Sigue la tensión en el Hospital Regional de Comodoro

Un cirujano residente que habría pedido custodia policial fue intimado a no abandonar el servicio luego de haber finalizado una guardia. Se cuestionó a la Policía y al interventor, Sergio Jaime. El intendente Di Pierro no descartó “municipalizar” el sistema. Los empleados, cada vez más enojados.

05 MAR 2013 - 22:52 | Actualizado

Momentos de confusión y de extrema tensión se vivieron en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, donde se sumaron nuevos focos de conflicto a la declarada emergencia sanitaria por la renuncia de 9 cirujanos. Ayer un médico residente fue intimado a no dejar su trabajo con custodia policial y se denunciaron amenazas e intimaciones de parte de los cirujanos renunciantes.

Tampoco pudieron cumplir tareas los tres profesionales del hospital Militar que fueron aportados como un “paliativo” ante la renuncia del equipo. Además en asamblea de trabajadores se decidió realizar guardias mínimas a partir de hoy y declarar el estado de alerta permanente. También se cuestionó el accionar de Sergio Jaime, designado por el Gobierno provincial al frente del Comité de Salud.

Anoche, el gobernador Martín Buzzi rechazó la renuncia del subsecretario de Gestión Institucional del Ministerio de Salud, Pedro Romero Luna, que había dimitido por la tarde. Buzzi lo convocó urgente para recibir nuevas instrucciones.

La situación más densa se vivió sobre el mediodía cuando se conoció que el médico cirujano (MP 3295) José María Barbetta había sido intimado a no abandonar el servicio bajo apercibimiento de denunciar penalmente su accionar, contrario a derecho. La nota firmada por el director interviniente generó polémica dada la cantidad de horas trabajadas por el profesional, quien había cumplido con su guardia y por ello manifestaba un evidente cansancio físico como también la llamativa presencia de personal policial que realizaba tareas de custodia en el primer piso del nosocomio.

Barbetta habría denunciado el día anterior haber recibido amenazas telefónicas, presuntamente del personal hospitalario y por tal motivo requirió de garantías policiales para poder desarrollar su trabajo siendo el único cirujano que brinda atención, finalizada la instancia de preaviso de sus nueve colegas renunciantes.

Una medida del Ministerio de Salud conducente a la efectiva prestación de servicios asistenciales previamente había determinado que el doctor Barbetta fuera promovido al segundo y tercer año de residencia por lo que de acuerdo a las normas del Sistema de Residencia, superaba el 80 por ciento de la formación y ante las circunstancias, se lo incorporara como personal del Hospital Regional.

El impedimento de retirarse del lugar instaló en el Hospital Regional todo tipo de versiones mientras llegaban al lugar seis patrulleros que se apostaron tanto en el ingreso al edificio como en el acceso a guardia. Simultáneamente se desarrollaba en la planta baja una asamblea de trabajadores en la que se criticó fuertemente la designación de Jaime y las primeras medidas que dispuso para neutralizar una situación de severa crisis que incluyó la declaración de emergencia.

Sin información precisa del hecho y con un importante despliegue policial, los trabajadores cuestionaron la medida tomada con el cirujano a la que definieron como un “apriete” de parte de las autoridades. Además cuestionaron el accionar de Policía del Chubut al plantear que el profesional era retenido contra su voluntad en su lugar de trabajo.

Lo concreto es que el médico no recurrió a la Justicia para formular denuncia alguna; no dio su versión de los hechos y se pudo retirar, con el permiso escrito del doctor Jaime y una corrección en la intimación por él rubricada, una vez que llegaron al lugar el intendente Néstor Di Pierro, el vicentendente Carlos Linares y concejales de los distintos bloques.

Visiblemente enojado, con signos de cansancio y llamativos reproches contra los trabajadores de prensa, Barbetta dejó el hospital acompañado por su novia y por una custodia policial que lo acompañó hasta su vehículo. “Es una barbaridad que esté la Policía acá debiendo estar en otros lugares de la ciudad que más lo necesitan. Tengo entendido que el residente no tomaría ninguna acción legal. Igual la problemática de la salud es una vergüenza”, describió Gastón Acevedo, asesor jurídico del gremio de la sanidad.

