Este será el enfrentamiento número 34 entre estos equipos patagónicos, que desde que se cruzaron por primera vez han armado una rivalidad que crece partido tras partido y que hoy no será excepción ante la relevancia que adquiere este juego, donde ambos comienzan a dirimir su futuro en el grupo, y que a quien finalice en la primera posición le dará el ascenso directo a la B Nacional.
Si bien entre ambos hay 5 puntos de ventaja, la rivalidad que ha caracterizado los últimos compromisos entre ambos hacen que esa brecha se achique y no exista, al menos en el anuncio previo, un candidato claro a ganar el partido, por un par de razones netamente futbolísticas.
El contexto
Una de esas es que Brown no ha logrado, en su rendimiento, mostrarse como un equipo sólido y de hecho en sus últimas tres presentaciones solo ha sumado de a una unidad y ante rivales, como Independiente y Belgrano en condición de visitante, que a priori pueden ser considerados en una segunda línea sin pretensión de subestimar, sino porque desde lo presupuestario distan bastante del equipo portuario.
La otra razón es que Cipolletti mostrará signos de recuperación a medida que transcurran las fechas de la mano de un entrenador capacitado para torcer historias adversas en equipos con presentes magros y este es el caso de los rionegrinos, que no han logrado colmar las expectativas que su conformación generó.
Todo puede pasar en este partido y lo mejor que le puede suceder al local es que comience a mostrar mejores rendimientos, que su juego crezca y que sus actuaciones sean más convincentes, porque en un torneo tan irregular como hasta ahora no pudo sacar ventaja sino que los demás lo emparejaron, aunque se dirá que los rivales también juegan o que el torneo está parejo, lo que parece una muletilla muy utilizada para justificar pobres rendimientos o un funcionamiento por ahora poco convincente.
Aún así, y en la mediocridad que este torneo ha mostrado, le alcanza para liderar y seguir mirando el objetivo ascenso con la misma expectativa con la que se formó.
Una duda
En cuanto al equipo, hasta ayer el entrenador mantenía una duda en su formación inicial, cuestión que si decide realizar alguna modificación será su sexto partido consecutivo variándolo.
Parece más un síntoma de no haber encontrado una formación confiable que una disposición meramente táctica, aunque también esta puede ser un atenuante ante esa imposibilidad de un armado con los mismos protagonistas de manera consecutiva, ya que no ha realizado cambios obligado por sanciones sino que lo hizo por decisión táctica del técnico.
Si esa duda se disipa, es probable que Ricardo Kuzemaka decida mantener a los 11 que jugaron en Belgrano, donde el equipo pareció tener características más ofensivas con la presencia de dos puntas y carrileros con esa postura. De todas formas, varios asistentes al partido en Santa Rosa coincidieron que el escenario no estaba en buenas condiciones y eso acható el nivel que el juego pudo haber mostrado. Por eso el estadio Raúl Conti tal vez ayude a que aparezca ese funcionamiento que excepcionalmente el equipo ha mostrado en algunos tramos de un par de partidos esta temporada.
La ocasión
Este puede ser el momento ideal para demostrar y demostrarse que está para bastante más de lo que ha insinuado hasta ahora, en el que la irregularidad no escapa a ningún equipo aunque Brown y algunos más, como su rival de esta tarde, parecen tener más obligaciones y exigencias por su historia que los rivales invitados a jugar este semestre de transición en el fútbol argentino.#
Este será el enfrentamiento número 34 entre estos equipos patagónicos, que desde que se cruzaron por primera vez han armado una rivalidad que crece partido tras partido y que hoy no será excepción ante la relevancia que adquiere este juego, donde ambos comienzan a dirimir su futuro en el grupo, y que a quien finalice en la primera posición le dará el ascenso directo a la B Nacional.
Si bien entre ambos hay 5 puntos de ventaja, la rivalidad que ha caracterizado los últimos compromisos entre ambos hacen que esa brecha se achique y no exista, al menos en el anuncio previo, un candidato claro a ganar el partido, por un par de razones netamente futbolísticas.
El contexto
Una de esas es que Brown no ha logrado, en su rendimiento, mostrarse como un equipo sólido y de hecho en sus últimas tres presentaciones solo ha sumado de a una unidad y ante rivales, como Independiente y Belgrano en condición de visitante, que a priori pueden ser considerados en una segunda línea sin pretensión de subestimar, sino porque desde lo presupuestario distan bastante del equipo portuario.
La otra razón es que Cipolletti mostrará signos de recuperación a medida que transcurran las fechas de la mano de un entrenador capacitado para torcer historias adversas en equipos con presentes magros y este es el caso de los rionegrinos, que no han logrado colmar las expectativas que su conformación generó.
Todo puede pasar en este partido y lo mejor que le puede suceder al local es que comience a mostrar mejores rendimientos, que su juego crezca y que sus actuaciones sean más convincentes, porque en un torneo tan irregular como hasta ahora no pudo sacar ventaja sino que los demás lo emparejaron, aunque se dirá que los rivales también juegan o que el torneo está parejo, lo que parece una muletilla muy utilizada para justificar pobres rendimientos o un funcionamiento por ahora poco convincente.
Aún así, y en la mediocridad que este torneo ha mostrado, le alcanza para liderar y seguir mirando el objetivo ascenso con la misma expectativa con la que se formó.
Una duda
En cuanto al equipo, hasta ayer el entrenador mantenía una duda en su formación inicial, cuestión que si decide realizar alguna modificación será su sexto partido consecutivo variándolo.
Parece más un síntoma de no haber encontrado una formación confiable que una disposición meramente táctica, aunque también esta puede ser un atenuante ante esa imposibilidad de un armado con los mismos protagonistas de manera consecutiva, ya que no ha realizado cambios obligado por sanciones sino que lo hizo por decisión táctica del técnico.
Si esa duda se disipa, es probable que Ricardo Kuzemaka decida mantener a los 11 que jugaron en Belgrano, donde el equipo pareció tener características más ofensivas con la presencia de dos puntas y carrileros con esa postura. De todas formas, varios asistentes al partido en Santa Rosa coincidieron que el escenario no estaba en buenas condiciones y eso acható el nivel que el juego pudo haber mostrado. Por eso el estadio Raúl Conti tal vez ayude a que aparezca ese funcionamiento que excepcionalmente el equipo ha mostrado en algunos tramos de un par de partidos esta temporada.
La ocasión
Este puede ser el momento ideal para demostrar y demostrarse que está para bastante más de lo que ha insinuado hasta ahora, en el que la irregularidad no escapa a ningún equipo aunque Brown y algunos más, como su rival de esta tarde, parecen tener más obligaciones y exigencias por su historia que los rivales invitados a jugar este semestre de transición en el fútbol argentino.#