La guardiana del faro de Cabo Raso

A 36 años de su muerte, el autor de la nota recuerda a una mujer que fue y sigue siendo un símbolo de valentía y coraje. Comerciante de oficio y operadora del faro por vocación de servicio. El próximo 10 de junio le harán un homenaje en el paraje que ella vio crecer y desaparecer.

Merceditas Finat con don Leandro Miche y su hijo.
05 JUN 2023 - 18:22 | Actualizado 05 JUN 2023 - 22:35

Por Marcelo D. Giusiano / Especial para Jornada

“El guardián del faro” es un texto inspirado libremente en la historia real de la única mujer que en Apulia, Italia, era la guardiana del faro. Allí vivió durante décadas en un lugar inaccesible en completa soledad, pero satisfecha por la convivencia con la naturaleza y con algunas mascotas.

También Cabo Raso tuvo su guardiana del faro en la soledad de la costa patagónica: Merceditas Finat, quien durante décadas vio crecer y desaparecer este puerto que supo ser uno de los pueblos florecientes del litoral Atlántico hacia principios del siglo XX.

Faro de Cabo Raso.

Entre los pioneros que se afincaron en este puerto había llegado desde un paraje cercano, Malaspina, una familia de comerciantes que marcó para siempre aquellos tiempos de un Cabo Raso pujante, hasta su desaparición. Don Simón Finat, su esposa Mercedes Niella y sus hijos Emiliano y Merceditas adquirieron, en el año 1924, el Almacén de Ramos Generales “La Tehuelche”, que había pertenecido previamente al jefe de Correos y Telégrafos, don Juan Antonio Trucco. A partir de allí, el almacén pasó a llamarse “La Castellana”, como homenaje a su origen español.

Merceditas, nacida en el año 1919, llegó al lugar de muy chica y asistió a la escuela para luego colaborar en el negocio de sus padres hasta convertirse en la última propietaria. Pero ella no solo llegó a cumplir ese rol de comerciante, sino también el de llevar el registro del clima para la Armada y cumplir con el rol de estafeta cuando ésta desapareció, expendiendo guías de ganado y sellado para la Dirección de Rentas.

También era “La Castellana” parada obligada del transporte de Abelluto, realizando todas estas actividades voluntariamente y como servicio a la comunidad. Pero quizás la actividad que más le demandó en el tiempo fue la de ser guardiana del faro, dando aviso al servicio de Balizamiento de Puerto Madryn cada vez que observaba que alguna lámpara se quemaba o surgían problemas o simplemente se apagaba el faro; y asistiendo y atendiendo con cordial actitud a los torreros que llegaban a realizar el servicio de mantenimiento y cambio de botellones del mismo.

“…El boliche de Mercedes tenía las cosas más inimaginables, era el centro de los encuentros con los pobladores de la zona. Ya estábamos en los años de apertura a la importación (los 80) y Mercedes que escribía muy bien encargaba cualquier cosa, ella conseguía una dirección en algún paquete y ya mandaba nota de pedido con giro postal y le enviaban las cosas por correo. En el boliche comprabas ropa, salame, gaseosas calientes, grapa, una ensaladera china, una linterna, una radio, fideos, duraznos en almíbar, en algún momento despachaba nafta desde unos tambores de 400 litros con una bomba manual. Los puse adrede desordenados pues en el boliche de Mercedes reinaba el más absoluto caos, pero tal era la magia que reinaba en el lugar que podías abstraerte y gozar del ambiente que provocaba Mercedes con su mundo”. Con ese cariño la recordaba y lo escribía en unas líneas a las que denominó “Ensayo sobre lo que significó Cabo Raso”, Chino Miche, vecino de aquel entonces.

Merceditas Finat con don Leandro Miche y su hijo.

Otro vecino de tiempos más lejanos, don Emyr Hughes, también escribía sobre ella: “El pueblo carecía de información meteorológica, tan útil para la navegación, pese que sus faros marcaban los puntos más peligrosos y el paso de los barcos y lanchas pesqueras se había intensificado. Por iniciativa de la Subprefectura Naval Argentina y Balizamiento del Servicio de Hidrografía Naval de Puerto Madryn se dispone poner a una persona de este pueblo para atender una estación meteorológica y preservar el buen funcionamiento de sus faros. ¿Quién podía ser? Ni pensar, Mercedes Finat, persona ideal que poseía un pequeño almacén, ‘La Castellana’, huérfana de padres y familiares, mujer ejemplar por su honestidad y humildad. Aceptó este cargo sin protocolos ni fanfarrias, creo que fue verbal el compromiso contraído, y a cumplirlo. Lo hizo durante años. Esta información era a través del Correo de Cabo Raso. Tres veces enviaba por día a Puerto Madryn y de su casa al Correo había 1.000 metros. Ninguna inclemencia del tiempo pudo superarla: viento, lluvia, fríos, fue puntual para despachar los partes, era nuestro reloj en aquella zona. Su paso al Correo era a las 8 horas, a las 12 horas y a las 20 horas. Jamás conocí un jefe que la controlara; también colaboró con muchos capitanes de barcos y patrones de lanchas para saber las condiciones del tiempo antes de zarpar. Así era Mercedes. También recibió de sus superiores varios pergaminos de felicitación que le enviaban de Puerto Madryn y que la reconocían como ejemplar empleada, estos los lucía con orgullo”.

