David Gilmour se presenta por primera vez en Argentina

El guitarrista, cantante y compositor de Pink Floyd, David Gilmour, actuará mañana por primera vez en la Argentina, en el Hipódromo de San Isidro, en el marco de la gira mundial presentación del disco “Rattle that lock”, su cuarto trabajo como solista, lanzado en septiembre de este año.

17 DIC 2015 - 15:46 | Actualizado

Gilmour, considerado uno de los guitarristas más influyentes en la historia del rock, aprovechará la ocasión para interpretar ante el público argentino algunas de las composiciones de sus placas anteriores y clásicos de la popular banda que integró junto a Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason.

Aunque el inicio del show está previsto para las 21, los organizadores anunciaron que las puertas del estadio de avenida Márquez 504 se abrirán a las 13 y recomiendan asistir antes de las 16, para evitar problemas en el tránsito, dada la gran expectativa generada por la primera visita del ex Pink Floyd, una de las grandes “cuentas pendientes” para los fans argentinos.

La gira sudamericana del guitarrista comenzó el 11 de diciembre en la ciudad brasileña de San Pablo y, tras pasar por Curitiba y Porto Alegre, recalará en Buenos Aires, para seguir su periplo por Chile y continuar luego por Estados Unidos, Canadá y diferentes puntos de Europa.

Según las crónicas de los últimos conciertos brindados por músico nacido en Cambridge, Reino Unido, en 1946, echa mano a clásicos como “Wish you were here”, “Money”, “Us and them”, “Astronomy Domine”, “Shine on you, crazy diamond”, “Time” y “Confortably Numb”, entre otros.

Gilmour estará acompañado por el ex Roxy Music Phil Manzanera, en guitarra; Jon Carin y Kevin Mcalea, en teclados; Brian Chambers y Lucita Jules, en voces; Steven Distanislao, en batería; Joao Mello, en bronces; y Guy Pratt, en bajo.

“Rattle that lock”, el disco que finalmente lo trae al hemisferio sur, sucesor del aclamado “On an island”, editado en 2006, es considerado por el propio artista como “lo mejor” que ha hecho en su carrera, según lo expresó en diferentes notas periodísticas.

Se trata de diez composiciones escritas por Gilmour, cinco de ellas en coautoría con su esposa, la novelista Polly Samson, y producidas por él mismo junto a Phil Manzanera y volcadas en una placa que cuenta también con la colaboración de invitados de la talla de Jools Holland, que aporta su piano a la jazzera “The girl in the yellow dress”.

Gilmour, quien toca la guitarra desde pequeño, conoció a Syd Barrett, fundador de Pink Floyd, en sus años de estudiante en la escuela Perse, en Cambridge.

Ambos solían juntarse en los primeros años de la década del 60 para tocar la guitarra, ocasiones en las que Gilmour enseñó a Barrett a interpretar los éxitos de los Rolling Stones.

En 1968, cuando la salud mental del fundador de Pink Floyd comenzó a sufrir los estragos de los excesos de consumo del ácido lisergico (LSD), Gilmour ingresó a la popular banda para sumar sus virtudes como guitarrista.

El paulatino alejamiento de Barrett le permitió establecerse en el grupo y empezar a sumar sus aportes en su rol de vocalista y compositor; sin embargo no abandonó a su suerte a su colega musical desde sus años de estudiante, a quien ayudó con la realización de “The madcup laughs” y “Barrett”, sus dos discos solistas de 1970.

El homenaje de Gilmour a la genialidad de Barrett también quedó plasmado en la saga “Shine on you, crazy diamond”, una composición que consta de nueve partes, incluidas en el disco “Wish you were here”, de 1975.

Tras la grabación de álbunes clásicos como “Dark side of the moon”, en 1973, y “Animals”, de 1977, la relación entre Gilmour y Roger Waters, bajista, principal compositor y también fundador de Pink Floyd, comenzó a deteriorarse.

Luego de la edición de “The wall”, en 1979, y “The final cut”, en 1983, dos trabajos compositivos en donde Waters ejerció una especie de “dictadura” sobre el resto de sus compañeros, el bajista abandonó la banda.

Lejos de disolverse el popular grupo, lo que siguió fue una larga disputa legal que concluyó con un fallo que permitió que Gilmour, Mason y Wright pudieran seguir adelante usando el nombre Pink Floyd, mientras que Waters se benefició con el usufructo de la obra “The wall”.

El reencuentro de los miembros originales se produjo por única vez en 2005, en el concierto benéfico Live 8, realizado en Londres; finalmente, la muerte del tecladista Richard Wright, en 2008, puso punto final a la carrera de la popular banda.

Desde entonces, tanto Gilmour como Waters expresaron en diversos reportajes que no tienen ninguna intención de reflotar al grupo que nació en plena psicodelia, en la década del '60.

En uno de los últimos relevamientos realizados por las revistas especializadas, el guitarrista de Pink Floyd es considerado uno de los mejores y más influyentes ejecutantes de este instrumento.

Creador de memorables solos, como los que interpreta en “Confortably Nunb” y “Another brick in the wall”, Gilmour se caracteriza por el sentimiento que transmite desde sus cuerdas, a partir del atinado uso de la escala blues.

A diferencia de otros colegas que abusan de su virtuosismo con extensas y veloces recorridas por el diapasón, el ex Pink Floyd apela al efecto contrario que produce el preciso ataque a unas pocas y expresivas notas.

También se destaca por uso de la técnica slide, tal como puede apreciarse en una de las partes de “Shine on you, crazy diamond”, lo cual lo posiciona como un experto en la materia.

