Más violencia y muerte en territorios palestinos

Tres palestinos atacaron hoy con puñales a soldados y civiles israelíes en incidentes separados ocurridos en Cisjordania y cerca de Tel Aviv que dejaron un agresor muerto y tres israelíes heridos, entre ellos un hombre y una mujer de 70 y 80 años, respectivamente, informaron el Ejército y la policía israelíes.

02 NOV 2015 - 16:21 | Actualizado

También hoy, policías israelíes reprimieron a estudiantes palestinos dentro de una universidad en la ocupada Cisjordania luego de que cientos de alumnos chocaran con los agentes durante una marcha de protesta contra el muro de separación israelí y las recientes muertes de palestinos.

La mujer israelí de 70 años que resultó herida fue apuñalada por un palestino mientras caminaba por una calle en la norteña ciudad israelí de Netanya, ubicada al norte de Tel Aviv, al atardecer, informó la policía.

La mujer sufrió heridas graves, mientras que el palestino fue tiroteado, herido y arrestado por policías, agregó la misma fuente.

Horas antes, en la ciudad de Rishon Letzion, cerca de Tel Aviv, un palestino oriundo de Hebrón, una de las localidades más tensas de Cisjordania, hirió a tres israelíes, dos de ellos de gravedad, en un ataque a puñaladas en el que fue reducido por transeúntes y arrestado por los agentes.

La vocera de la policía israelí, Luba Samri, dijo que el palestino apuñaló en la espalda a un hombre de 80 años, en el tórax a otro hombre y a un tercero israelí dentro de un local de cosméticos, informó el diario israelí Haaretz en su edición digital.

Más temprano, por la mañana, un palestino murió durante un presunto intento de apuñalamiento en el puesto de control israelí de Jalama, en el extremo norte del territorio ocupado de Cisjordania.

Según la policía y el Ejército israelíes, el palestino, que iba acompañado por otro, trató de apuñalar a uno de los soldados y otros miembros de las fuerzas lo mataron, mientras que su acompañante fue detenido.

Israel y Palestina viven una oleada de violencia desde el pasado 1 de octubre, con disturbios violentos y casi diarios apuñalamientos o intentos de apuñalamientos de palestinos contra israelíes, así como casos en los que supuestos atacantes mueren tiroteados por fuerzas de seguridad israelíes.

Desde entonces, al menos 68 palestinos y 11 israelíes murieron por la ola de violencia, que ha generado temores a una nueva intifada o levantamiento palestino como los de las décadas de 1980-1990 y 2000, en las que fallecieron cientos de personas.

Con el argumento de la seguridad, en el momento más álgido de la Segunda Intifada, en 2002, Israel construyó un muro de separación en Cisjordania que ha sido muy criticado por la comunidad internacional y que los palestinos consideran parte de un plan para despojarlos de tierras que reclaman para su futuro Estado.

Hoy, cientos de estudiantes palestinos de la Universidad Al Quds, de Abu Dis, se congregaron a los pies del muro que separa esa ciudad cisjordana de Jerusalén para manifestarse contra la valla y las muertes de palestinos del último mes.

Al menos un manifestante utilizó un gran martillo para dar repetidos golpes en el muro mientras otros marchaban con banderas palestinas o cubriéndose el rostro con los tradicionales pañuelos llamados kuffiyah, informó la agencia de noticias palestina Wafa.

Policías israelíes respondieron disparando balas de goma, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras antes de forzar las puertas de la entrada e ingresar en la universidad, donde continuaron con la represión, agregó la agencia de noticias oficial palestina.

No quedó claro el número de víctimas.

Pero fuentes médicas palestinas dijeron que varias personas fueron alcanzadas por los balazos en la parte superior del cuerpo y que muchas otras padecieron los efectos de la inhalación del gas.

Más de 150.000 palestinos trabajaban dentro de Israel hasta el pasado 1 de octubre con autorización y sin ella, aunque su acceso fue restringido de forma dramática a raíz de la ola de violencia.

Los ataques y la represión del mes pasado estuvieron precedidos en septiembre por una serie de enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, ubicado en la parte este de la ciudad, de mayoría palestina.

Lugar sagrado para judíos y musulmanes, que la conocen como Monte del Templo y Noble Santuario respectivamente, el control por la Explanada ha sido desde siempre uno de los núcleos del conflicto palestino- israelí.

Los palestinos acusan a Israel de haber cambiado el statu quo que impera en ese recinto desde que Israel capturó Cisjordania y Jerusalén este, en 1967, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insiste que no ha ocurrido tal cosa y acusa a los palestinos de incitar al odio religioso.

Los palestinos dicen que la violencia es resultado de casi 50 años de ocupación militar israelí, exacerbados por los intentos de Israel de adueñarse de la Explanada.

De una u otra forma, son cada vez más los palestinos que describen la escalada como la "Intifada de Jerusalén", un término acuñado desde Gaza en sus primeros días tanto por la ubicación de la venerada mezquita de Al Aqsa como por el ímpetu que tuvo la ola de violencia en la ciudad santa nada más comenzar.

Los esfuerzos de mediación hace dos semanas del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y días después los del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, consiguieron un mínimo acuerdo para instalar cámaras en la Explanada, con el fin de verificar el cumplimiento del statu quo.

Sin embargo, estas no han sido aún colocadas por falta de desarrollo de un acuerdo sobre los detalles entre el Waqf Islámico de Jerusalén e Israel.

El alto número de muertos es atribuido por el gobierno palestino a un uso excesivo de la fuerza aprobado por Israel, particularmente con atacantes o supuestos atacantes que son inmediatamente abatidos en una política de tolerancia cero.

A su población también ha indignado la política israelí de no devolver sus cadáveres, lo que ha generado en la última semana numerosas protestas y enfrentamientos.

