Por Pedro Méndez
Es probable que en el futuro, la letra muerta de la historia no refleje con exactitud la importancia de lo ocurrido ayer en Gaiman (del tehuelche Piedra de afilar). De la misma manera, nunca se volverán a escuchar con su primera emoción los cruces entre lenguas ocurriendo así como ocurre la vida, en cada respirar y en cada suspirar.
La historia indoamericana está travesada por la espada traidora del huinca, ensuciada por la mugre viajera del conquistador y manchada con la sangre derramada por los asesinos en nombre de la ley.
En América del Norte, los pieles rojas y los sioux, fueron los desterrados. En América Central los aztecas fueron los combatidos. Y en la América del Sur, si el destierro y exterminio de los dueños originales de estas tierras estuviera contada en los libros de la historia oficial, esta sería una historia verdadera. Pero ya se sabe la historia la escriben los que ganan y es por eso que siempre estamos descubriendo la otra historia.
La Patagonia, hoy tan pagada de su belleza y extensión, está manchada con la sangre del pasado violento y siniestro.
Pero hay un lugar, un pequeño lugar que sólo es visible a la lupa del que puede mirar el pasado y el presente con los ojos de la nueva era.
Ese lugar es Gaiman. Allí se concretó un hecho sin precedentes en la historia Indomericana. Por primera vez se restituyó a las comunidades originarias restos óseos encontrados en los que en el pasado fue un cementerio del pueblo Tehuelche-Mapuche.
Y como parte de la gran jornada, se oficializó la ordenanza 1.647 sancionada en 2012 que reconoce los derechos colectivos de la Comunidad Aborigen Ceferino Namuncurá-Valentín Sayhueque otorgándole la posesión comunitaria de las tierras fiscales de Loma Torta en Gaiman.
El jueves por la noche se completó la llegada de la gente de distintos lugares de la provincia y en la fogata prendida al pie del Cerro Loma Torta se escuchaban los saludos. Mari Mari Pu Peñi (saludo entre hombres), Mari Mari Pu Lamngen (saludo entre mujeres y si una mujer se dirige a un hombre) y Mari Mari Kom Pu Che (saludo general). Eran gente de Lago Rosario, Cerro Colorado, Cushamen, El Hoyo, Trevelin, Puerto Madryn que eran recibidos por Roberto Romero, representante de la comunidad Ceferino Namuncurá-Valentín Sayhueque. Quizás el que de más lejos vino fue Sebastián Lamadrid, de la comunidad mapuche de Lago Rosario.
Las charlas se extendieron y allí no hubo sueño que detuviera la lengua de los presentes en la ronda y que tenían toda una vida para contar.
Al amanecer, cuando el sol asomaba, se realizó la ceremonia con la participación de los Lonco de cada comunidad y los científicos del CENPAT como invitados especiales.
Los restos se restituyeron al lugar en la posición y a la profundidad en las que fueron encontrados. Y eso marcó el respeto y la seriedad con que se tocaron los huesos de la historia que a la vez son los gestos que marcarán la actitud de las generaciones por venir.
Porque eso hay que creer ya que del acto oficial participaron las escuelas Nº 61, 100, 125, 130, 565 Especial Nº 513, Escuela de Adultos Nº 609. Colegio Agrotécnico Nº 733, Nº 794, la escuela de Música Anexo 805, el Colegio Camwy, la Asociación galesa San David, La Agrupación Gaucha Kimei Peñi.
Las banderas Mapuche y Mapuche Tehuelche flameaban con la bandera Argentina en la ventosa tarde de ayer en el Valle Inferior del Río Chubut. En un pequeño lugar llamado Gaiman, que la historia verdadera deberá reconocer como el lugar donde se comenzó a escribir la nueva historia.
Por Pedro Méndez
Es probable que en el futuro, la letra muerta de la historia no refleje con exactitud la importancia de lo ocurrido ayer en Gaiman (del tehuelche Piedra de afilar). De la misma manera, nunca se volverán a escuchar con su primera emoción los cruces entre lenguas ocurriendo así como ocurre la vida, en cada respirar y en cada suspirar.
La historia indoamericana está travesada por la espada traidora del huinca, ensuciada por la mugre viajera del conquistador y manchada con la sangre derramada por los asesinos en nombre de la ley.
En América del Norte, los pieles rojas y los sioux, fueron los desterrados. En América Central los aztecas fueron los combatidos. Y en la América del Sur, si el destierro y exterminio de los dueños originales de estas tierras estuviera contada en los libros de la historia oficial, esta sería una historia verdadera. Pero ya se sabe la historia la escriben los que ganan y es por eso que siempre estamos descubriendo la otra historia.
La Patagonia, hoy tan pagada de su belleza y extensión, está manchada con la sangre del pasado violento y siniestro.
Pero hay un lugar, un pequeño lugar que sólo es visible a la lupa del que puede mirar el pasado y el presente con los ojos de la nueva era.
Ese lugar es Gaiman. Allí se concretó un hecho sin precedentes en la historia Indomericana. Por primera vez se restituyó a las comunidades originarias restos óseos encontrados en los que en el pasado fue un cementerio del pueblo Tehuelche-Mapuche.
Y como parte de la gran jornada, se oficializó la ordenanza 1.647 sancionada en 2012 que reconoce los derechos colectivos de la Comunidad Aborigen Ceferino Namuncurá-Valentín Sayhueque otorgándole la posesión comunitaria de las tierras fiscales de Loma Torta en Gaiman.
El jueves por la noche se completó la llegada de la gente de distintos lugares de la provincia y en la fogata prendida al pie del Cerro Loma Torta se escuchaban los saludos. Mari Mari Pu Peñi (saludo entre hombres), Mari Mari Pu Lamngen (saludo entre mujeres y si una mujer se dirige a un hombre) y Mari Mari Kom Pu Che (saludo general). Eran gente de Lago Rosario, Cerro Colorado, Cushamen, El Hoyo, Trevelin, Puerto Madryn que eran recibidos por Roberto Romero, representante de la comunidad Ceferino Namuncurá-Valentín Sayhueque. Quizás el que de más lejos vino fue Sebastián Lamadrid, de la comunidad mapuche de Lago Rosario.
Las charlas se extendieron y allí no hubo sueño que detuviera la lengua de los presentes en la ronda y que tenían toda una vida para contar.
Al amanecer, cuando el sol asomaba, se realizó la ceremonia con la participación de los Lonco de cada comunidad y los científicos del CENPAT como invitados especiales.
Los restos se restituyeron al lugar en la posición y a la profundidad en las que fueron encontrados. Y eso marcó el respeto y la seriedad con que se tocaron los huesos de la historia que a la vez son los gestos que marcarán la actitud de las generaciones por venir.
Porque eso hay que creer ya que del acto oficial participaron las escuelas Nº 61, 100, 125, 130, 565 Especial Nº 513, Escuela de Adultos Nº 609. Colegio Agrotécnico Nº 733, Nº 794, la escuela de Música Anexo 805, el Colegio Camwy, la Asociación galesa San David, La Agrupación Gaucha Kimei Peñi.
Las banderas Mapuche y Mapuche Tehuelche flameaban con la bandera Argentina en la ventosa tarde de ayer en el Valle Inferior del Río Chubut. En un pequeño lugar llamado Gaiman, que la historia verdadera deberá reconocer como el lugar donde se comenzó a escribir la nueva historia.