Los representantes políticos mantuvieron luego un fuerte encuentro con sus pares del Ministerio y dirigentes gremiales de Salud. A puertas cerradas, en la sala de médicos de Cirugía pudo percibirse un ambiente de reproches, tonos altos y reclamos sin resolver que terminaron dejando la situación como al principio.

Entre la suma de voces se rescató la oposición que genera la designación de Sergio Jaime, quien ya fuera director del Hospital Regional; la falta de diálogo para sortear los planteos de fondo, que no son necesariamente salariales como también la necesidad de que se amplíe el presupuesto para responder a la saturada demanda de salud pública que requiere una ciudad como Comodoro.

El encuentro con el propio Jaime y el viceministro de Salud, Pedro Romero Luna, se trasladó luego a las dependencias del Área Programática ya con un pedido más firme del municipio para revertir los despidos de médicos considerados “históricos” dentro del Regional y sin descartar una eventual “municipalización” del sistema sanitario.

Los médicos aclararon que no se realiza ninguna de las cirugías programadas y que por solidaridad, ningún profesional de Chubut aceptaría viajar a la ciudad petrolera a cubrir las vacantes existentes. Ayer solamente un grupo de tres médicos del Hospital Militar de Kilómetro 8 se acercó hasta el Regional, recorrió el área aunque sin atender a pacientes. “Somos parte de la fuerza y vamos a donde nos manden. Sabemos el problema que existe pero nosotros acatamos órdenes”, aclararon.

La versión de Policía

El comisario Juan Castillo, jefe de la Unidad Regional, explicó que la fuerza se encontró en el medio de una situación laboral. “Se está acusando a Policía que este médico estaba retenido por efectivos. Desde Rawson, el día anterior se me solicitó una custodia ya que este médico habría dicho que se sentía amenazado en su puesto y que no lo dejaban trabajar. Conforme a esto, se dispuso de un efectivo policial”.

El jefe policial lamentó las acusaciones recibidas de parte de los trabajadores que indicaban una “retención de persona” que no fue tal. “Este médico dijo que fue amenazado por personal que no quería que siguiera prestando servicio. No sé si fue una maniobra o no. Habría que clarificarlo pero de nuestra parte aclaramos que cumplimos con la orden de darle una consigna. No sé de dónde saca que lo teníamos detenido. Tampoco ha realizado ninguna denuncia penal. No sabemos lo que pasó en el medio o si se sintió presionado”, aclaró Castillo.

El “Tano”, molesto

Por su parte, el intendente Néstor Di Pierro ratificó su intención de mediar, apelar al diálogo y buscar las herramientas necesarias para que el Hospital Regional vuelva a la normalidad. Dijo no tomar partido por ninguna de las partes y consideró que el médico cirujano “retenido” como una situación llamativa y poco común.

“Bastantes problemas tenemos con la seguridad. Nos asombra que en este nivel cultural, ya que hablamos de profesionales y de gente con instrucción, ocurra este nivel de violencia. No había corporaciones médicas después de la de los anestesistas en los ’90 que decidieron irse y trabajar por afuera del sistema de salud. Tal vez, los profesionales como todo trabajador deben tener una mayor remuneración pero sorprende la violencia”, destacó.

Di Pierro sostuvo que lo oportuno ante casos así es realizar la denuncia ante quien corresponda. “Debieron hacerla este médico como también las autoridades designadas por Provincia. Si no, llegamos a un alto grado de amenaza y violencia. No se dan cuenta de que en el medio está la salud de la gente. Escuché las versiones, no me consta nada de lo que ocurrió. Tengo que creer en las personas y sobre todo en médicos que dieron el nombre y apellido de quien los amenazó”, dijo sobre el incidente ocurrido por el residente de Cirugía que habría sido intimado. “Acá hay responsabilidad de todos. Este hospital viene con conflictos hace veinte años, pasaron once directores y fuera de lo salarial, hay un sistema estructural que hay que recomponer”.

