En su discurso reivindicó una lucha que empezó pero que décadas después no termina, y ella misma se usó de ejemplo al repasar su trayectoria personal y profesional. De estudiante a enfermera y de allí, académica. Blanco llegó a la Rectoría como pudo haber llegado cualquier otra con sus convicciones.
Además prometió hacer carne las normas que se escriben pero que en esa casa de altos estudios aún no se cumplen del todo, como el Cupo Trans. Y resaltó el valor de la gratuidad de los estudios universitarios ante los intentos de establecer un arancel prohibitivo para los sectores populares.
Cabe ahora aguardar que su gestión sea aire fresco para una institución muchas veces atrapada en las capas geológicas de las tradiciones. Llega el difícil momento de pasar de la palabra a los hechos y hay una inmensa comunidad educativa mirando sus pasos en toda la provincia.
Por eso, luego de un día repleto de distinciones, discursos, marchas y actos protocolares, el de Lidia Blanco es el ejemplo ideal de una mujer que se hizo desde abajo y superó los estereotipos para coronar una carrera. No reniega de ningún obstáculo en su avance y lo suyo es pura experiencia para poder aprovechar. Ojalá el trabajo que le toca ahora sea todo lo que se espera de ella. Menudo peso.
En su discurso reivindicó una lucha que empezó pero que décadas después no termina, y ella misma se usó de ejemplo al repasar su trayectoria personal y profesional. De estudiante a enfermera y de allí, académica. Blanco llegó a la Rectoría como pudo haber llegado cualquier otra con sus convicciones.
Además prometió hacer carne las normas que se escriben pero que en esa casa de altos estudios aún no se cumplen del todo, como el Cupo Trans. Y resaltó el valor de la gratuidad de los estudios universitarios ante los intentos de establecer un arancel prohibitivo para los sectores populares.
Cabe ahora aguardar que su gestión sea aire fresco para una institución muchas veces atrapada en las capas geológicas de las tradiciones. Llega el difícil momento de pasar de la palabra a los hechos y hay una inmensa comunidad educativa mirando sus pasos en toda la provincia.
Por eso, luego de un día repleto de distinciones, discursos, marchas y actos protocolares, el de Lidia Blanco es el ejemplo ideal de una mujer que se hizo desde abajo y superó los estereotipos para coronar una carrera. No reniega de ningún obstáculo en su avance y lo suyo es pura experiencia para poder aprovechar. Ojalá el trabajo que le toca ahora sea todo lo que se espera de ella. Menudo peso.