Con apoyo republicano, Trump lanza ofensiva legal contra el triunfo de Biden

La transición en Estados Unidos quedó inmersa en la incertidumbre luego de que el presidente decidiera bloquear el proceso de transferencia del poder al mandatario electo Joe Biden y de que su fiscal general autorizara al Departamento de Justicia a investigar denuncias de fraude por ahora sin fundamentos.

10 NOV 2020 - 11:48 | Actualizado

Algunos republicanos, entre ellos el líder de la bancada del Senado, Mitch McConnell, cerraron filas tras los esfuerzos de Trump de disputar los resultados electorales, luego de que pocos legisladores oficialistas reconocieran ayer la victoria de Biden u objetaran otra polémica decisión del presidente: echar al jefe del Pentágono, Mark Esper.

Los acontecimientos profundizan las dudas sobre si Estados Unidos podrá en esta ocasión atravesar el tipo de transición ordenada que lo ha caracterizado históricamente, uno de los puntales y sellos distintivos de su democracia.

El Colegio Electoral tiene previsto confirmar oficialmente el triunfo del demócrata Biden el 14 de diciembre próximo, allanando el camino para que asuma la Presidencia a fines de enero.

Anoche, el fiscal general y secretario de Justicia, William Barr, autorizó a cualquier fiscal federal a investigar "denuncias significativas de irregularidades en el voto y en el conteo", pese a que no existen denuncias extendidas de anormalidades más que las de fraude que, sin mostrar pruebas, lanzó Trump desde la noche misma de los comicios.

De hecho, funcionarios electorales de ambos partidos manifestaron públicamente que la votación transcurrió sin problemas, y observadores internacionales también confirmaron que no hubo irregularidades serias que pudieran viciar el proceso en su conjunto.

El jefe de los abogados del equipo de campaña de Biden, Bob Bauer, dijo hoy que el memorándum por el que Barr autorizó investigaciones "sólo alimentará las afirmaciones especiosas, caprichosas o inverosímiles contra las que profesa protección", informó la cadena CNN.

Después la notificación, el jefe del servicio responsable de delitos electorales, que supervisa las investigaciones de fraude, Richard Pilger, anunció su renuncia, según varios medios.

Pilger explicó su decisión en un correo electrónico enviado a su equipo: "Después de estudiar las nuevas reglas y sus ramificaciones, desafortunadamente tengo que renunciar a mi cargo", escribió.

Habitualmente, las investigaciones de fraude son competencia de los estados, que establecen sus reglas.

La política hasta ahora del Departamento de Justicia ha sido de esperar que los recuentos de votos estén certificados, se complete el recuento y que ya hayan concluido las elecciones antes de implicarse.

Biden, en tanto, sigue adelante con los preparativos de su futuro Gobierno, y ayer nombró a un comité de científicos que encabezará la lucha contra el coronavirus.

Pero el organismo federal que debe dar la luz verde al inicio de la transición se abstuvo hasta ahora de dar ese paso.

Mientras la Administración de Servicios Generales (GSA en inglés), cuya jefa fue designada por Trump, no notifique que Biden es el presidente electo, no pueden entregarse las oficinas y los fondos para el proceso.

Un vocero de la GSA dijo anoche que aún no había habido una "comprobación" fehaciente del ganador e insinuó que no pondría en marcha la transición hasta que Trump acepte su derrota o hasta la reunión del Colegio Electoral del mes que viene.

Trump permanecía hoy en la Casa Blanca y continuaba sin mostrarse en público, en medio de conversaciones en curso sobre cómo pasará los próximos días y semanas mientras disputa el veredicto de las urnas.

Varios allegados al presidente no identificados citados por CNN y otros grandes medios del país afirmaron que el presidente no prevé aceptar formalmente la victoria de Biden, algo que es una costumbre, no una ley que deba cumplir, pero que probablemente dejará vacante la Casa Blanca, aunque a regañadientes, al cumplir su mandato.

10 NOV 2020 - 11:48

Algunos republicanos, entre ellos el líder de la bancada del Senado, Mitch McConnell, cerraron filas tras los esfuerzos de Trump de disputar los resultados electorales, luego de que pocos legisladores oficialistas reconocieran ayer la victoria de Biden u objetaran otra polémica decisión del presidente: echar al jefe del Pentágono, Mark Esper.

Los acontecimientos profundizan las dudas sobre si Estados Unidos podrá en esta ocasión atravesar el tipo de transición ordenada que lo ha caracterizado históricamente, uno de los puntales y sellos distintivos de su democracia.

El Colegio Electoral tiene previsto confirmar oficialmente el triunfo del demócrata Biden el 14 de diciembre próximo, allanando el camino para que asuma la Presidencia a fines de enero.

Anoche, el fiscal general y secretario de Justicia, William Barr, autorizó a cualquier fiscal federal a investigar "denuncias significativas de irregularidades en el voto y en el conteo", pese a que no existen denuncias extendidas de anormalidades más que las de fraude que, sin mostrar pruebas, lanzó Trump desde la noche misma de los comicios.

De hecho, funcionarios electorales de ambos partidos manifestaron públicamente que la votación transcurrió sin problemas, y observadores internacionales también confirmaron que no hubo irregularidades serias que pudieran viciar el proceso en su conjunto.

El jefe de los abogados del equipo de campaña de Biden, Bob Bauer, dijo hoy que el memorándum por el que Barr autorizó investigaciones "sólo alimentará las afirmaciones especiosas, caprichosas o inverosímiles contra las que profesa protección", informó la cadena CNN.

Después la notificación, el jefe del servicio responsable de delitos electorales, que supervisa las investigaciones de fraude, Richard Pilger, anunció su renuncia, según varios medios.

Pilger explicó su decisión en un correo electrónico enviado a su equipo: "Después de estudiar las nuevas reglas y sus ramificaciones, desafortunadamente tengo que renunciar a mi cargo", escribió.

Habitualmente, las investigaciones de fraude son competencia de los estados, que establecen sus reglas.

La política hasta ahora del Departamento de Justicia ha sido de esperar que los recuentos de votos estén certificados, se complete el recuento y que ya hayan concluido las elecciones antes de implicarse.

Biden, en tanto, sigue adelante con los preparativos de su futuro Gobierno, y ayer nombró a un comité de científicos que encabezará la lucha contra el coronavirus.

Pero el organismo federal que debe dar la luz verde al inicio de la transición se abstuvo hasta ahora de dar ese paso.

Mientras la Administración de Servicios Generales (GSA en inglés), cuya jefa fue designada por Trump, no notifique que Biden es el presidente electo, no pueden entregarse las oficinas y los fondos para el proceso.

Un vocero de la GSA dijo anoche que aún no había habido una "comprobación" fehaciente del ganador e insinuó que no pondría en marcha la transición hasta que Trump acepte su derrota o hasta la reunión del Colegio Electoral del mes que viene.

Trump permanecía hoy en la Casa Blanca y continuaba sin mostrarse en público, en medio de conversaciones en curso sobre cómo pasará los próximos días y semanas mientras disputa el veredicto de las urnas.

Varios allegados al presidente no identificados citados por CNN y otros grandes medios del país afirmaron que el presidente no prevé aceptar formalmente la victoria de Biden, algo que es una costumbre, no una ley que deba cumplir, pero que probablemente dejará vacante la Casa Blanca, aunque a regañadientes, al cumplir su mandato.


NOTICIAS RELACIONADAS