Editorial / En el momento menos adecuado

Convengamos que nunca es un buen momento para anunciar un aumento de sueldos a la planta política de ningún gobierno. Desde hace muchos años, tal vez con mayor intensidad después del “que se vayan todos” de 2001, se impuso una lógica social que indica que casi todo aquel que preste sus servicios como planta política de un gobierno está sujeto a la sospecha o a la crítica fulminante.

17 SEP 2019 - 20:58 | Actualizado

Si encima la provincia es un polvorín, sin liderazgo político, con los sueldos públicos escalonados y un aroma a crisis hasta debajo de las piedras, pues entonces este no era ni de lejos un momento adecuado para que el gobernador Mariano Arcioni intentara recomponer de unas 231 personas que conforman la planta política del Gobierno, incluido él.

Dicho esto, lo que los datos que Jornada divulga hoy en la página 3 respecto de los salarios del gobernador y la planta política demuestran el profundo descalabro que hay en el Estado chubutense.

Uno puede poner en duda las capacidades de los actuales funcionarios, o de los pasados, pero no la responsabilidad que esos cargos representan. ¿Está bien que Arcioni se aumente el salario en medio de una crisis? La respuesta es tan obvia que mejor no escribirla. Ahora: ¿está bien que el gobernador de la provincia cobre 84.000 pesos en bruto? ¿O que un ministro que maneja presupuestos multimillonarios perciba 70.000 pesos en bruto?

Probablemente, si la sociedad le pone rostros a estos salarios, ninguno de ellos merecería cobrar por sus funciones. Pero se trata de mirar un poco más allá e intentar separar la paja del trigo y, tal vez, empezar a pensar qué provincia se pretende tener.

Por supuesto que este debate no es para darlo en medio de semejante incendio político, económico y social. Pero habría que trata de que el árbol no tape el bosque. Algo habrá pasado en todos estos años para que buena parte de la sociedad opine de esa manera despectiva de la clase política. En Chubut, por caso, las causas “El Embrujo” y “Revelación” ayudan a alimentar ese monstruo popular que ve detrás de la política sólo barro y corrupción. Sin embargo, no son pocos los que se embanderan con la figura del fallecido Mario Das Neves, que para muchos sigue siendo la imagen viva del político que se desvive por su pueblo, y para muchos otros no dejará de ser nunca el jefe directo de muchos de los que están siendo juzgados o lo serán en un futuro.

Muchos dirigentes honestos y con verdadera vocación de servicio han pasado y seguirán pasando por la función pública con honorabilidad y eficiencia. Y también muchos otros se seguirán escondiendo detrás del velo de la política para hacer de las suyas.

Pero la política y la alternancia democrática seguirán siendo las mejores opciones para gestionar la cosa pública. De eso no debería caber ninguna duda.

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17 SEP 2019 - 20:58

Si encima la provincia es un polvorín, sin liderazgo político, con los sueldos públicos escalonados y un aroma a crisis hasta debajo de las piedras, pues entonces este no era ni de lejos un momento adecuado para que el gobernador Mariano Arcioni intentara recomponer de unas 231 personas que conforman la planta política del Gobierno, incluido él.

Dicho esto, lo que los datos que Jornada divulga hoy en la página 3 respecto de los salarios del gobernador y la planta política demuestran el profundo descalabro que hay en el Estado chubutense.

Uno puede poner en duda las capacidades de los actuales funcionarios, o de los pasados, pero no la responsabilidad que esos cargos representan. ¿Está bien que Arcioni se aumente el salario en medio de una crisis? La respuesta es tan obvia que mejor no escribirla. Ahora: ¿está bien que el gobernador de la provincia cobre 84.000 pesos en bruto? ¿O que un ministro que maneja presupuestos multimillonarios perciba 70.000 pesos en bruto?

Probablemente, si la sociedad le pone rostros a estos salarios, ninguno de ellos merecería cobrar por sus funciones. Pero se trata de mirar un poco más allá e intentar separar la paja del trigo y, tal vez, empezar a pensar qué provincia se pretende tener.

Por supuesto que este debate no es para darlo en medio de semejante incendio político, económico y social. Pero habría que trata de que el árbol no tape el bosque. Algo habrá pasado en todos estos años para que buena parte de la sociedad opine de esa manera despectiva de la clase política. En Chubut, por caso, las causas “El Embrujo” y “Revelación” ayudan a alimentar ese monstruo popular que ve detrás de la política sólo barro y corrupción. Sin embargo, no son pocos los que se embanderan con la figura del fallecido Mario Das Neves, que para muchos sigue siendo la imagen viva del político que se desvive por su pueblo, y para muchos otros no dejará de ser nunca el jefe directo de muchos de los que están siendo juzgados o lo serán en un futuro.

Muchos dirigentes honestos y con verdadera vocación de servicio han pasado y seguirán pasando por la función pública con honorabilidad y eficiencia. Y también muchos otros se seguirán escondiendo detrás del velo de la política para hacer de las suyas.

Pero la política y la alternancia democrática seguirán siendo las mejores opciones para gestionar la cosa pública. De eso no debería caber ninguna duda.


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