Di Pierro insistió con la regionalización y cargó contra la anterior gestión provincial. “No es casualidad que Trelew tenga 1.100 personas y el de Comodoro apenas 1.000 con el doble de población. Uno habla y algunos se enojan pero vamos al Valle y planteamos la realidad”.

“En campaña decíamos que había que dejar de poner ladrillos y llenar más de contenido las escuelas y los hospitales. Hoy sigo sosteniendo lo mismo. Necesitamos reestructurar este hospital, hay gente con muchos años y que reclama por las mismas cosas. No son cosas nuevas. Hay que replantear y ver a Comodoro como una ciudad diferente. Por el crecimiento de la población que la llevaron al colapso”.

El intendente hizo referencia a que la mayor cantidad de pacientes que se atienden en el Regional son parte de la migración aunque sin pagar ningún tipo de arancel, aumentando la demanda y disminuyendo la respuesta.

No descartó la “descentralización” del sistema y negó cualquier injerencia política en la solución de los problemas de fondo. “Todo lo que pasa en la ciudad es responsabilidad nuestra. Acá no va a venir la Presidenta o el gobernador a decirnos cómo tenemos que manejar la ciudad ya que cuando hay un problema, nos toque o no, siempre nosotros ponemos la cara. Hay muchos que aprovechan estas situaciones para generar más conflictos. Tienen fórmulas mágicas pero cuando les toca gobernar no saben para dónde salir”, dijo Di Pierro quien ayer se reunió con los cirujanos renunciantes.

“No sé cuál es el camino. Me gustaría ordenar este hospital con quienes quieran trabajar. Lo peor es no dialogar o tomar posiciones duras y creerse que uno es dueño de la verdad. Decir basta sin tener un plan alternativo atrás”.

Y comparó los sueldos petroleros con los de los profesionales de la Salud. “También es cierto que tienen que trabajar y no hacerse los pícaros dentro del sistema. No pueden estar una hora e irse a otro lado. Hay que armar un sistema donde cada uno cumpla su rol y dialogar poniendo sobre la mesa la salud de la gente más allá de los posicionamientos”. Finalmente habló de “corporativismo” entre los profesionales y expresó su intención de normalizar la atención del hospital. “¿Sáenz? Creo que no puede venir, está en cama”, ironizó respecto del ministro de Salud.

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05 MAR 2013 - 22:52

Momentos de confusión y de extrema tensión se vivieron en el Hospital Regional de Comodoro Rivadavia, donde se sumaron nuevos focos de conflicto a la declarada emergencia sanitaria por la renuncia de 9 cirujanos. Ayer un médico residente fue intimado a no dejar su trabajo con custodia policial y se denunciaron amenazas e intimaciones de parte de los cirujanos renunciantes.

Tampoco pudieron cumplir tareas los tres profesionales del hospital Militar que fueron aportados como un “paliativo” ante la renuncia del equipo. Además en asamblea de trabajadores se decidió realizar guardias mínimas a partir de hoy y declarar el estado de alerta permanente. También se cuestionó el accionar de Sergio Jaime, designado por el Gobierno provincial al frente del Comité de Salud.

Anoche, el gobernador Martín Buzzi rechazó la renuncia del subsecretario de Gestión Institucional del Ministerio de Salud, Pedro Romero Luna, que había dimitido por la tarde. Buzzi lo convocó urgente para recibir nuevas instrucciones.

La situación más densa se vivió sobre el mediodía cuando se conoció que el médico cirujano (MP 3295) José María Barbetta había sido intimado a no abandonar el servicio bajo apercibimiento de denunciar penalmente su accionar, contrario a derecho. La nota firmada por el director interviniente generó polémica dada la cantidad de horas trabajadas por el profesional, quien había cumplido con su guardia y por ello manifestaba un evidente cansancio físico como también la llamativa presencia de personal policial que realizaba tareas de custodia en el primer piso del nosocomio.

Barbetta habría denunciado el día anterior haber recibido amenazas telefónicas, presuntamente del personal hospitalario y por tal motivo requirió de garantías policiales para poder desarrollar su trabajo siendo el único cirujano que brinda atención, finalizada la instancia de preaviso de sus nueve colegas renunciantes.