Sus aportes como guitarrista fueron disfrutados por artistas de primera línea que lo tuvieron como invitado o productor en distintos momentos, como el caso de Paul McCartney, Bob Dylan, Elton John, Supertramp, Pete Towshend y Kate Bush, entre otros.

17 DIC 2015 - 15:46

Gilmour, considerado uno de los guitarristas más influyentes en la historia del rock, aprovechará la ocasión para interpretar ante el público argentino algunas de las composiciones de sus placas anteriores y clásicos de la popular banda que integró junto a Roger Waters, Richard Wright y Nick Mason.

Aunque el inicio del show está previsto para las 21, los organizadores anunciaron que las puertas del estadio de avenida Márquez 504 se abrirán a las 13 y recomiendan asistir antes de las 16, para evitar problemas en el tránsito, dada la gran expectativa generada por la primera visita del ex Pink Floyd, una de las grandes “cuentas pendientes” para los fans argentinos.

La gira sudamericana del guitarrista comenzó el 11 de diciembre en la ciudad brasileña de San Pablo y, tras pasar por Curitiba y Porto Alegre, recalará en Buenos Aires, para seguir su periplo por Chile y continuar luego por Estados Unidos, Canadá y diferentes puntos de Europa.

Según las crónicas de los últimos conciertos brindados por músico nacido en Cambridge, Reino Unido, en 1946, echa mano a clásicos como “Wish you were here”, “Money”, “Us and them”, “Astronomy Domine”, “Shine on you, crazy diamond”, “Time” y “Confortably Numb”, entre otros.

Gilmour estará acompañado por el ex Roxy Music Phil Manzanera, en guitarra; Jon Carin y Kevin Mcalea, en teclados; Brian Chambers y Lucita Jules, en voces; Steven Distanislao, en batería; Joao Mello, en bronces; y Guy Pratt, en bajo.

“Rattle that lock”, el disco que finalmente lo trae al hemisferio sur, sucesor del aclamado “On an island”, editado en 2006, es considerado por el propio artista como “lo mejor” que ha hecho en su carrera, según lo expresó en diferentes notas periodísticas.

Se trata de diez composiciones escritas por Gilmour, cinco de ellas en coautoría con su esposa, la novelista Polly Samson, y producidas por él mismo junto a Phil Manzanera y volcadas en una placa que cuenta también con la colaboración de invitados de la talla de Jools Holland, que aporta su piano a la jazzera “The girl in the yellow dress”.

Gilmour, quien toca la guitarra desde pequeño, conoció a Syd Barrett, fundador de Pink Floyd, en sus años de estudiante en la escuela Perse, en Cambridge.

Ambos solían juntarse en los primeros años de la década del 60 para tocar la guitarra, ocasiones en las que Gilmour enseñó a Barrett a interpretar los éxitos de los Rolling Stones.

En 1968, cuando la salud mental del fundador de Pink Floyd comenzó a sufrir los estragos de los excesos de consumo del ácido lisergico (LSD), Gilmour ingresó a la popular banda para sumar sus virtudes como guitarrista.

El paulatino alejamiento de Barrett le permitió establecerse en el grupo y empezar a sumar sus aportes en su rol de vocalista y compositor; sin embargo no abandonó a su suerte a su colega musical desde sus años de estudiante, a quien ayudó con la realización de “The madcup laughs” y “Barrett”, sus dos discos solistas de 1970.

El homenaje de Gilmour a la genialidad de Barrett también quedó plasmado en la saga “Shine on you, crazy diamond”, una composición que consta de nueve partes, incluidas en el disco “Wish you were here”, de 1975.

Tras la grabación de álbunes clásicos como “Dark side of the moon”, en 1973, y “Animals”, de 1977, la relación entre Gilmour y Roger Waters, bajista, principal compositor y también fundador de Pink Floyd, comenzó a deteriorarse.

Luego de la edición de “The wall”, en 1979, y “The final cut”, en 1983, dos trabajos compositivos en donde Waters ejerció una especie de “dictadura” sobre el resto de sus compañeros, el bajista abandonó la banda.

Lejos de disolverse el popular grupo, lo que siguió fue una larga disputa legal que concluyó con un fallo que permitió que Gilmour, Mason y Wright pudieran seguir adelante usando el nombre Pink Floyd, mientras que Waters se benefició con el usufructo de la obra “The wall”.

El reencuentro de los miembros originales se produjo por única vez en 2005, en el concierto benéfico Live 8, realizado en Londres; finalmente, la muerte del tecladista Richard Wright, en 2008, puso punto final a la carrera de la popular banda.

Desde entonces, tanto Gilmour como Waters expresaron en diversos reportajes que no tienen ninguna intención de reflotar al grupo que nació en plena psicodelia, en la década del '60.

En uno de los últimos relevamientos realizados por las revistas especializadas, el guitarrista de Pink Floyd es considerado uno de los mejores y más influyentes ejecutantes de este instrumento.

Creador de memorables solos, como los que interpreta en “Confortably Nunb” y “Another brick in the wall”, Gilmour se caracteriza por el sentimiento que transmite desde sus cuerdas, a partir del atinado uso de la escala blues.

A diferencia de otros colegas que abusan de su virtuosismo con extensas y veloces recorridas por el diapasón, el ex Pink Floyd apela al efecto contrario que produce el preciso ataque a unas pocas y expresivas notas.

También se destaca por uso de la técnica slide, tal como puede apreciarse en una de las partes de “Shine on you, crazy diamond”, lo cual lo posiciona como un experto en la materia.

Sus aportes como guitarrista fueron disfrutados por artistas de primera línea que lo tuvieron como invitado o productor en distintos momentos, como el caso de Paul McCartney, Bob Dylan, Elton John, Supertramp, Pete Towshend y Kate Bush, entre otros.


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