Mercedes Finat atendiendo a Elvio Kent (Febrero de 1970).

Merceditas vive hoy en el recuerdo de aquellos que la conocieron y apreciaron. Como bien escribía en una Carta de Lectores Inés Mercedes Muller, a pocas horas de su fallecimiento, “Mercedes Finat fue el alma de Cabo Raso… por mujer chubutense, por valiente, por aferrada a su terruño, por la voluntad de vivir en la mayor simplicidad, la tenemos así en el recuerdo. Supo que la muerte estaba muy cerca. No quiso compasión ni ayuda; el sábado murió en paz en su humilde casa. Todo terminó…”.

Así se fue, así se apagó la luz de la guardiana del faro, la última moradora de Cabo Raso, un 6 de junio de 1987. Sus restos descansan en el cementerio de su amado lugar.

Hoy, gracias a una iniciativa del entonces jefe de Balizamiento, capitán de Corbeta Pascual Quevedo y su personal, se identifica su tumba por una cruz de algarrobo que resalta, entre el mar y la estepa con una leyenda que reza: “A MERCEDES FINAT – LOS TORREROS DE LA ARMADA ARGENTINA – 06-06-87”. Y otra placa la homenajea diciendo: “A la Defensora de Cabo Raso – Estancia La Berna y Estancia Los Cipreses”.

Cementerio de Cabo Raso.

Oficina Central de Hidrografía

También un 6 de junio pero del año 1879 por Decreto Nº 11.289 del presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, nació la Oficina Central de Hidrografía, la que con el tiempo se transformó en el Servicio de Hidrografía Naval. Este nuevo organismo estaba llamado a cumplir con el establecimiento de un sistema de faros y balizas, recopilación de cartas y derroteros nacionales y extranjeros que tenían por finalidad brindar seguridad náutica. Paralelamente se le encargó a la Armada el estudio y relevamiento de las costas.

Fue el Servicio de Hidrografía el que tuvo a su cargo el balizamiento de Cabo Raso, la primitiva baliza ciega cantera posterior construida como señal ciega en el año 1916 y convertida en luminosa en octubre de 1947, fecha en que también se construyó y libró al servicio la baliza luminosa cantera anterior. La baliza más antigua es la que está ubicada detrás del pueblo en la loma hacia la estancia El Changuito. La otra se ubica en la playa al ingreso de Cabo Raso llegando desde Trelew.

Baliza luminosa cantera anterior (1947).

Con fecha 29 de abril de 1925 el Servicio Hidrográfico le remitió por nota al jefe del Estado Mayor General un pedido de aprobación del proyecto para la instalación de una farola en Cabo Raso.

Fundamentaron dicha solicitud en la necesidad de prestar servicios asegurando la navegación, y en la misma misiva adjuntaron un proyecto para su análisis. Un día después se aprobó y se giraron las actuaciones al Buque Balizador “Alférez Mackinlay” ordenando la instalación de la farola de referencia. Concluidos los trabajos se habilitó en ese mismo mes de junio del año 1925 el Faro de Cabo Raso, ubicado geográficamente a 44°21' Lat. S - 65°14' Long. W, en Caleta Rasa, al sur de Bahía Vera.

El próximo sábado 10 de junio, Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas y Sector Antártico, y a partir de las 11 de la mañana, se autoconvoca en el Cementerio de Cabo Raso la Asociación Civil “Amigos de Cabo Raso”, esta vez para llevar adelante una doble conmemoración: el 36º Aniversario del fallecimiento de la recordada Mercedes Finat y los 144 años del nacimiento del Servicio de Hidrografía Naval, el que aún continúa con sus tareas. Con el firme propósito de impedir que los pioneros e instituciones que contribuyeron a poblar y desarrollar este territorio caigan en el olvido y la convicción de poner en valor el patrimonio histórico que representa Cabo Raso y su pasado, es que esta Asociación Civil realiza en esta oportunidad este doble reconocimiento para mantener viva la memoria.

