“Lula” Codesal, quien hace tiempo se encuentra en las selecciones juveniles de este deporte, fue jugadora en el puesto de arquera de la escuela municipal de Esquel donde se formó deportivamente de la mano de Karina Martínez y Marcos Cayul.
“Siento mucho orgullo de estar acá y representar a todo el handball del Chubut, de Esquel, que es la gente que a mí me enseñó a jugar al handball y siento que no hay mejor manera de devolvérselo que dejar a Chubut presente en estas instancias en un Mundial, en una Selección”, sostuvo la arquera en redes sociales luego recibir la convocatoria de Giselle Pintos, entrenadora del combinado.
En Córdoba, la Selección Juvenil realizó una concentración que sirve como preparación para el Mundial de Eslovaquia (19 al 31 de julio). Allí, el conjunto dirigido por Pintos disputó cinco amistosos -ganó todos- contra equipos cordobeses. Con el afán de afianzar el grupo y pulir detalles en lo deportivo para llegar de la mejor manera a la Copa del Mundo, el seleccionado juvenil femenino realizó una última concentración en Córdoba. La misma comprendió una serie de amistosos ante combinados de la provincia.
Prueba de fuego
Con una gran trayectoria en selecciones, Codesal, la capitana del Seleccionado Argentino Juvenil, manifestó: “Jugué tres sudamericanos y un panamericano previo a esto, son muchos años de trabajo y la verdad que casi con la mitad del equipo que hoy tenemos venimos desde el 2012 juntas y todo así con vistas a esto ya torneos que dejan de ser formativos y pasan a ser a otro nivel. Te encontrás con gente que realmente hace esto de forma profesional, que en su país se dedican a esto y es una prueba muy grande para todas nosotras. Es una prueba de fuego jugar un torneo mundial y es un privilegio poder vivirlo”. Asegurando a la vez que “uno cambia mucho su forma de vida por esto, ya hace varios años que he estado yendo y viniendo desde Chubut, dejando un poco de lado el colegio, la familia, los amigos, son cosas que para uno valen la pena y yo disfruto hacerlas. Este año fue un cambio mucho más grande, me vine a vivir a Buenos Aires son muchas cosas que se dejan de lado pero valen la pena, ahora es cuando te das cuenta que es así. Estamos a punto de viajar a Eslovaquia y son momentos de muchas ansias, de mucha alegría y caer que todo el esfuerzo dio frutos”.
“Lula” Codesal, quien hace tiempo se encuentra en las selecciones juveniles de este deporte, fue jugadora en el puesto de arquera de la escuela municipal de Esquel donde se formó deportivamente de la mano de Karina Martínez y Marcos Cayul.
“Siento mucho orgullo de estar acá y representar a todo el handball del Chubut, de Esquel, que es la gente que a mí me enseñó a jugar al handball y siento que no hay mejor manera de devolvérselo que dejar a Chubut presente en estas instancias en un Mundial, en una Selección”, sostuvo la arquera en redes sociales luego recibir la convocatoria de Giselle Pintos, entrenadora del combinado.
En Córdoba, la Selección Juvenil realizó una concentración que sirve como preparación para el Mundial de Eslovaquia (19 al 31 de julio). Allí, el conjunto dirigido por Pintos disputó cinco amistosos -ganó todos- contra equipos cordobeses. Con el afán de afianzar el grupo y pulir detalles en lo deportivo para llegar de la mejor manera a la Copa del Mundo, el seleccionado juvenil femenino realizó una última concentración en Córdoba. La misma comprendió una serie de amistosos ante combinados de la provincia.
Prueba de fuego
Con una gran trayectoria en selecciones, Codesal, la capitana del Seleccionado Argentino Juvenil, manifestó: “Jugué tres sudamericanos y un panamericano previo a esto, son muchos años de trabajo y la verdad que casi con la mitad del equipo que hoy tenemos venimos desde el 2012 juntas y todo así con vistas a esto ya torneos que dejan de ser formativos y pasan a ser a otro nivel. Te encontrás con gente que realmente hace esto de forma profesional, que en su país se dedican a esto y es una prueba muy grande para todas nosotras. Es una prueba de fuego jugar un torneo mundial y es un privilegio poder vivirlo”. Asegurando a la vez que “uno cambia mucho su forma de vida por esto, ya hace varios años que he estado yendo y viniendo desde Chubut, dejando un poco de lado el colegio, la familia, los amigos, son cosas que para uno valen la pena y yo disfruto hacerlas. Este año fue un cambio mucho más grande, me vine a vivir a Buenos Aires son muchas cosas que se dejan de lado pero valen la pena, ahora es cuando te das cuenta que es así. Estamos a punto de viajar a Eslovaquia y son momentos de muchas ansias, de mucha alegría y caer que todo el esfuerzo dio frutos”.