Una muerte que crea incertidumbre ante un caso explosivo

La trágica muerte del juez de la Corte Teori Zavascki abre un periodo de incertidumbre sobre el rumbo que la Operación Lava Jato debe tener sobre la explosiva declaración de los 77 delatores de la empresa constructora Odebrecht y sus admisiones de haber pagado sobornos o donaciones ilegales de campaña a políticos, entre ellos el propio Michel Temer.

20 ENE 2017 - 9:53 | Actualizado

Zavascki era un juez de la corte nombrado por DIlma Rousseff en 2012 y era considerado por los especialistas como un "dique de contención para los abusos jurídicos y políticos" envueltos en la Operación Lava Jato que en primera instancia lleva adelante el juez Sergio Moro.

También era un jurista alejado de los partidos y, sobre todo, del gran pulpo que es el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), cuyos principales dirigentes dependían de la decisión de Zavascki, que estaba analizando darle luz verde a las delaciones premiadas de Odebrecht, una verdadera bomba política sobre sobornos y financiación ilegal de campañas.

"Temer quiere nombrar lo antes posible al reemplazante de Zavascki", dijo a Folha de San Pablo el llamado "ministro de las privatizaciones", Wellington Moreira Franco, uno de los principales colaboradores del ex vicepresidente que llegó al gobierno en un juicio político que destituyó a Dilma Rousseff.

Las teorías de la conspiración sobre la muerte de Zavascki -encargado de investigar a personas con fueros en la Operación Lava Jato iniciada por la corrupción en la petrolera Petrobras- no pararon.

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva consideró necesario saber las causas de la caída del avión, y, del otro lado, hizo un reclamo parecido Janaina Paschoal, la abogada que trabaja para el oficialista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), autora del pedido de impeachment de Rousseff.

Marcio Ancelmo, comisario de la policía federal que forma parte de la Operación Lava Jato, se refirió por Twitter a la tragedia como "accidente", entre comillas.

El PMDB, en grabaciones divulgadas por la justicia, sabía que Zavascki era el impenetrable de la Corte para eliminar la Operación Lava Jato. Así lo había dicho el senador Romero Jucá, líder del gobierno en el Senado y presidente en ejercicio del PMDB por la licencia de Temer, en una grabación en la que lamentaba que el magistrado fallecido no tenía vinculaciones políticas.

Los medios brasileños indican que a partir de ahora comienza una pulseada de poder, una más en la crisis del gigante sudamericano, con su crisis sin fin, entre Carmen Lucia, la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), y el propio Temer.

Ella puede derivar la Operación Lava Jato a otro juez del Tribunal o llamar a un nuevo sorteo, mientras que desde el gobierno buscan acelerar una nominación de un juez para la Corte, el primero e inesperado que deberá hacer Temer.

La prensa local especula que incluso el juez Moro es uno de los candidatos, así como el ministro de Justicia Alexandre de Moraes, quien enfrenta la crisis de las cárceles.

"El juez fallecido era el dique de contención de Lava Jato", dijo el analista Kennedy Alencar, de radio CBN, al referirse a que Zavascki amonestó a Moro y anuló las pruebas recogidas luego de haber pinchado el teléfono de Dilma Rousseff -algo que un juez de primera instancia no puede hacer- y divulgar su conversación con Lula.

La fiscalía y la Policía Federal, más la autoridad aeronáutica, investigan a partir de hoy la caída del avión de pequeño porte que transportaba al juez y a otras cuatro personas de San Pablo hasta la ciudad colonial de Paraty, en el sur de Río de Janeiro, donde cayó.

Zavascki había sido repudiado y escrachado en su casa el año pasado por militantes del ultraderechista Movimiento Brasil Libre (MBL), famoso por organizar las multitudinarias manifestaciones contra Rousseff que dibujaron el actual escenario.

El MBL hizo protestas en la puerta de la casa de Zavascki, en Porto Alegre, para defender a Moro de la línea tomada por el magistrado, de perfil austero, alejado de las cámaras y un contrapunto del mediático magistrado de Curitiba, enfrentado abiertamente con el ex presidente Luia, a quien investiga.

También el desastre aéreo ha puesto de relieve la relación de los magistrados con los empresarios. El juez viajaba en el avión del dueño del Hotel Emiliano, uno de los más exclusivos del país, que está procesado en el Supremo Tribunal Federal por ocupar ilegalmente islas en la Bahía de Angra dos Reis.

El empresario dueño del avión es Carlos Alberto Filgueras y también murió en la catástrofe. Ironía o no, el Hotel Emiliano de San Pablo fue uno de los lugares donde empresarios de la construcción, como Ricardo Pessoa, contó que se reunió con políticos del PMDB, entre ellos el titular del Senado, Renán Calheiros, para negociar contribuciones de campaña.

Las tragedias de dirigentes en momentos claves va llenando el cofre de las teorías de las conspiraciones: en 1967 el primer presidente de la dictadura militar, mariscal Alencar Castelo Branco, murió en medio de disputas sobre el rumbo del régimen, al caer la avioneta en la que viajaba; en 1992 cayó el helicóptero en Angra dos Reis de uno de los íconos de la redemocratización de Brasil, Ulysses Guimaraes, el político más importante en la transición de la dictadura a la democracia. Y en 2014, en plena campaña electoral, falleció al caer su avioneta en Santos el candidato presidencial Eduardo Campos.

