Coletazos de la Covid: el Síndrome del Ano Inquieto sorprende a los médicos de Japón

Las autoridades médicas niponas, en estado de alerta luego de haber detectado el Síndrome del Ano Inquieto, un efecto inesperado y preocupante del coronavirus en un hombre de 77 años.

30 SEP 2021 - 16:30 | Actualizado

En Japón, apareció un nuevo efectivo negativo en un hombre de 77 años que había superado la enfermedad de la pandemia hacía poco tiempo. Se trata del Síndrome del Ano Inquieto, una patología casi desconocida que empezó a alarmar en Asia por estas horas, aunque podría expandirse hacia otros continentes también.

Los expertos desconocen las causas que lo originan o cómo tratarlo debidamente, por lo que llevarán el tema con cuidado para intentar encontrarle lo más rápido posible alguna solución, aunque sea parcial. Se trata del primer caso de este problema de salud, por lo cual, los especialistas sanitarios no dudan en calificarlo como "una primicia" internacional.

Todo comenzó cuando un hombre de 77 años fue admitido en el Hospital de la Universidad Médica de Tokio después de haber dado positivo de coronavirus y, a pesar de su elevada edad, no requirió oxígeno durante su estadía y logró respirar con normalidad 21 días después de su ingreso al ya mencionado lugar.

Sin embargo, varias semanas luego de su alta médica, surgió un problema sorpresivo de otro tipo:empezó a sufrir un "malestar anal profundo" a diez centímetros del perineo, la región ubicada entre los genitales y el ano, por lo que informaron que tuvo una "necesidad esencial de moverse".

"La defecación no hizo nada para aliviar su incomodidad", declaró el Doctor Itaru Nakamura para BMC Infectious Diseases. Sin embargo, el paciente notó que el ejercicio (caminar, correr o jugar videojuegos) basado en el movimiento aliviaba sus síntomas. Por el contrario, otro tipo de actividades como descansar y quedarse quieto los empeoraba. Otro dato trascendente es que los inconvenientes empeoran a la noche.

Nakamura le practicó una colonoscopia al anciano insertándole así una cámara delgada y flexible en el ano, y estudio reveló que el hombre tenía hemorroides internas, pero ningún otro daño rectal. Las pruebas del sistema nervioso tampoco revelaron anomalías, por lo que se dedujo que allí no existían indicios de que la hicieran detectable, más que los quejidos del protagonista. Incluso, los especialistas reconocieron "no entender" cómo el COVID-19 afectó el sistema nervioso de los pacientes.

Este problema de salud es casi desconocido y por eso apenas se menciona en la literatura médica, aunque los médicos que trataron este caso en Japón lo definieron como "una variante del síndrome de piernas inquietas", también conocido como la enfermedad de Willis-Ekbom. Se trata de una enfermedad común que afecta al sistema nervioso en alrededor de una de cada diez personas, y que genera un impulso abrumador de mover las piernas junto con una sensación desagradable de gatear o de arrastrarse.

La sensación de incomodidad también puede involucrar a los brazos, al pecho y a la cara. Si bien no se sabe demasiado al respecto, se estima que podría ser hereditario. Incluso, en ciertas situaciones, puede originarse como consecuencia de otra afección médica previa. El tratamiento puede variar a partir de ciertos cambios en el estilo de vida, como por ejemplo aumentar el ejercicio o la medicación según sea la causa del problema.

Fuente: El Destape.

30 SEP 2021 - 16:30

En Japón, apareció un nuevo efectivo negativo en un hombre de 77 años que había superado la enfermedad de la pandemia hacía poco tiempo. Se trata del Síndrome del Ano Inquieto, una patología casi desconocida que empezó a alarmar en Asia por estas horas, aunque podría expandirse hacia otros continentes también.

Los expertos desconocen las causas que lo originan o cómo tratarlo debidamente, por lo que llevarán el tema con cuidado para intentar encontrarle lo más rápido posible alguna solución, aunque sea parcial. Se trata del primer caso de este problema de salud, por lo cual, los especialistas sanitarios no dudan en calificarlo como "una primicia" internacional.

Todo comenzó cuando un hombre de 77 años fue admitido en el Hospital de la Universidad Médica de Tokio después de haber dado positivo de coronavirus y, a pesar de su elevada edad, no requirió oxígeno durante su estadía y logró respirar con normalidad 21 días después de su ingreso al ya mencionado lugar.

Sin embargo, varias semanas luego de su alta médica, surgió un problema sorpresivo de otro tipo:empezó a sufrir un "malestar anal profundo" a diez centímetros del perineo, la región ubicada entre los genitales y el ano, por lo que informaron que tuvo una "necesidad esencial de moverse".

"La defecación no hizo nada para aliviar su incomodidad", declaró el Doctor Itaru Nakamura para BMC Infectious Diseases. Sin embargo, el paciente notó que el ejercicio (caminar, correr o jugar videojuegos) basado en el movimiento aliviaba sus síntomas. Por el contrario, otro tipo de actividades como descansar y quedarse quieto los empeoraba. Otro dato trascendente es que los inconvenientes empeoran a la noche.

Nakamura le practicó una colonoscopia al anciano insertándole así una cámara delgada y flexible en el ano, y estudio reveló que el hombre tenía hemorroides internas, pero ningún otro daño rectal. Las pruebas del sistema nervioso tampoco revelaron anomalías, por lo que se dedujo que allí no existían indicios de que la hicieran detectable, más que los quejidos del protagonista. Incluso, los especialistas reconocieron "no entender" cómo el COVID-19 afectó el sistema nervioso de los pacientes.

Este problema de salud es casi desconocido y por eso apenas se menciona en la literatura médica, aunque los médicos que trataron este caso en Japón lo definieron como "una variante del síndrome de piernas inquietas", también conocido como la enfermedad de Willis-Ekbom. Se trata de una enfermedad común que afecta al sistema nervioso en alrededor de una de cada diez personas, y que genera un impulso abrumador de mover las piernas junto con una sensación desagradable de gatear o de arrastrarse.

La sensación de incomodidad también puede involucrar a los brazos, al pecho y a la cara. Si bien no se sabe demasiado al respecto, se estima que podría ser hereditario. Incluso, en ciertas situaciones, puede originarse como consecuencia de otra afección médica previa. El tratamiento puede variar a partir de ciertos cambios en el estilo de vida, como por ejemplo aumentar el ejercicio o la medicación según sea la causa del problema.

Fuente: El Destape.


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