Por recomendación del servicio secreto, el Ejército devolvió este fin de semana siete de ellos, pero quedan pendientes decenas.

02 NOV 2015 - 16:21

También hoy, policías israelíes reprimieron a estudiantes palestinos dentro de una universidad en la ocupada Cisjordania luego de que cientos de alumnos chocaran con los agentes durante una marcha de protesta contra el muro de separación israelí y las recientes muertes de palestinos.

La mujer israelí de 70 años que resultó herida fue apuñalada por un palestino mientras caminaba por una calle en la norteña ciudad israelí de Netanya, ubicada al norte de Tel Aviv, al atardecer, informó la policía.

La mujer sufrió heridas graves, mientras que el palestino fue tiroteado, herido y arrestado por policías, agregó la misma fuente.

Horas antes, en la ciudad de Rishon Letzion, cerca de Tel Aviv, un palestino oriundo de Hebrón, una de las localidades más tensas de Cisjordania, hirió a tres israelíes, dos de ellos de gravedad, en un ataque a puñaladas en el que fue reducido por transeúntes y arrestado por los agentes.

La vocera de la policía israelí, Luba Samri, dijo que el palestino apuñaló en la espalda a un hombre de 80 años, en el tórax a otro hombre y a un tercero israelí dentro de un local de cosméticos, informó el diario israelí Haaretz en su edición digital.

Más temprano, por la mañana, un palestino murió durante un presunto intento de apuñalamiento en el puesto de control israelí de Jalama, en el extremo norte del territorio ocupado de Cisjordania.

Según la policía y el Ejército israelíes, el palestino, que iba acompañado por otro, trató de apuñalar a uno de los soldados y otros miembros de las fuerzas lo mataron, mientras que su acompañante fue detenido.

Israel y Palestina viven una oleada de violencia desde el pasado 1 de octubre, con disturbios violentos y casi diarios apuñalamientos o intentos de apuñalamientos de palestinos contra israelíes, así como casos en los que supuestos atacantes mueren tiroteados por fuerzas de seguridad israelíes.

Desde entonces, al menos 68 palestinos y 11 israelíes murieron por la ola de violencia, que ha generado temores a una nueva intifada o levantamiento palestino como los de las décadas de 1980-1990 y 2000, en las que fallecieron cientos de personas.

Con el argumento de la seguridad, en el momento más álgido de la Segunda Intifada, en 2002, Israel construyó un muro de separación en Cisjordania que ha sido muy criticado por la comunidad internacional y que los palestinos consideran parte de un plan para despojarlos de tierras que reclaman para su futuro Estado.

Hoy, cientos de estudiantes palestinos de la Universidad Al Quds, de Abu Dis, se congregaron a los pies del muro que separa esa ciudad cisjordana de Jerusalén para manifestarse contra la valla y las muertes de palestinos del último mes.

Al menos un manifestante utilizó un gran martillo para dar repetidos golpes en el muro mientras otros marchaban con banderas palestinas o cubriéndose el rostro con los tradicionales pañuelos llamados kuffiyah, informó la agencia de noticias palestina Wafa.

Policías israelíes respondieron disparando balas de goma, gases lacrimógenos y granadas aturdidoras antes de forzar las puertas de la entrada e ingresar en la universidad, donde continuaron con la represión, agregó la agencia de noticias oficial palestina.

No quedó claro el número de víctimas.

Pero fuentes médicas palestinas dijeron que varias personas fueron alcanzadas por los balazos en la parte superior del cuerpo y que muchas otras padecieron los efectos de la inhalación del gas.

Más de 150.000 palestinos trabajaban dentro de Israel hasta el pasado 1 de octubre con autorización y sin ella, aunque su acceso fue restringido de forma dramática a raíz de la ola de violencia.

Los ataques y la represión del mes pasado estuvieron precedidos en septiembre por una serie de enfrentamientos entre manifestantes palestinos y la policía israelí en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén, ubicado en la parte este de la ciudad, de mayoría palestina.

Lugar sagrado para judíos y musulmanes, que la conocen como Monte del Templo y Noble Santuario respectivamente, el control por la Explanada ha sido desde siempre uno de los núcleos del conflicto palestino- israelí.

Los palestinos acusan a Israel de haber cambiado el statu quo que impera en ese recinto desde que Israel capturó Cisjordania y Jerusalén este, en 1967, mientras el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insiste que no ha ocurrido tal cosa y acusa a los palestinos de incitar al odio religioso.

Los palestinos dicen que la violencia es resultado de casi 50 años de ocupación militar israelí, exacerbados por los intentos de Israel de adueñarse de la Explanada.

De una u otra forma, son cada vez más los palestinos que describen la escalada como la "Intifada de Jerusalén", un término acuñado desde Gaza en sus primeros días tanto por la ubicación de la venerada mezquita de Al Aqsa como por el ímpetu que tuvo la ola de violencia en la ciudad santa nada más comenzar.

Los esfuerzos de mediación hace dos semanas del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y días después los del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, consiguieron un mínimo acuerdo para instalar cámaras en la Explanada, con el fin de verificar el cumplimiento del statu quo.

Sin embargo, estas no han sido aún colocadas por falta de desarrollo de un acuerdo sobre los detalles entre el Waqf Islámico de Jerusalén e Israel.

El alto número de muertos es atribuido por el gobierno palestino a un uso excesivo de la fuerza aprobado por Israel, particularmente con atacantes o supuestos atacantes que son inmediatamente abatidos en una política de tolerancia cero.

A su población también ha indignado la política israelí de no devolver sus cadáveres, lo que ha generado en la última semana numerosas protestas y enfrentamientos.

Por recomendación del servicio secreto, el Ejército devolvió este fin de semana siete de ellos, pero quedan pendientes decenas.


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