Una mujer y una Institución que representaron un hito de argentinidad en la lejana y desolada costa chubutense.

¡A ellos y a nuestros nuestro reconocimiento!

Merceditas Finat con don Leandro Miche y su hijo.
05 JUN 2023 - 18:22

Por Marcelo D. Giusiano / Especial para Jornada

“El guardián del faro” es un texto inspirado libremente en la historia real de la única mujer que en Apulia, Italia, era la guardiana del faro. Allí vivió durante décadas en un lugar inaccesible en completa soledad, pero satisfecha por la convivencia con la naturaleza y con algunas mascotas.

También Cabo Raso tuvo su guardiana del faro en la soledad de la costa patagónica: Merceditas Finat, quien durante décadas vio crecer y desaparecer este puerto que supo ser uno de los pueblos florecientes del litoral Atlántico hacia principios del siglo XX.

Faro de Cabo Raso.

Entre los pioneros que se afincaron en este puerto había llegado desde un paraje cercano, Malaspina, una familia de comerciantes que marcó para siempre aquellos tiempos de un Cabo Raso pujante, hasta su desaparición. Don Simón Finat, su esposa Mercedes Niella y sus hijos Emiliano y Merceditas adquirieron, en el año 1924, el Almacén de Ramos Generales “La Tehuelche”, que había pertenecido previamente al jefe de Correos y Telégrafos, don Juan Antonio Trucco. A partir de allí, el almacén pasó a llamarse “La Castellana”, como homenaje a su origen español.

Merceditas, nacida en el año 1919, llegó al lugar de muy chica y asistió a la escuela para luego colaborar en el negocio de sus padres hasta convertirse en la última propietaria. Pero ella no solo llegó a cumplir ese rol de comerciante, sino también el de llevar el registro del clima para la Armada y cumplir con el rol de estafeta cuando ésta desapareció, expendiendo guías de ganado y sellado para la Dirección de Rentas.

También era “La Castellana” parada obligada del transporte de Abelluto, realizando todas estas actividades voluntariamente y como servicio a la comunidad. Pero quizás la actividad que más le demandó en el tiempo fue la de ser guardiana del faro, dando aviso al servicio de Balizamiento de Puerto Madryn cada vez que observaba que alguna lámpara se quemaba o surgían problemas o simplemente se apagaba el faro; y asistiendo y atendiendo con cordial actitud a los torreros que llegaban a realizar el servicio de mantenimiento y cambio de botellones del mismo.

“…El boliche de Mercedes tenía las cosas más inimaginables, era el centro de los encuentros con los pobladores de la zona. Ya estábamos en los años de apertura a la importación (los 80) y Mercedes que escribía muy bien encargaba cualquier cosa, ella conseguía una dirección en algún paquete y ya mandaba nota de pedido con giro postal y le enviaban las cosas por correo. En el boliche comprabas ropa, salame, gaseosas calientes, grapa, una ensaladera china, una linterna, una radio, fideos, duraznos en almíbar, en algún momento despachaba nafta desde unos tambores de 400 litros con una bomba manual. Los puse adrede desordenados pues en el boliche de Mercedes reinaba el más absoluto caos, pero tal era la magia que reinaba en el lugar que podías abstraerte y gozar del ambiente que provocaba Mercedes con su mundo”. Con ese cariño la recordaba y lo escribía en unas líneas a las que denominó “Ensayo sobre lo que significó Cabo Raso”, Chino Miche, vecino de aquel entonces.

Merceditas Finat con don Leandro Miche y su hijo.

Otro vecino de tiempos más lejanos, don Emyr Hughes, también escribía sobre ella: “El pueblo carecía de información meteorológica, tan útil para la navegación, pese que sus faros marcaban los puntos más peligrosos y el paso de los barcos y lanchas pesqueras se había intensificado. Por iniciativa de la Subprefectura Naval Argentina y Balizamiento del Servicio de Hidrografía Naval de Puerto Madryn se dispone poner a una persona de este pueblo para atender una estación meteorológica y preservar el buen funcionamiento de sus faros. ¿Quién podía ser? Ni pensar, Mercedes Finat, persona ideal que poseía un pequeño almacén, ‘La Castellana’, huérfana de padres y familiares, mujer ejemplar por su honestidad y humildad. Aceptó este cargo sin protocolos ni fanfarrias, creo que fue verbal el compromiso contraído, y a cumplirlo. Lo hizo durante años. Esta información era a través del Correo de Cabo Raso. Tres veces enviaba por día a Puerto Madryn y de su casa al Correo había 1.000 metros. Ninguna inclemencia del tiempo pudo superarla: viento, lluvia, fríos, fue puntual para despachar los partes, era nuestro reloj en aquella zona. Su paso al Correo era a las 8 horas, a las 12 horas y a las 20 horas. Jamás conocí un jefe que la controlara; también colaboró con muchos capitanes de barcos y patrones de lanchas para saber las condiciones del tiempo antes de zarpar. Así era Mercedes. También recibió de sus superiores varios pergaminos de felicitación que le enviaban de Puerto Madryn y que la reconocían como ejemplar empleada, estos los lucía con orgullo”.

