"Como sudafricanos percibimos, vemos, escuchamos y sentimos en lo más profundo las políticas y prácticas discriminatorias inhumanas del régimen israelí como una forma aún más extrema del apartheid institucionalizado contra las personas negras de mi país", declaró Vusi Madonsela, embajador de Sudáfrica ante Países Bajos, donde tiene sede la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
La CIJ celebra esta semana una serie de audiencias sobre las consecuencias legales de la ocupación israelí de los territorios palestinos desde 1967, después de que la Asamblea General de la ONU solicitara a la corte en diciembre de 2022 su "opinión consultiva".
Se espera que un récord de 52 países, incluyendo Estados Unidos, Rusia y China, testifiquen en este proceso en La Haya, donde está el Palacio de la Paz, sede del tribunal de la ONU.
"El apartheid de Israel debe terminar", insistió Madonsela, al señalar que Sudáfrica tiene una "obligación especial" de denunciar el apartheid donde quiera que ocurra y velar para que se le "ponga fin de inmediato".
Las audiencias que comenzaron ayer corresponden a un caso independiente del recurso de emergencia presentado por Sudáfrica, que argumenta que Israel violó la Convención para la Prevención de Genocidios durante la ofensiva en Gaza.
La CIJ aún no se ha pronunciado sobre este punto, aunque el 26 de enero pidió a Israel evitar cualquier eventual acto de genocidio, sin llamar a un alto el fuego.
Las audiencias transcurren en un contexto de creciente presión internacional sobre Israel por la ofensiva en Gaza, por la que murieron ya casi 30.000 palestinos, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, de acuerdo con informes del Ministerio de Salud de Hamas, que gobierna la Franja de Gaza desde 2007.
Los milicianos islamistas de Hamas se habían infiltrado en el sur de Israel y mataron a casi 1.200 personas, según datos de autoridades israelíes, en represalia por los 67 años de ocupación israelí en territorios palestinos.
En junio de 1967, durante la llamada Guerra de los Seis Días, Israel le arrebató Jordania, Cisjordania y Jerusalén Este, los Altos del Golán a Siria, y la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto.
Israel comenzó entonces a ocupar los 70.000 kilómetros cuadrados de territorios árabes arrebatados, ocupación declarada ilegal por las Naciones Unidas.
"Como sudafricanos percibimos, vemos, escuchamos y sentimos en lo más profundo las políticas y prácticas discriminatorias inhumanas del régimen israelí como una forma aún más extrema del apartheid institucionalizado contra las personas negras de mi país", declaró Vusi Madonsela, embajador de Sudáfrica ante Países Bajos, donde tiene sede la Corte Internacional de Justicia (CIJ).
La CIJ celebra esta semana una serie de audiencias sobre las consecuencias legales de la ocupación israelí de los territorios palestinos desde 1967, después de que la Asamblea General de la ONU solicitara a la corte en diciembre de 2022 su "opinión consultiva".
Se espera que un récord de 52 países, incluyendo Estados Unidos, Rusia y China, testifiquen en este proceso en La Haya, donde está el Palacio de la Paz, sede del tribunal de la ONU.
"El apartheid de Israel debe terminar", insistió Madonsela, al señalar que Sudáfrica tiene una "obligación especial" de denunciar el apartheid donde quiera que ocurra y velar para que se le "ponga fin de inmediato".
Las audiencias que comenzaron ayer corresponden a un caso independiente del recurso de emergencia presentado por Sudáfrica, que argumenta que Israel violó la Convención para la Prevención de Genocidios durante la ofensiva en Gaza.
La CIJ aún no se ha pronunciado sobre este punto, aunque el 26 de enero pidió a Israel evitar cualquier eventual acto de genocidio, sin llamar a un alto el fuego.
Las audiencias transcurren en un contexto de creciente presión internacional sobre Israel por la ofensiva en Gaza, por la que murieron ya casi 30.000 palestinos, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, de acuerdo con informes del Ministerio de Salud de Hamas, que gobierna la Franja de Gaza desde 2007.
Los milicianos islamistas de Hamas se habían infiltrado en el sur de Israel y mataron a casi 1.200 personas, según datos de autoridades israelíes, en represalia por los 67 años de ocupación israelí en territorios palestinos.
En junio de 1967, durante la llamada Guerra de los Seis Días, Israel le arrebató Jordania, Cisjordania y Jerusalén Este, los Altos del Golán a Siria, y la Franja de Gaza y la península del Sinaí a Egipto.
Israel comenzó entonces a ocupar los 70.000 kilómetros cuadrados de territorios árabes arrebatados, ocupación declarada ilegal por las Naciones Unidas.