"El crecimiento en Brasil es uno de los factores cruciales para el desarrollo de la Argentina. El problema allí es que están creando demasiadas expectativas positivas, como las que nosotros creamos al principio, y ese es un problema que ya sabemos que no termina bien, porque es mejor crear expectativas medianamente negativas que falsas", afirmó el exfuncionario, en un reportaje publicado este miércoles en el matutino La Nación.
A su criterio, entre la Argentina y el Brasil "hay una competencia, pero para dominarla hay que ser más eficientes y no cerrarnos. La Argentina pasó 70 años o más en los cuales no puede salir de este modelo de crecimiento serrucho. A veces viene aparejado por un aumento grande en la demanda, que después causa inflación y rezago en las inversiones. El resto de los países latinoamericanos, con algunas excepciones, superaron ese problema".
"No podemos salir de este proceso en el cual suben los salarios, suben los precios, cae la competitividad en la Argentina y entonces se busca protección y al final se termina devaluando. Tratan primero de no devaluar, aparecen las tablitas, tasa de cambio fija, lo que sea", añadió.
Por otra parte, Blejer el economista consideró que la Argentina "es un país rico es otra fábula, no es un país rico.
Los países ricos son los que pueden ofrecer un nivel de vida alto a sus ciudadanos. Porque si ser rico significa tener recursos naturales, entonces Suiza sería pobre. Hay recursos naturales que hay que saber explotarlos, pero no es lo único. Acá también hay recursos humanos buenísimos".
Blejer evaluó también que la economía argentina "no está separada de lo que pasa en el resto del mundo. Como hay una mejora en la economía internacional, aunque es muy poco dinámica y muy poco promisoria, enseguida afecta a la economía local".
En ese sentido, expresó: "me parece que la estabilización del desequilibrio cambiario se logró, en parte, por la mejora en el mundo y de los flujos de capital, pero también por la consecuencia de una expectativa más anclada. Hay una situación en el mercado de cambios que es favorable. No es grandiosa, pero es positiva. Todo eso hace que haya una mejora parcial".
"Pero, obviamente, todos los problemas que teníamos siguen estando: los desequilibrios de precios relativos, el desequilibrio macro y micro, problemas de distribución del ingreso y de pobreza", concluyó.
"El crecimiento en Brasil es uno de los factores cruciales para el desarrollo de la Argentina. El problema allí es que están creando demasiadas expectativas positivas, como las que nosotros creamos al principio, y ese es un problema que ya sabemos que no termina bien, porque es mejor crear expectativas medianamente negativas que falsas", afirmó el exfuncionario, en un reportaje publicado este miércoles en el matutino La Nación.
A su criterio, entre la Argentina y el Brasil "hay una competencia, pero para dominarla hay que ser más eficientes y no cerrarnos. La Argentina pasó 70 años o más en los cuales no puede salir de este modelo de crecimiento serrucho. A veces viene aparejado por un aumento grande en la demanda, que después causa inflación y rezago en las inversiones. El resto de los países latinoamericanos, con algunas excepciones, superaron ese problema".
"No podemos salir de este proceso en el cual suben los salarios, suben los precios, cae la competitividad en la Argentina y entonces se busca protección y al final se termina devaluando. Tratan primero de no devaluar, aparecen las tablitas, tasa de cambio fija, lo que sea", añadió.
Por otra parte, Blejer el economista consideró que la Argentina "es un país rico es otra fábula, no es un país rico.
Los países ricos son los que pueden ofrecer un nivel de vida alto a sus ciudadanos. Porque si ser rico significa tener recursos naturales, entonces Suiza sería pobre. Hay recursos naturales que hay que saber explotarlos, pero no es lo único. Acá también hay recursos humanos buenísimos".
Blejer evaluó también que la economía argentina "no está separada de lo que pasa en el resto del mundo. Como hay una mejora en la economía internacional, aunque es muy poco dinámica y muy poco promisoria, enseguida afecta a la economía local".
En ese sentido, expresó: "me parece que la estabilización del desequilibrio cambiario se logró, en parte, por la mejora en el mundo y de los flujos de capital, pero también por la consecuencia de una expectativa más anclada. Hay una situación en el mercado de cambios que es favorable. No es grandiosa, pero es positiva. Todo eso hace que haya una mejora parcial".
"Pero, obviamente, todos los problemas que teníamos siguen estando: los desequilibrios de precios relativos, el desequilibrio macro y micro, problemas de distribución del ingreso y de pobreza", concluyó.