Una medida del Ministerio de Salud conducente a la efectiva prestación de servicios asistenciales previamente había determinado que el doctor Barbetta fuera promovido al segundo y tercer año de residencia por lo que de acuerdo a las normas del Sistema de Residencia, superaba el 80 por ciento de la formación y ante las circunstancias, se lo incorporara como personal del Hospital Regional.

El impedimento de retirarse del lugar instaló en el Hospital Regional todo tipo de versiones mientras llegaban al lugar seis patrulleros que se apostaron tanto en el ingreso al edificio como en el acceso a guardia. Simultáneamente se desarrollaba en la planta baja una asamblea de trabajadores en la que se criticó fuertemente la designación de Jaime y las primeras medidas que dispuso para neutralizar una situación de severa crisis que incluyó la declaración de emergencia.

Sin información precisa del hecho y con un importante despliegue policial, los trabajadores cuestionaron la medida tomada con el cirujano a la que definieron como un “apriete” de parte de las autoridades. Además cuestionaron el accionar de Policía del Chubut al plantear que el profesional era retenido contra su voluntad en su lugar de trabajo.

Lo concreto es que el médico no recurrió a la Justicia para formular denuncia alguna; no dio su versión de los hechos y se pudo retirar, con el permiso escrito del doctor Jaime y una corrección en la intimación por él rubricada, una vez que llegaron al lugar el intendente Néstor Di Pierro, el vicentendente Carlos Linares y concejales de los distintos bloques.

Visiblemente enojado, con signos de cansancio y llamativos reproches contra los trabajadores de prensa, Barbetta dejó el hospital acompañado por su novia y por una custodia policial que lo acompañó hasta su vehículo. “Es una barbaridad que esté la Policía acá debiendo estar en otros lugares de la ciudad que más lo necesitan. Tengo entendido que el residente no tomaría ninguna acción legal. Igual la problemática de la salud es una vergüenza”, describió Gastón Acevedo, asesor jurídico del gremio de la sanidad.

Los representantes políticos mantuvieron luego un fuerte encuentro con sus pares del Ministerio y dirigentes gremiales de Salud. A puertas cerradas, en la sala de médicos de Cirugía pudo percibirse un ambiente de reproches, tonos altos y reclamos sin resolver que terminaron dejando la situación como al principio.

Entre la suma de voces se rescató la oposición que genera la designación de Sergio Jaime, quien ya fuera director del Hospital Regional; la falta de diálogo para sortear los planteos de fondo, que no son necesariamente salariales como también la necesidad de que se amplíe el presupuesto para responder a la saturada demanda de salud pública que requiere una ciudad como Comodoro.

El encuentro con el propio Jaime y el viceministro de Salud, Pedro Romero Luna, se trasladó luego a las dependencias del Área Programática ya con un pedido más firme del municipio para revertir los despidos de médicos considerados “históricos” dentro del Regional y sin descartar una eventual “municipalización” del sistema sanitario.

Los médicos aclararon que no se realiza ninguna de las cirugías programadas y que por solidaridad, ningún profesional de Chubut aceptaría viajar a la ciudad petrolera a cubrir las vacantes existentes. Ayer solamente un grupo de tres médicos del Hospital Militar de Kilómetro 8 se acercó hasta el Regional, recorrió el área aunque sin atender a pacientes. “Somos parte de la fuerza y vamos a donde nos manden. Sabemos el problema que existe pero nosotros acatamos órdenes”, aclararon.

La versión de Policía

El comisario Juan Castillo, jefe de la Unidad Regional, explicó que la fuerza se encontró en el medio de una situación laboral. “Se está acusando a Policía que este médico estaba retenido por efectivos. Desde Rawson, el día anterior se me solicitó una custodia ya que este médico habría dicho que se sentía amenazado en su puesto y que no lo dejaban trabajar. Conforme a esto, se dispuso de un efectivo policial”.

