El personal del OIEA debe poder acceder a todas las instalaciones nucleares de Ucrania de manera segura "y sin impedimentos", dijo el grupo de directores de no-proliferación del G7 en un comunicado, mientras el director general del organismo, el argentino Rafael Grossi, confirmaba que se encontraba en camino a la central, la más grande de Europa, anuncio que introdujo cierto clima de tranquilidad en la comunidad internacional.
"Destacamos que cualquier intento de Rusia de desconectar al central de la red eléctrica ucraniana sería inaceptable", advirtió además el grupo compuesto por Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.
Además, el G7 destacó que la central nuclear "no debe ser utilizada para actividades militares o como depósito de material militar", recogió la agencia de noticias AFP.
La central de Zaporiyia, donde se encuentran seis de los 15 reactores nucleares ucranianos, fue tomada en marzo por las fuerzas rusas, poco después del inicio de la invasión el 24 de febrero, y se encuentra cerca de la línea de frente en el sur.
Hoy, en medio de una serie de acusaciones cruzadas sobre la situación en la planta, Moscú aseguró que un dron ucraniano fue abatido cerca de un depósito de combustible y residuos en la central nuclear de Zaporiyia.
"El 28 de agosto, las tropas ucranianas usaron un aparato aéreo no tripulado para lanzar un ataque al territorio de la central nuclear. El dron de combate ucraniano fue derribado con armas ligeras cuando se estaba aproximando al edificio especial número uno, en el que se almacenan el combustible nuclear sólido de fabricación estadounidense y los residuos radiactivos sólidos", comunicó el Ministerio de Defensa de Rusia.
Según Defensa, el aparato cayó en el tejado del depósito sin causar víctimas ni daños significativos.
Kiev y Moscú se acusan mutuamente de bombardear las cercanías del complejo, aledaño a la ciudad de Energodar sobre el río Dnipro, y de poner el sitio en peligro.
Grossi anunció este lunes que estaba en camino a visitar la central de Zaporiyia, que en las últimas semanas ha sufrido bombardeos que atizan el miedo de un accidente grave.
El G7 añadió "sigue profundamente preocupado por la seria amenaza" que el control ruso de las instalaciones nucleares ucranianas implica para la seguridad de las instalaciones.
"El personal de la OIEA debe poder tener un acceso seguro, oportuno y libre a todas las instalaciones nucleares de Ucrania", exigió el bloque de las principales potencias mundiales.
El operador ucraniano Energoatom advirtió el sábado de los riesgos de fugas radioactivas e incendios por los ataques.
La ONU pidió el fin de toda la actividad militar en la zona circundante de la central.
Ucrania inicialmente temía que una visita del OIEA legitimara la ocupación rusa del sitio, pero luego apoyó la idea de la misión.
Incluso el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó al organismo de la ONU enviar el equipo lo antes posible.
Entre jueves y viernes, la central y sus reactores de 1.000 megavatios cada uno fueron "totalmente desconectados" de la red nacional por daños en las líneas eléctricas, indicó Kiev. Posteriormente fueron reconectados y reiniciados.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó que el equipo de inspectores viajara a Zaporiyia vía Ucrania sin tener que pasar por Rusia, informó la presidencia francesa el 20 de agosto después de una conversación telefónica entre el líder ruso y Emmanuel Macron.
El personal del OIEA debe poder acceder a todas las instalaciones nucleares de Ucrania de manera segura "y sin impedimentos", dijo el grupo de directores de no-proliferación del G7 en un comunicado, mientras el director general del organismo, el argentino Rafael Grossi, confirmaba que se encontraba en camino a la central, la más grande de Europa, anuncio que introdujo cierto clima de tranquilidad en la comunidad internacional.
"Destacamos que cualquier intento de Rusia de desconectar al central de la red eléctrica ucraniana sería inaceptable", advirtió además el grupo compuesto por Estados Unidos, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia.
Además, el G7 destacó que la central nuclear "no debe ser utilizada para actividades militares o como depósito de material militar", recogió la agencia de noticias AFP.
La central de Zaporiyia, donde se encuentran seis de los 15 reactores nucleares ucranianos, fue tomada en marzo por las fuerzas rusas, poco después del inicio de la invasión el 24 de febrero, y se encuentra cerca de la línea de frente en el sur.
Hoy, en medio de una serie de acusaciones cruzadas sobre la situación en la planta, Moscú aseguró que un dron ucraniano fue abatido cerca de un depósito de combustible y residuos en la central nuclear de Zaporiyia.
"El 28 de agosto, las tropas ucranianas usaron un aparato aéreo no tripulado para lanzar un ataque al territorio de la central nuclear. El dron de combate ucraniano fue derribado con armas ligeras cuando se estaba aproximando al edificio especial número uno, en el que se almacenan el combustible nuclear sólido de fabricación estadounidense y los residuos radiactivos sólidos", comunicó el Ministerio de Defensa de Rusia.
Según Defensa, el aparato cayó en el tejado del depósito sin causar víctimas ni daños significativos.
Kiev y Moscú se acusan mutuamente de bombardear las cercanías del complejo, aledaño a la ciudad de Energodar sobre el río Dnipro, y de poner el sitio en peligro.
Grossi anunció este lunes que estaba en camino a visitar la central de Zaporiyia, que en las últimas semanas ha sufrido bombardeos que atizan el miedo de un accidente grave.
El G7 añadió "sigue profundamente preocupado por la seria amenaza" que el control ruso de las instalaciones nucleares ucranianas implica para la seguridad de las instalaciones.
"El personal de la OIEA debe poder tener un acceso seguro, oportuno y libre a todas las instalaciones nucleares de Ucrania", exigió el bloque de las principales potencias mundiales.
El operador ucraniano Energoatom advirtió el sábado de los riesgos de fugas radioactivas e incendios por los ataques.
La ONU pidió el fin de toda la actividad militar en la zona circundante de la central.
Ucrania inicialmente temía que una visita del OIEA legitimara la ocupación rusa del sitio, pero luego apoyó la idea de la misión.
Incluso el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, instó al organismo de la ONU enviar el equipo lo antes posible.
Entre jueves y viernes, la central y sus reactores de 1.000 megavatios cada uno fueron "totalmente desconectados" de la red nacional por daños en las líneas eléctricas, indicó Kiev. Posteriormente fueron reconectados y reiniciados.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aceptó que el equipo de inspectores viajara a Zaporiyia vía Ucrania sin tener que pasar por Rusia, informó la presidencia francesa el 20 de agosto después de una conversación telefónica entre el líder ruso y Emmanuel Macron.