Chubut está entre las provincias con menor dependencia de los recursos de coparticipación

Un informe de la consultora IARAF analiza el grado de dependencia que tienen cada una de las provincias respecto a lo que se distribuye desde el Gobierno Nacional por la Coparticipación Federal de Ingresos.

11 OCT 2019 - 20:05 | Actualizado

El cálculo evidencia cuál es el grado de recursos propios con el que se maneja cada administración provincial.

Así, el “indicador de dependencia” permite observar distintas realidades que se ven en las jurisdicciones de todo el territorio. Así por ejemplo, Chubut figura entre las cuatros provincias con menor nivel de dependencia respecto a los giros automáticos de Nación. La incidencia de la coparticipación sobre el total de los recursos es del 59,9%, con los datos en este caso para el cierre anual del 2018.

Muchas veces se ha puesto el foco entre lo que da la provincia, que se mantiene como la cuarta exportadora a nivel nacional a través del complejo petrolero, las lanas, el aluminio y la industria pesquera. Y lo que termina recibiendo en términos absolutos.

Quien cuenta con mayor grado de “independencia” en cuanto al manejo de los recursos, es la Ciudad de Buenos Aires, cuya dependencia sólo llega al 27%. Le siguen Neuquén (43,3%), Buenos Aires (49,8%) y luego aparece Chubut con el 59,9%.

Al tope de las “dependientes” se encuentran algunas provincias del norte del país. Formosa es un caso muy particular, ya que prácticamente todos sus recursos disponibles provienen de la coparticipación. Un 93,6% son fondos coparticipables, y el resto, casi nada, tiene que ver con ingresos propios.

En el ranking de provincias dependientes le sigue a Formosa La Rioja (91,3%), Catamarca (89,9%), Santiago del Estero (89,1%), Jujuy (86,7%) y Corrientes (85,3%).

Entre las patagónicas, la más dependiente es La Pampa (72,4%) y luego Río Negro (69,3%). La de menor dependencia es Neuquén (43,3%), seguida por Chubut.

Hasta agosto de este año, la provincia recibió giros automáticos y por compensaciones por 15.467 millones de pesos. Lo cual implicó una variación del 49% interanual, aunque en términos reales (contemplando la inflación acumulada en 12 meses), hay una caída de los recursos disponibles del 3,5%.

“La evolución de los envíos automáticos de fondos desde nación a las provincias, tendrá un mayor impacto en las finanzas de estas últimas dependiendo del grado de dependencia que estas muestren en su estructura de ingresos habituales, denominando de esta manera a la suma de coparticipación más recaudación propia de tributos provinciales. En el año 2018 estos ingresos habituales representaron el 75% del ingreso total del consolidado provincial. La situación es heterogénea entre provincias, existiendo un grupo de ellas muy dependientes de los envíos nacionales y otras que se podría calificar de más autónomas”, analizan desde IARAF.

De todos modos, cuando se corrige la caída de la coparticipación por el grado de dependencia provincial, se cuenta con el efecto neto de dicha disminución de las transferencias nacionales sobre los ingresos habituales de las provincias. La situación general sigue siendo la de una caída en términos reales, que en un contexto de reducción de carga tributaria legal provincial (por el consenso) y de recesión económica (que genera normalmente aumento de la mora y evasión) muy probablemente determinará que los ingresos de las provincias terminarán cayendo en términos reales y en porcentaje del PIB, es decir que se moverán en la misma dirección que lo verificado en 2018.

Situación Fiscal 2019

“Los ingresos de las provincias están mostrando un deterioro en términos reales. Es decir que se presenta la misma dinámica que el año pasado en relación a que los ingresos de las provincias caerían respecto al año anterior, lo que exigiría que el gasto vuelva a caer en términos reales si es que se quiere mantener el superávit alcanzado en 2018”, manifiestan desde la consultora.

El gasto real provincial debería volver a caer este año. Con solo mantenerse respecto a 2018 ya generaría una licuación del superávit primario. Pero el año 2019, a diferencia del año pasado, es un año eleccionario, por lo que se aprecia que en general las provincias acelerarán sus gastos, sobre todo los gastos corrientes como el gasto en personal. Si una provincia está aumentando sus erogaciones en términos reales la licuación del superávit es más acelerada todavía. Por tomar un caso de notoriedad reciente, Chubut es una provincia que está atravesando un momento complicado en lo que respecta a sus finanzas públicas.

En un contexto de caída real de los ingresos, el Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal indica que durante el primer semestre de 2019 la provincia registró un incremento del gasto corriente primario de 93,44% interanual mientras que la inflación del período fue de 54,3% interanual. Esta situación generó una licuación del superávit primario registrado en 2018.

