La clave del día / Una sociedad desconfiada rodeada de estafadores

04 FEB 2022 - 21:01 | Actualizado

El delito de estafa que se establece en la ley penal deja claro que es una acción defraudatoria en pos de producir un perjuicio patrimonial a un tercero mediante un engaño. Pero no es cualquier engaño el que observamos semana a semana. El engaño debe necesariamente hacer entrar en un error a la víctima.

En la edición policial de hoy conocemos el caso de un preso que se hizo de un equipo de música tras embaucar a un vendedor de Market place de Facebook en Puerto Madryn.

Desde que las estafas comenzaron a ser moneda corriente, más en tiempos de pandemia donde el flagelo aumentó, puede sentirse la atmósfera de desconfianza general en la sociedad. Tal vez como un antídoto ante tanto ardid estafador dando vuelta. Algo injusto para las personas de bien que pretenden ejercer los intercambios voluntarios basados en un marco de respeto recíproco entre las partes. Pero es el mundo en el que vivimos, donde solemos convivir con la estafa a la orden del día.

Persuadir y convencer es quizá la meta esperada por quienes se desvelan pensando en obtener beneficios merced al engaño.

Nunca está de más tener presente que la mejor forma de combatir a los estafadores es estar informado y preparado para actuar ante la mínima sospecha de engaño. Recurrir a páginas confiables con puntuación a los vendedores, no confiar en cuentas de Facebook u otras redes de personas desconocidas, desconfiar incluso si la persona del perfil es conocida, no transferir dinero sin tener certezas de la efectividad de la compra, son reglas básicas para no ser una víctima. Aunque nos duela, hoy nos toca vivir en una sociedad desconfiada, incluso hasta con los honestos.

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04 FEB 2022 - 21:01

El delito de estafa que se establece en la ley penal deja claro que es una acción defraudatoria en pos de producir un perjuicio patrimonial a un tercero mediante un engaño. Pero no es cualquier engaño el que observamos semana a semana. El engaño debe necesariamente hacer entrar en un error a la víctima.

En la edición policial de hoy conocemos el caso de un preso que se hizo de un equipo de música tras embaucar a un vendedor de Market place de Facebook en Puerto Madryn.

Desde que las estafas comenzaron a ser moneda corriente, más en tiempos de pandemia donde el flagelo aumentó, puede sentirse la atmósfera de desconfianza general en la sociedad. Tal vez como un antídoto ante tanto ardid estafador dando vuelta. Algo injusto para las personas de bien que pretenden ejercer los intercambios voluntarios basados en un marco de respeto recíproco entre las partes. Pero es el mundo en el que vivimos, donde solemos convivir con la estafa a la orden del día.

Persuadir y convencer es quizá la meta esperada por quienes se desvelan pensando en obtener beneficios merced al engaño.

Nunca está de más tener presente que la mejor forma de combatir a los estafadores es estar informado y preparado para actuar ante la mínima sospecha de engaño. Recurrir a páginas confiables con puntuación a los vendedores, no confiar en cuentas de Facebook u otras redes de personas desconocidas, desconfiar incluso si la persona del perfil es conocida, no transferir dinero sin tener certezas de la efectividad de la compra, son reglas básicas para no ser una víctima. Aunque nos duela, hoy nos toca vivir en una sociedad desconfiada, incluso hasta con los honestos.


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