Los años de Emilser Pereira en el exilio

Jornada concluye hoy con las cuatro entregas periodísticas para recordar a Emilser Pereira, el reportero gráfico de este diario que cubrió los brutales asesinatos de 16 presos políticos en 1972. Su vida en Venezuela tras ser obligado a irse del país. Y el homenaje que se le realizará hoy en la redacción.

Una placa en su memoria. A partir de hoy, la Sala de Fotografía del diario Jornada llevará el nombre de Emilser Pereira, en su honor.
19 AGO 2022 - 20:00 | Actualizado 19 AGO 2022 - 21:59

Por Juan Arcuri / Especial para Jornada

Al llegar al Aeropuerto Maiquetia de Caracas, a Emilser Pereira y Miri Ludueña los esperaban Wendy Domínguez y Omar Torroija, quienes habían logrado salir antes de la Argentina. Los abrazos del reencuentro parecían interminables. Compartieron un primer tiempo juntos, lo que permitió a los hijos de los exiliados más cercanos descubrir en Emilser un “tío” cariñoso, siempre dispuesto a los juegos y al paseo como lo recuerdan siempre Ana Sol y Jojo.

Todos ellos participaron con otros compatriotas de la creación de un organismo de solidaridad y lucha contra la dictadura cívico militar: el Comité Venezolano de Solidaridad con el Pueblo Argentino. Excepcional espacio multipartidario de fluida relación con el gobierno socialdemócrata.

Desde allí se denunciaba permanentemente y se daba a conocer al mundo las terribles violaciones a los derechos humanos que se cometían en la Argentina. Se realizaban innumerables actividades culturales, solidarias, muchas de ellas a beneficio de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Emilser comenzó a trabajar por aquellos años en dos oficinas comerciales de argentinos residentes; luego en Editorial ATECA; en la Fundación Ateneo de Caracas; y su último trabajo fue en Editorial Kapelusz.

No podemos saber si no pudo o no quiso retomar allí su pasión por el teatro o la fotografía. Su vital optimismo se fue apagando con el tiempo, nunca pudo adaptarse al exilio y sufrió mucho el desarraigo. Nunca dejó de recibir noticias e información desde Trelew.

A mediados de 1986, le detectaron un cáncer de garganta, del que fue operado con éxito. Pero a finales del año siguiente una metástasis tomó sus pulmones. Estuvo internado en el hospital “Domingo Luciani” de Caracas, donde murió el 23 de febrero de 1988. Fue sepultado en el Cementerio General del Sur en Caracas.

Con la vuelta de la democracia en la Argentina, Emilser no pudo regresar como hubiera querido o como debió haber sido. Como tantos compatriotas expulsados por la dictadura dispersos en el mundo, se adaptó con lo elemental para sobrevivir, pero no se integró. “Pagó el precio del destierro”, cuenta con tristeza Wendy. “Le quitó la fuerza vital…” a aquel muchacho alto, flaco, de cámara en ristre, con gracia en las tablas y militante soñador.

Hoy vuelve a la Redacción, sin la teletipo, sin el revelado urgente, sin las rotativas. Vuelve para quedarse en la memoria por su trabajo, por su solidaridad, por su esperanza en el futuro que soñaban.

Una placa en su memoria

Este sábado a las 11:30, la Redacción de Jornada será escenario de un merecido homenaje a Emilser Pereira: su nombre designará desde ahora a la Sala de Fotografía, de la que fue parte importante en los años 60 y 70, dejando un recuerdo inextinguible.

Desde las 10:30, Cadena Tiempo transmitirá un programa especial desde un estudio montado en plena redacción. Además de una placa en homenaje, la icónica foto quedará colgada para siempre en la redacción. Un pequeño pero merecido homenaje.

Una placa en su memoria. A partir de hoy, la Sala de Fotografía del diario Jornada llevará el nombre de Emilser Pereira, en su honor.
19 AGO 2022 - 20:00

Por Juan Arcuri / Especial para Jornada

Al llegar al Aeropuerto Maiquetia de Caracas, a Emilser Pereira y Miri Ludueña los esperaban Wendy Domínguez y Omar Torroija, quienes habían logrado salir antes de la Argentina. Los abrazos del reencuentro parecían interminables. Compartieron un primer tiempo juntos, lo que permitió a los hijos de los exiliados más cercanos descubrir en Emilser un “tío” cariñoso, siempre dispuesto a los juegos y al paseo como lo recuerdan siempre Ana Sol y Jojo.

Todos ellos participaron con otros compatriotas de la creación de un organismo de solidaridad y lucha contra la dictadura cívico militar: el Comité Venezolano de Solidaridad con el Pueblo Argentino. Excepcional espacio multipartidario de fluida relación con el gobierno socialdemócrata.

Desde allí se denunciaba permanentemente y se daba a conocer al mundo las terribles violaciones a los derechos humanos que se cometían en la Argentina. Se realizaban innumerables actividades culturales, solidarias, muchas de ellas a beneficio de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.

Emilser comenzó a trabajar por aquellos años en dos oficinas comerciales de argentinos residentes; luego en Editorial ATECA; en la Fundación Ateneo de Caracas; y su último trabajo fue en Editorial Kapelusz.

No podemos saber si no pudo o no quiso retomar allí su pasión por el teatro o la fotografía. Su vital optimismo se fue apagando con el tiempo, nunca pudo adaptarse al exilio y sufrió mucho el desarraigo. Nunca dejó de recibir noticias e información desde Trelew.

A mediados de 1986, le detectaron un cáncer de garganta, del que fue operado con éxito. Pero a finales del año siguiente una metástasis tomó sus pulmones. Estuvo internado en el hospital “Domingo Luciani” de Caracas, donde murió el 23 de febrero de 1988. Fue sepultado en el Cementerio General del Sur en Caracas.

Con la vuelta de la democracia en la Argentina, Emilser no pudo regresar como hubiera querido o como debió haber sido. Como tantos compatriotas expulsados por la dictadura dispersos en el mundo, se adaptó con lo elemental para sobrevivir, pero no se integró. “Pagó el precio del destierro”, cuenta con tristeza Wendy. “Le quitó la fuerza vital…” a aquel muchacho alto, flaco, de cámara en ristre, con gracia en las tablas y militante soñador.

Hoy vuelve a la Redacción, sin la teletipo, sin el revelado urgente, sin las rotativas. Vuelve para quedarse en la memoria por su trabajo, por su solidaridad, por su esperanza en el futuro que soñaban.

Una placa en su memoria

Este sábado a las 11:30, la Redacción de Jornada será escenario de un merecido homenaje a Emilser Pereira: su nombre designará desde ahora a la Sala de Fotografía, de la que fue parte importante en los años 60 y 70, dejando un recuerdo inextinguible.

Desde las 10:30, Cadena Tiempo transmitirá un programa especial desde un estudio montado en plena redacción. Además de una placa en homenaje, la icónica foto quedará colgada para siempre en la redacción. Un pequeño pero merecido homenaje.


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