Con la organización de la Fundación Osde, el médico Alejandro Lanari disertó ayer sobre “Alimentación y actividad física como herramienta terapéutica” en el auditorio del MEF de Trelew.
Con claridad y humor, el profesional especialista en medicina deportiva abordó los mitos y realidades sobre dietas, deportes y su relación con la vida saludable y ofreció recomendaciones sobre las cuales trabajar con pacientes con obesidad.
Alimentación
Como punto de partida Lanari explicó: “Nuestros pacientes con obesidad no se reconocen como tales. No tiene un problema, simplemente tiene unos kilos de más. Muchas veces los análisis que se hacen son normales y el paciente no vuelve al consultorio. Pero esa persona está generando la patología pero no da sintomatología. Los análisis no le van a dar mal”.
A continuación aclaró que “el paciente que tiene obesidad está en un estado inflamatorio porque en la sangre aumentan sustancias que suelen aumentar cuando existe una inflamación”. Y subrayó que “los entrenamientos se valoran según modifiquen o no en la sangre los elementos que aparecen en un proceso inflamatorio”.
Lanari refirió que actualmente “nuestra alimentación no coincide con nuestra información genética. Casi todos nuestros genes coinciden con los del chimpancé, del que nos separamos hace sólo diez millones de años. La información genética ha permanecido constante pero nuestra alimentación ha cambiado enormemente, casi en un 80 por ciento. Se necesitarían diez mil años para generar un cambio en nuestro código genético para que yo pueda funcionar distinto”.
Recomendaciones
Lanari hizo hincapié en que la actividad física “hay que indicarla bien. Los médicos no somos precisos”. “Nuestros pacientes han entendido que alcanzaba con sacar a pasear al perro… hemos creado confusión”, agregó. Aclaró que “no existen las soluciones mágicas” y advirtió puntualmente contra los “quemadores de grasas” por su peligrosidad.
Entre las recomendaciones a los profesionales el especialista sugirió no medicar y buscar la adhesión del paciente a la actividad física. “Eso de ‘si no duele no sirve’ no es así. La persona tiene que salir con una sensación de bienestar, porque si no no vuelve”.
También aclaró: “No debe confundirse la actividad física circunstancial con el entrenamiento. Debe haber un criterio, volumen y una frecuencia planificadas”. “Una situación de diez años sin hacer nada no se puede revertir en poco tiempo. Esto debe ser un proyecto para la persona”, agregó.
Explicó también que “se debe valorar el volumen semanal, no la intensidad. Un paciente en estas condiciones debe hacer actividad física todos los días”. Y aclaró que “una restricción calórica puede bajar el peso corporal pero a expensas del tejido graso y el tejido muscular”.
Con la organización de la Fundación Osde, el médico Alejandro Lanari disertó ayer sobre “Alimentación y actividad física como herramienta terapéutica” en el auditorio del MEF de Trelew.
Con claridad y humor, el profesional especialista en medicina deportiva abordó los mitos y realidades sobre dietas, deportes y su relación con la vida saludable y ofreció recomendaciones sobre las cuales trabajar con pacientes con obesidad.
Alimentación
Como punto de partida Lanari explicó: “Nuestros pacientes con obesidad no se reconocen como tales. No tiene un problema, simplemente tiene unos kilos de más. Muchas veces los análisis que se hacen son normales y el paciente no vuelve al consultorio. Pero esa persona está generando la patología pero no da sintomatología. Los análisis no le van a dar mal”.
A continuación aclaró que “el paciente que tiene obesidad está en un estado inflamatorio porque en la sangre aumentan sustancias que suelen aumentar cuando existe una inflamación”. Y subrayó que “los entrenamientos se valoran según modifiquen o no en la sangre los elementos que aparecen en un proceso inflamatorio”.
Lanari refirió que actualmente “nuestra alimentación no coincide con nuestra información genética. Casi todos nuestros genes coinciden con los del chimpancé, del que nos separamos hace sólo diez millones de años. La información genética ha permanecido constante pero nuestra alimentación ha cambiado enormemente, casi en un 80 por ciento. Se necesitarían diez mil años para generar un cambio en nuestro código genético para que yo pueda funcionar distinto”.
Recomendaciones
Lanari hizo hincapié en que la actividad física “hay que indicarla bien. Los médicos no somos precisos”. “Nuestros pacientes han entendido que alcanzaba con sacar a pasear al perro… hemos creado confusión”, agregó. Aclaró que “no existen las soluciones mágicas” y advirtió puntualmente contra los “quemadores de grasas” por su peligrosidad.
Entre las recomendaciones a los profesionales el especialista sugirió no medicar y buscar la adhesión del paciente a la actividad física. “Eso de ‘si no duele no sirve’ no es así. La persona tiene que salir con una sensación de bienestar, porque si no no vuelve”.
También aclaró: “No debe confundirse la actividad física circunstancial con el entrenamiento. Debe haber un criterio, volumen y una frecuencia planificadas”. “Una situación de diez años sin hacer nada no se puede revertir en poco tiempo. Esto debe ser un proyecto para la persona”, agregó.
Explicó también que “se debe valorar el volumen semanal, no la intensidad. Un paciente en estas condiciones debe hacer actividad física todos los días”. Y aclaró que “una restricción calórica puede bajar el peso corporal pero a expensas del tejido graso y el tejido muscular”.