Fue una mañana de reuniones y discusiones intensas en Rawson. Era tan ríspido el clima en Fontana 50 que no dejaron ingresar a la prensa a Casa de Gobierno, tal vez por temor a que escuche algo o algún funcionario hablara de más. Andrés Meiszner llegó temprano como cada día pero a media mañana salió del edificio sin saber su destino. Fue sólo para dejar su renuncia indeclinable al cargo.
Mientras tanto en la esquina, en las oficinas que desde hace algunos meses le asignaron a la cartera de Desarrollo Humano y Familia, se concretaba una reunión de Cecilia Torres Otarola con los ministros Federico Massoni y Oscar Antonena.
Todo cerrado
La prensa observaba desde la calle el encuentro, a través de los ventanales que tiene la oficina en el primer piso. Esperó por varios minutos que concluyera para tener la palabra de los funcionarios, pero ninguno quiso hablar. Cuando se percataron que eran observados desde la calle, a modo de barrera provisoria colocaron banners en las ventanas.
Massoni fue el primero en salir y enfrentar a la guardia periodística, pero negó todos los alejamientos e incluso dijo que no había hablado sobre el tema con los protagonistas.
En esos momentos piden a la prensa que ingrese a una oficina para esperar a la ministro. Y aprovechó para salir del lugar, por otra puerta, el ministro de Economía. Igual fue abordado y se limitó a contestar que estaba allí “por un expediente”, sin más declaraciones.
Todo controlado
En tanto, en Casa de Gobierno, el ingreso estaba más controlado que nunca. Los periodistas preguntaban por funcionarios y la respuesta era “no están”. Incluso llamó la atención que todas las oficinas del ala donde se ubica Ariel Molina y la Secretaría General, cuyas ventanas dan a la Peatonal Fontana, tenían sus clásicas persianas de madera cerradas.
Fue una mañana de reuniones y discusiones intensas en Rawson. Era tan ríspido el clima en Fontana 50 que no dejaron ingresar a la prensa a Casa de Gobierno, tal vez por temor a que escuche algo o algún funcionario hablara de más. Andrés Meiszner llegó temprano como cada día pero a media mañana salió del edificio sin saber su destino. Fue sólo para dejar su renuncia indeclinable al cargo.
Mientras tanto en la esquina, en las oficinas que desde hace algunos meses le asignaron a la cartera de Desarrollo Humano y Familia, se concretaba una reunión de Cecilia Torres Otarola con los ministros Federico Massoni y Oscar Antonena.
Todo cerrado
La prensa observaba desde la calle el encuentro, a través de los ventanales que tiene la oficina en el primer piso. Esperó por varios minutos que concluyera para tener la palabra de los funcionarios, pero ninguno quiso hablar. Cuando se percataron que eran observados desde la calle, a modo de barrera provisoria colocaron banners en las ventanas.
Massoni fue el primero en salir y enfrentar a la guardia periodística, pero negó todos los alejamientos e incluso dijo que no había hablado sobre el tema con los protagonistas.
En esos momentos piden a la prensa que ingrese a una oficina para esperar a la ministro. Y aprovechó para salir del lugar, por otra puerta, el ministro de Economía. Igual fue abordado y se limitó a contestar que estaba allí “por un expediente”, sin más declaraciones.
Todo controlado
En tanto, en Casa de Gobierno, el ingreso estaba más controlado que nunca. Los periodistas preguntaban por funcionarios y la respuesta era “no están”. Incluso llamó la atención que todas las oficinas del ala donde se ubica Ariel Molina y la Secretaría General, cuyas ventanas dan a la Peatonal Fontana, tenían sus clásicas persianas de madera cerradas.