EEUU realiza maniobras militares en el mar de China

Filipinas y Estados Unidos iniciaron hoy trigésima cuarta edición de las maniobras militares conjuntas anuales identificadas como "Balikatan", en un momento en que se conoció que Beijing envió misiles crucero al archipiélago Spratly, en Mar de China Meridional y cuya soberanía se disputan media docena de gobiernos.

07 MAY 2018 - 8:45 | Actualizado


Los ejercicios cuentan con la participación de 5.000 soldados filipinos y 3.000 estadounidenses que llevarán a cabo operaciones de "defensa mutua, antiterrorismo y respuesta humanitaria y de desastres", indicó a EFE el portavoz de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Restituto Padilla.

El "Balikatan" incluirá fuego real y simulaciones de operaciones antiterroristas urbanas para recrear situaciones como la rebelión que el año pasado grupos afines al Estado Islámico realizaron en la ciudad de Marawi, donde se prolongaron los combates durante cinco meses y con el resultado de más de mil muertos.

Los ejercicios ocurren a pesar de que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, prometió tras llegar al poder en junio de 2016 que suspendería las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, aunque finalmente solo redujo el número de tropas (5.300 soldados en 2017 respecto a los 11.000 del año anterior).

La edición de este año llega en un momento de relativa tensión en el Mar de China Meridional, donde Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwan y Vietnam reclaman la soberanía de las islas Spratly, un grupo de unos 100 arrecifes e islotes la mayoría despoblados ricos en yacimientos de gas y petróleo y caladeros de pesca.

Por su parte, China confirmó la semana pasada que desplegó misiles crucero antibuque y sistemas de misiles tierra-aire en tres de las islas del archipiélago, después de que la cadena estadounidense CNBC revelara fotografías satelitales de estas instalaciones.

Aunque varios países expresaron su preocupación por la militarización de las Spratly, por el momento Filipinas no protestó, y Duterte reforzó los lazos económicos y diplomáticos con Beijing.

"Los misiles no están dirigidos contra nosotros", declaró hoy el portavoz de la presidencia filipina, Harry Roque, después de que la oposición y medios locales exigieran al Gobierno que censurara la acción china.
 

07 MAY 2018 - 8:45


Los ejercicios cuentan con la participación de 5.000 soldados filipinos y 3.000 estadounidenses que llevarán a cabo operaciones de "defensa mutua, antiterrorismo y respuesta humanitaria y de desastres", indicó a EFE el portavoz de las Fuerzas Armadas de Filipinas, Restituto Padilla.

El "Balikatan" incluirá fuego real y simulaciones de operaciones antiterroristas urbanas para recrear situaciones como la rebelión que el año pasado grupos afines al Estado Islámico realizaron en la ciudad de Marawi, donde se prolongaron los combates durante cinco meses y con el resultado de más de mil muertos.

Los ejercicios ocurren a pesar de que el presidente filipino, Rodrigo Duterte, prometió tras llegar al poder en junio de 2016 que suspendería las maniobras militares conjuntas con Estados Unidos, aunque finalmente solo redujo el número de tropas (5.300 soldados en 2017 respecto a los 11.000 del año anterior).

La edición de este año llega en un momento de relativa tensión en el Mar de China Meridional, donde Brunei, China, Filipinas, Malasia, Taiwan y Vietnam reclaman la soberanía de las islas Spratly, un grupo de unos 100 arrecifes e islotes la mayoría despoblados ricos en yacimientos de gas y petróleo y caladeros de pesca.

Por su parte, China confirmó la semana pasada que desplegó misiles crucero antibuque y sistemas de misiles tierra-aire en tres de las islas del archipiélago, después de que la cadena estadounidense CNBC revelara fotografías satelitales de estas instalaciones.

Aunque varios países expresaron su preocupación por la militarización de las Spratly, por el momento Filipinas no protestó, y Duterte reforzó los lazos económicos y diplomáticos con Beijing.

"Los misiles no están dirigidos contra nosotros", declaró hoy el portavoz de la presidencia filipina, Harry Roque, después de que la oposición y medios locales exigieran al Gobierno que censurara la acción china.
 


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