Abrazo simbólico de los vecinos al Correo en Trevelin
Trabajadores y vecinos dieron un abrazo simbólico a la sucursal como gesto solidario con el despido del jefe de la dependencia, José Hughes. Estuvo Javier Villoldo, que fue desvinculado en la oficina de Corcovado.
Trabajadores y vecinos dieron un abrazo simbólico a la sucursal del Correo Argentino en Trevelin, como un gesto solidario con el despido del jefe de esa dependencia nacional, José Hughes, con presencia también de Javier Villoldo, que también fue desvinculado pero en la oficina de Corcovado.
Se acercaron a acompañar representantes de varios sectores, entre ellos la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el exdiputado Carlos Mantegna; concejales; el funcionario municipal Belarmino Álvarez y familiares de los empleados despedidos.
Todos los mensajes fueron coincidentes en que es injusta la medida del gobierno nacional, cuando se trata de dos empleados intachables, uno con casi 40 años de servicio, caso de Hughes, y 30 años en la tarea por parte de Villoldo.
Ambos manifestaron la indignación por la manera en que procedieron las autoridades. “Nos pusieron un poco de plata en una bolsa, y nos echaron como perros”, lamentaron. José Hughes resaltó que le dedicó todo el tiempo a su trabajo, y no faltó nunca a prestar el servicio a la comunidad, por lo que afirmó que “esto no tiene sentido”, y pidió por su reincorporación.
Javier Villoldo sostuvo que el correo en Corcovado es fundamental para los pobladores, y hay mucha angustia en la localidad. Además, reiteró que con su trabajo solventa los estudios de su hija en Esquel. “En el Correo o fuera del Correo, nos vamos a recuperar de ésta”, apostó muy apesadumbrado. Agradecieron el acompañamiento en el reclamo, y exigieron la devolución de su trabajo.
La presencia de familiares de los despedidos del Correo Argentinose notó con la misma tristeza. Giselle, hija de José Hughes, comentó que también es empleada de la sucursal de Trevelin, y expresó su sentimiento porque ya no tendrá a su papá como compañero de trabajo. Llorando recordó cuando el viernes pasado estaban finalizando la tarea, y se anoticiaron del despido.
Hubo un largo aplauso de apoyo a estos trabajadores, y coordinaron realizar una actividad similar en los próximos días, y hasta se mocionó organizarse para trasladarse a Corcovado, para dar un abrazo simbólico a la oficina del correo.
Trabajadores y vecinos dieron un abrazo simbólico a la sucursal del Correo Argentino en Trevelin, como un gesto solidario con el despido del jefe de esa dependencia nacional, José Hughes, con presencia también de Javier Villoldo, que también fue desvinculado pero en la oficina de Corcovado.
Se acercaron a acompañar representantes de varios sectores, entre ellos la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, el exdiputado Carlos Mantegna; concejales; el funcionario municipal Belarmino Álvarez y familiares de los empleados despedidos.
Todos los mensajes fueron coincidentes en que es injusta la medida del gobierno nacional, cuando se trata de dos empleados intachables, uno con casi 40 años de servicio, caso de Hughes, y 30 años en la tarea por parte de Villoldo.
Ambos manifestaron la indignación por la manera en que procedieron las autoridades. “Nos pusieron un poco de plata en una bolsa, y nos echaron como perros”, lamentaron. José Hughes resaltó que le dedicó todo el tiempo a su trabajo, y no faltó nunca a prestar el servicio a la comunidad, por lo que afirmó que “esto no tiene sentido”, y pidió por su reincorporación.
Javier Villoldo sostuvo que el correo en Corcovado es fundamental para los pobladores, y hay mucha angustia en la localidad. Además, reiteró que con su trabajo solventa los estudios de su hija en Esquel. “En el Correo o fuera del Correo, nos vamos a recuperar de ésta”, apostó muy apesadumbrado. Agradecieron el acompañamiento en el reclamo, y exigieron la devolución de su trabajo.
La presencia de familiares de los despedidos del Correo Argentinose notó con la misma tristeza. Giselle, hija de José Hughes, comentó que también es empleada de la sucursal de Trevelin, y expresó su sentimiento porque ya no tendrá a su papá como compañero de trabajo. Llorando recordó cuando el viernes pasado estaban finalizando la tarea, y se anoticiaron del despido.
Hubo un largo aplauso de apoyo a estos trabajadores, y coordinaron realizar una actividad similar en los próximos días, y hasta se mocionó organizarse para trasladarse a Corcovado, para dar un abrazo simbólico a la oficina del correo.