El jefe policial lamentó las acusaciones recibidas de parte de los trabajadores que indicaban una “retención de persona” que no fue tal. “Este médico dijo que fue amenazado por personal que no quería que siguiera prestando servicio. No sé si fue una maniobra o no. Habría que clarificarlo pero de nuestra parte aclaramos que cumplimos con la orden de darle una consigna. No sé de dónde saca que lo teníamos detenido. Tampoco ha realizado ninguna denuncia penal. No sabemos lo que pasó en el medio o si se sintió presionado”, aclaró Castillo.

El “Tano”, molesto

Por su parte, el intendente Néstor Di Pierro ratificó su intención de mediar, apelar al diálogo y buscar las herramientas necesarias para que el Hospital Regional vuelva a la normalidad. Dijo no tomar partido por ninguna de las partes y consideró que el médico cirujano “retenido” como una situación llamativa y poco común.

“Bastantes problemas tenemos con la seguridad. Nos asombra que en este nivel cultural, ya que hablamos de profesionales y de gente con instrucción, ocurra este nivel de violencia. No había corporaciones médicas después de la de los anestesistas en los ’90 que decidieron irse y trabajar por afuera del sistema de salud. Tal vez, los profesionales como todo trabajador deben tener una mayor remuneración pero sorprende la violencia”, destacó.

Di Pierro sostuvo que lo oportuno ante casos así es realizar la denuncia ante quien corresponda. “Debieron hacerla este médico como también las autoridades designadas por Provincia. Si no, llegamos a un alto grado de amenaza y violencia. No se dan cuenta de que en el medio está la salud de la gente. Escuché las versiones, no me consta nada de lo que ocurrió. Tengo que creer en las personas y sobre todo en médicos que dieron el nombre y apellido de quien los amenazó”, dijo sobre el incidente ocurrido por el residente de Cirugía que habría sido intimado. “Acá hay responsabilidad de todos. Este hospital viene con conflictos hace veinte años, pasaron once directores y fuera de lo salarial, hay un sistema estructural que hay que recomponer”.

Di Pierro insistió con la regionalización y cargó contra la anterior gestión provincial. “No es casualidad que Trelew tenga 1.100 personas y el de Comodoro apenas 1.000 con el doble de población. Uno habla y algunos se enojan pero vamos al Valle y planteamos la realidad”.

“En campaña decíamos que había que dejar de poner ladrillos y llenar más de contenido las escuelas y los hospitales. Hoy sigo sosteniendo lo mismo. Necesitamos reestructurar este hospital, hay gente con muchos años y que reclama por las mismas cosas. No son cosas nuevas. Hay que replantear y ver a Comodoro como una ciudad diferente. Por el crecimiento de la población que la llevaron al colapso”.

El intendente hizo referencia a que la mayor cantidad de pacientes que se atienden en el Regional son parte de la migración aunque sin pagar ningún tipo de arancel, aumentando la demanda y disminuyendo la respuesta.

No descartó la “descentralización” del sistema y negó cualquier injerencia política en la solución de los problemas de fondo. “Todo lo que pasa en la ciudad es responsabilidad nuestra. Acá no va a venir la Presidenta o el gobernador a decirnos cómo tenemos que manejar la ciudad ya que cuando hay un problema, nos toque o no, siempre nosotros ponemos la cara. Hay muchos que aprovechan estas situaciones para generar más conflictos. Tienen fórmulas mágicas pero cuando les toca gobernar no saben para dónde salir”, dijo Di Pierro quien ayer se reunió con los cirujanos renunciantes.

“No sé cuál es el camino. Me gustaría ordenar este hospital con quienes quieran trabajar. Lo peor es no dialogar o tomar posiciones duras y creerse que uno es dueño de la verdad. Decir basta sin tener un plan alternativo atrás”.

Y comparó los sueldos petroleros con los de los profesionales de la Salud. “También es cierto que tienen que trabajar y no hacerse los pícaros dentro del sistema. No pueden estar una hora e irse a otro lado. Hay que armar un sistema donde cada uno cumpla su rol y dialogar poniendo sobre la mesa la salud de la gente más allá de los posicionamientos”. Finalmente habló de “corporativismo” entre los profesionales y expresó su intención de normalizar la atención del hospital. “¿Sáenz? Creo que no puede venir, está en cama”, ironizó respecto del ministro de Salud.