Mercedes Finat atendiendo a Elvio Kent (Febrero de 1970).

Merceditas vive hoy en el recuerdo de aquellos que la conocieron y apreciaron. Como bien escribía en una Carta de Lectores Inés Mercedes Muller, a pocas horas de su fallecimiento, “Mercedes Finat fue el alma de Cabo Raso… por mujer chubutense, por valiente, por aferrada a su terruño, por la voluntad de vivir en la mayor simplicidad, la tenemos así en el recuerdo. Supo que la muerte estaba muy cerca. No quiso compasión ni ayuda; el sábado murió en paz en su humilde casa. Todo terminó…”.

Así se fue, así se apagó la luz de la guardiana del faro, la última moradora de Cabo Raso, un 6 de junio de 1987. Sus restos descansan en el cementerio de su amado lugar.

Hoy, gracias a una iniciativa del entonces jefe de Balizamiento, capitán de Corbeta Pascual Quevedo y su personal, se identifica su tumba por una cruz de algarrobo que resalta, entre el mar y la estepa con una leyenda que reza: “A MERCEDES FINAT – LOS TORREROS DE LA ARMADA ARGENTINA – 06-06-87”. Y otra placa la homenajea diciendo: “A la Defensora de Cabo Raso – Estancia La Berna y Estancia Los Cipreses”.

Cementerio de Cabo Raso.

Oficina Central de Hidrografía

También un 6 de junio pero del año 1879 por Decreto Nº 11.289 del presidente de la Nación, Nicolás Avellaneda, nació la Oficina Central de Hidrografía, la que con el tiempo se transformó en el Servicio de Hidrografía Naval. Este nuevo organismo estaba llamado a cumplir con el establecimiento de un sistema de faros y balizas, recopilación de cartas y derroteros nacionales y extranjeros que tenían por finalidad brindar seguridad náutica. Paralelamente se le encargó a la Armada el estudio y relevamiento de las costas.

Fue el Servicio de Hidrografía el que tuvo a su cargo el balizamiento de Cabo Raso, la primitiva baliza ciega cantera posterior construida como señal ciega en el año 1916 y convertida en luminosa en octubre de 1947, fecha en que también se construyó y libró al servicio la baliza luminosa cantera anterior. La baliza más antigua es la que está ubicada detrás del pueblo en la loma hacia la estancia El Changuito. La otra se ubica en la playa al ingreso de Cabo Raso llegando desde Trelew.

Baliza luminosa cantera anterior (1947).

Con fecha 29 de abril de 1925 el Servicio Hidrográfico le remitió por nota al jefe del Estado Mayor General un pedido de aprobación del proyecto para la instalación de una farola en Cabo Raso.

Fundamentaron dicha solicitud en la necesidad de prestar servicios asegurando la navegación, y en la misma misiva adjuntaron un proyecto para su análisis. Un día después se aprobó y se giraron las actuaciones al Buque Balizador “Alférez Mackinlay” ordenando la instalación de la farola de referencia. Concluidos los trabajos se habilitó en ese mismo mes de junio del año 1925 el Faro de Cabo Raso, ubicado geográficamente a 44°21' Lat. S - 65°14' Long. W, en Caleta Rasa, al sur de Bahía Vera.

El próximo sábado 10 de junio, Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, Islas y Sector Antártico, y a partir de las 11 de la mañana, se autoconvoca en el Cementerio de Cabo Raso la Asociación Civil “Amigos de Cabo Raso”, esta vez para llevar adelante una doble conmemoración: el 36º Aniversario del fallecimiento de la recordada Mercedes Finat y los 144 años del nacimiento del Servicio de Hidrografía Naval, el que aún continúa con sus tareas. Con el firme propósito de impedir que los pioneros e instituciones que contribuyeron a poblar y desarrollar este territorio caigan en el olvido y la convicción de poner en valor el patrimonio histórico que representa Cabo Raso y su pasado, es que esta Asociación Civil realiza en esta oportunidad este doble reconocimiento para mantener viva la memoria.

Una mujer y una Institución que representaron un hito de argentinidad en la lejana y desolada costa chubutense.

¡A ellos y a nuestros nuestro reconocimiento!


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