El Papa pide a líderes del G-20 protección por abusos del sistema financiero

En una carta que le envió, Francisco definió al abuso y a la especulación como formas de violencia "menos evidentes" pero tan reales como las guerras y que "desechan" a las personas, señaló.

12 NOV 2014 - 13:21 | Actualizado

En una carta el primer ministro australiano, Tonny Abbott, distribuida por la Santa Sede, el pontífice, sugirió pensar en la "necesidad de proteger a los ciudadanos de todos los países" de los abusos financieros, que no tienen "restricciones políticas ni jurídicas".

En la misiva Francisco criticó que "la maximización de beneficios sea el objetivo último de la actividad económica" porque, sostuvo, "es una mentalidad en la que las personas son desechadas y que no les permitirá nunca alcanzar paz o justicia".

En este marco, el Papa instó a los políticos a asumir responsabilidades frente a los pobres y marginados, una responsabilidad que, aseguró, debe ser "un elemento esencial de toda decisión política, tanto a nivel nacional como internacional".

Como alternativa, Francisco, propuso un sistema impositivo "justo y adecuado", y la necesidad de realizar esfuerzos para combatir la evasión fiscal y la regulación del sector, que incluyan "honestidad, seguridad y transparencia" y que conduzcan a lograr "empleo digno y estable para todos".

Asimismo, el pontífice instó a los líderes mundiales que participarán en el G-20 los próximos 15 y 16 de noviembre en Brisbane (Australia) a que sean "ejemplos de generosidad y solidaridad al identificar las necesidades de las víctimas de los conflictos", y reiteró en la misiva la urgencia de atender a los refugiados.

La carta de Francisco concluye con un mensaje de esperanza en que los líderes internacionales logren adoptar un consenso que conduzca a mejoras reales en las condiciones de vida de las familias más pobres y reduzca todas las formas de desigualdad.

12 NOV 2014 - 13:21

En una carta el primer ministro australiano, Tonny Abbott, distribuida por la Santa Sede, el pontífice, sugirió pensar en la "necesidad de proteger a los ciudadanos de todos los países" de los abusos financieros, que no tienen "restricciones políticas ni jurídicas".

En la misiva Francisco criticó que "la maximización de beneficios sea el objetivo último de la actividad económica" porque, sostuvo, "es una mentalidad en la que las personas son desechadas y que no les permitirá nunca alcanzar paz o justicia".

En este marco, el Papa instó a los políticos a asumir responsabilidades frente a los pobres y marginados, una responsabilidad que, aseguró, debe ser "un elemento esencial de toda decisión política, tanto a nivel nacional como internacional".

Como alternativa, Francisco, propuso un sistema impositivo "justo y adecuado", y la necesidad de realizar esfuerzos para combatir la evasión fiscal y la regulación del sector, que incluyan "honestidad, seguridad y transparencia" y que conduzcan a lograr "empleo digno y estable para todos".

Asimismo, el pontífice instó a los líderes mundiales que participarán en el G-20 los próximos 15 y 16 de noviembre en Brisbane (Australia) a que sean "ejemplos de generosidad y solidaridad al identificar las necesidades de las víctimas de los conflictos", y reiteró en la misiva la urgencia de atender a los refugiados.

La carta de Francisco concluye con un mensaje de esperanza en que los líderes internacionales logren adoptar un consenso que conduzca a mejoras reales en las condiciones de vida de las familias más pobres y reduzca todas las formas de desigualdad.


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