20 ENE 2017 - 9:53

Zavascki era un juez de la corte nombrado por DIlma Rousseff en 2012 y era considerado por los especialistas como un "dique de contención para los abusos jurídicos y políticos" envueltos en la Operación Lava Jato que en primera instancia lleva adelante el juez Sergio Moro.

También era un jurista alejado de los partidos y, sobre todo, del gran pulpo que es el Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB), cuyos principales dirigentes dependían de la decisión de Zavascki, que estaba analizando darle luz verde a las delaciones premiadas de Odebrecht, una verdadera bomba política sobre sobornos y financiación ilegal de campañas.

"Temer quiere nombrar lo antes posible al reemplazante de Zavascki", dijo a Folha de San Pablo el llamado "ministro de las privatizaciones", Wellington Moreira Franco, uno de los principales colaboradores del ex vicepresidente que llegó al gobierno en un juicio político que destituyó a Dilma Rousseff.

Las teorías de la conspiración sobre la muerte de Zavascki -encargado de investigar a personas con fueros en la Operación Lava Jato iniciada por la corrupción en la petrolera Petrobras- no pararon.

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva consideró necesario saber las causas de la caída del avión, y, del otro lado, hizo un reclamo parecido Janaina Paschoal, la abogada que trabaja para el oficialista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), autora del pedido de impeachment de Rousseff.

Marcio Ancelmo, comisario de la policía federal que forma parte de la Operación Lava Jato, se refirió por Twitter a la tragedia como "accidente", entre comillas.

El PMDB, en grabaciones divulgadas por la justicia, sabía que Zavascki era el impenetrable de la Corte para eliminar la Operación Lava Jato. Así lo había dicho el senador Romero Jucá, líder del gobierno en el Senado y presidente en ejercicio del PMDB por la licencia de Temer, en una grabación en la que lamentaba que el magistrado fallecido no tenía vinculaciones políticas.

Los medios brasileños indican que a partir de ahora comienza una pulseada de poder, una más en la crisis del gigante sudamericano, con su crisis sin fin, entre Carmen Lucia, la presidenta del Supremo Tribunal Federal (STF), y el propio Temer.

Ella puede derivar la Operación Lava Jato a otro juez del Tribunal o llamar a un nuevo sorteo, mientras que desde el gobierno buscan acelerar una nominación de un juez para la Corte, el primero e inesperado que deberá hacer Temer.

La prensa local especula que incluso el juez Moro es uno de los candidatos, así como el ministro de Justicia Alexandre de Moraes, quien enfrenta la crisis de las cárceles.

"El juez fallecido era el dique de contención de Lava Jato", dijo el analista Kennedy Alencar, de radio CBN, al referirse a que Zavascki amonestó a Moro y anuló las pruebas recogidas luego de haber pinchado el teléfono de Dilma Rousseff -algo que un juez de primera instancia no puede hacer- y divulgar su conversación con Lula.

La fiscalía y la Policía Federal, más la autoridad aeronáutica, investigan a partir de hoy la caída del avión de pequeño porte que transportaba al juez y a otras cuatro personas de San Pablo hasta la ciudad colonial de Paraty, en el sur de Río de Janeiro, donde cayó.

Zavascki había sido repudiado y escrachado en su casa el año pasado por militantes del ultraderechista Movimiento Brasil Libre (MBL), famoso por organizar las multitudinarias manifestaciones contra Rousseff que dibujaron el actual escenario.

El MBL hizo protestas en la puerta de la casa de Zavascki, en Porto Alegre, para defender a Moro de la línea tomada por el magistrado, de perfil austero, alejado de las cámaras y un contrapunto del mediático magistrado de Curitiba, enfrentado abiertamente con el ex presidente Luia, a quien investiga.

También el desastre aéreo ha puesto de relieve la relación de los magistrados con los empresarios. El juez viajaba en el avión del dueño del Hotel Emiliano, uno de los más exclusivos del país, que está procesado en el Supremo Tribunal Federal por ocupar ilegalmente islas en la Bahía de Angra dos Reis.

El empresario dueño del avión es Carlos Alberto Filgueras y también murió en la catástrofe. Ironía o no, el Hotel Emiliano de San Pablo fue uno de los lugares donde empresarios de la construcción, como Ricardo Pessoa, contó que se reunió con políticos del PMDB, entre ellos el titular del Senado, Renán Calheiros, para negociar contribuciones de campaña.

Las tragedias de dirigentes en momentos claves va llenando el cofre de las teorías de las conspiraciones: en 1967 el primer presidente de la dictadura militar, mariscal Alencar Castelo Branco, murió en medio de disputas sobre el rumbo del régimen, al caer la avioneta en la que viajaba; en 1992 cayó el helicóptero en Angra dos Reis de uno de los íconos de la redemocratización de Brasil, Ulysses Guimaraes, el político más importante en la transición de la dictadura a la democracia. Y en 2014, en plena campaña electoral, falleció al caer su avioneta en Santos el candidato presidencial Eduardo Campos.


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