“Con la misma lógica, en caso de que la combinación de velocidades de la recuperación del gasto y de la caída del ingreso de una jurisdicción alcance determinados valores, podrán verse dificultades fiscales (déficits) que no son una novedad para la historia económica de las provincias”.

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11 OCT 2019 - 20:05

El cálculo evidencia cuál es el grado de recursos propios con el que se maneja cada administración provincial.

Así, el “indicador de dependencia” permite observar distintas realidades que se ven en las jurisdicciones de todo el territorio. Así por ejemplo, Chubut figura entre las cuatros provincias con menor nivel de dependencia respecto a los giros automáticos de Nación. La incidencia de la coparticipación sobre el total de los recursos es del 59,9%, con los datos en este caso para el cierre anual del 2018.

Muchas veces se ha puesto el foco entre lo que da la provincia, que se mantiene como la cuarta exportadora a nivel nacional a través del complejo petrolero, las lanas, el aluminio y la industria pesquera. Y lo que termina recibiendo en términos absolutos.

Quien cuenta con mayor grado de “independencia” en cuanto al manejo de los recursos, es la Ciudad de Buenos Aires, cuya dependencia sólo llega al 27%. Le siguen Neuquén (43,3%), Buenos Aires (49,8%) y luego aparece Chubut con el 59,9%.

Al tope de las “dependientes” se encuentran algunas provincias del norte del país. Formosa es un caso muy particular, ya que prácticamente todos sus recursos disponibles provienen de la coparticipación. Un 93,6% son fondos coparticipables, y el resto, casi nada, tiene que ver con ingresos propios.

En el ranking de provincias dependientes le sigue a Formosa La Rioja (91,3%), Catamarca (89,9%), Santiago del Estero (89,1%), Jujuy (86,7%) y Corrientes (85,3%).

Entre las patagónicas, la más dependiente es La Pampa (72,4%) y luego Río Negro (69,3%). La de menor dependencia es Neuquén (43,3%), seguida por Chubut.

Hasta agosto de este año, la provincia recibió giros automáticos y por compensaciones por 15.467 millones de pesos. Lo cual implicó una variación del 49% interanual, aunque en términos reales (contemplando la inflación acumulada en 12 meses), hay una caída de los recursos disponibles del 3,5%.

“La evolución de los envíos automáticos de fondos desde nación a las provincias, tendrá un mayor impacto en las finanzas de estas últimas dependiendo del grado de dependencia que estas muestren en su estructura de ingresos habituales, denominando de esta manera a la suma de coparticipación más recaudación propia de tributos provinciales. En el año 2018 estos ingresos habituales representaron el 75% del ingreso total del consolidado provincial. La situación es heterogénea entre provincias, existiendo un grupo de ellas muy dependientes de los envíos nacionales y otras que se podría calificar de más autónomas”, analizan desde IARAF.

De todos modos, cuando se corrige la caída de la coparticipación por el grado de dependencia provincial, se cuenta con el efecto neto de dicha disminución de las transferencias nacionales sobre los ingresos habituales de las provincias. La situación general sigue siendo la de una caída en términos reales, que en un contexto de reducción de carga tributaria legal provincial (por el consenso) y de recesión económica (que genera normalmente aumento de la mora y evasión) muy probablemente determinará que los ingresos de las provincias terminarán cayendo en términos reales y en porcentaje del PIB, es decir que se moverán en la misma dirección que lo verificado en 2018.

Situación Fiscal 2019

“Los ingresos de las provincias están mostrando un deterioro en términos reales. Es decir que se presenta la misma dinámica que el año pasado en relación a que los ingresos de las provincias caerían respecto al año anterior, lo que exigiría que el gasto vuelva a caer en términos reales si es que se quiere mantener el superávit alcanzado en 2018”, manifiestan desde la consultora.

El gasto real provincial debería volver a caer este año. Con solo mantenerse respecto a 2018 ya generaría una licuación del superávit primario. Pero el año 2019, a diferencia del año pasado, es un año eleccionario, por lo que se aprecia que en general las provincias acelerarán sus gastos, sobre todo los gastos corrientes como el gasto en personal. Si una provincia está aumentando sus erogaciones en términos reales la licuación del superávit es más acelerada todavía. Por tomar un caso de notoriedad reciente, Chubut es una provincia que está atravesando un momento complicado en lo que respecta a sus finanzas públicas.

En un contexto de caída real de los ingresos, el Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal indica que durante el primer semestre de 2019 la provincia registró un incremento del gasto corriente primario de 93,44% interanual mientras que la inflación del período fue de 54,3% interanual. Esta situación generó una licuación del superávit primario registrado en 2018.

“Con la misma lógica, en caso de que la combinación de velocidades de la recuperación del gasto y de la caída del ingreso de una jurisdicción alcance determinados valores, podrán verse dificultades fiscales (déficits) que no son una novedad para la historia económica de las provincias”.


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