiere que murieron en el lugar. Los cuerpos yacían cerca de los fuegos del hogar, amontonados en los portales. Se notó un cambio en el color de la piel de los cadáveres a causa del contacto con el gas, lo que llevó a pensar que la poderosa nube pudo haber contenido un ácido disuelto. Todo ser vivo, animales, plantas e insectos fueron allados muertos en los alrededores del lago. Cuandoel gasllegó a la superficie, causó una enorme explosión provocando un tsunami que alcanzó una altura de 5 metros. Algunas personas que permanecieron inconscientes durante más de un día, finalmente se despertaron, vieron muertos a los miembros de sus familias, y se suicidaron. En pocos días, científicos de todo el mundo llegaron al Nyos. Al principio, creyeron que el volcán había entrado en erupción, vomitando alguna clase de gases mortales. A lo largo de los meses, sin embargo, los investigadores pusieron en evidencia un desastre monstruoso, mucho más letal; uno que solamente se creía que era un mito: una explosión límnica. Y lo que era aún peor, comprendieron que la catástrofe podía volver a ocurrir en cualquier otro lago del mundo.
Causas de la catástrofe
La emanación de una gran nube de gas tóxico fue provocada por el agua del lago al saturarse de dióxido de carbono que se filtró de los manantiales subterráneos. Se cree que el gas se desprendió del fondo debido a un derrumbe o un sismo. Desde 1990, un equipo de científicos franceses ha trabajado para desgasificar el lago, y se ha instalado una serie de tuberías a fin de prevenir las formaciones de dióxido de carbono.
Este tipo de explosión es lo que se denomina una erupción límnica (también llamada “fenómeno del lago explosivo”), un extraño desastre natural, en el cual el dióxido de carbono erupciona súbitamente de las profundidades de un lago volcánico, asfixiando a la fauna, al ganado y a los seres humanos. Tal erupción también puede originar tsunamis en el lago en la medida que el CO2 asciende a la superficie desplazando agua.
Los científicos creen que los deslizamientos de tierra, la actividad volcánica o ciertas explosiones pueden desencadenar una erupción de este tipo.
A la fecha, este fenómeno sólo ha sido observado dos veces. La primera vez fue en el Lago Monoun de Camerún en 1984, que causó la asfixia y muerte de 37 personas que vivían en los alrededores del lago y el segundo caso fue el del Nyos.#