Miles de corazones sabaleros latieron en Madryn

La primera visita de Colón de Santa Fe al “Abel Sastre” no sólo fue inédita en lo deportivo, sino sobre todo en lo emocional. En la cabecera visitante, los santafesinos se sintieron en casa, como si hubieran vuelto a sus raíces.

09 JUN 2024 - 19:45 | Actualizado 09 JUN 2024 - 20:12


Por Edgardo Lillo. Fotos: Daniel Feldman (Jornada Medios).

La postal de los jugadores de Colón arrojando sus camisetas a los hinchas al final del encuentro resultó la mejor ofrenda de una tarde entrañable. No estuvieron solos.

En otro acto de inteligencia de los mellizos Sastre, el Aurinegro habilitó el sector visitante y la tribuna colonista se colmó de fanáticos como hace tiempo no pasaba en un torneo oficial de la Argentina. Definitivamente no eran neutrales, eran ciento por ciento de sangre y luto.

Estaba la familia, tres generaciones repletas del mismo amor. El abuelo, el hijo o la hija, u los nietos que nacieron en Chubut. La esposa fue acompañar al marido, o el esposo de River tuvo que estar al lado de su esposa Claudia, que hace 30 años se vino a vivir a Rawson y pasó el aviso de la calle donde vivía, a donde volvió este domingo con su recuerdo, con su nostalgia, y vestida de negro y bufanda roja, pensando en que no iba a poder ponerse la camiseta o llevar una bandera.

Estaba Miguel Ángel Pieropán, que se hizo famoso en las redes en apenas un par de días, después de que su hija Nerina, que lo acompañó en la tribuna, posteara en la red X una foto con la entrada y la cara de felicidad de su padre, que 30 años después iba a volver a ver a Colón.

Miguel aprovechó este instante de fama para sacarse fotos con el técnico y los jugadores en el hotel antes de ir a la cancha.

Hasta el “Terrible” Walter Matthysse, el ex campeón mundial de boxeo, estuvo a punto de lagrimear cuando recordó en la tribuna que su tío, el “Gringo” Steimbach, el fallecido hermano de su mamá Dorys, lo hizo de Colón.

Y a pesar de que el grupito de “pesados” que nunca falta cambió de lugar algunas banderas, el corazón igual latió a mil por hora y el sentimiento explotó al unísono cuando el equipo saltó al campo.

El cierre de los talleres del ferrocarril de Laguna Paiva en la década del ’60 dispersó a muchos santafesinos por el resto del país, y Chubut recibió de cientos de ellos con los brazos abiertos, principalmente en Rawson y Trelew, aunque este domingo hubo además de Comodoro y Rada Tilly.

El sentimiento que los encontró fue Colón, pero en verdad se reencontraron con el barrio, la casa, la niñez, con el origen de la historia.

El fútbol lo hizo otra vez “¿Cómo vas a saber que es el amor?, si nunca te hiciste hincha de un club”, se pregunta el poema de Walter Saavedra. Y claro, miles hinchas de Colón volvieron este domingo a su primer amor, Santa Fe claro.

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09 JUN 2024 - 19:45


Por Edgardo Lillo. Fotos: Daniel Feldman (Jornada Medios).

La postal de los jugadores de Colón arrojando sus camisetas a los hinchas al final del encuentro resultó la mejor ofrenda de una tarde entrañable. No estuvieron solos.

En otro acto de inteligencia de los mellizos Sastre, el Aurinegro habilitó el sector visitante y la tribuna colonista se colmó de fanáticos como hace tiempo no pasaba en un torneo oficial de la Argentina. Definitivamente no eran neutrales, eran ciento por ciento de sangre y luto.

Estaba la familia, tres generaciones repletas del mismo amor. El abuelo, el hijo o la hija, u los nietos que nacieron en Chubut. La esposa fue acompañar al marido, o el esposo de River tuvo que estar al lado de su esposa Claudia, que hace 30 años se vino a vivir a Rawson y pasó el aviso de la calle donde vivía, a donde volvió este domingo con su recuerdo, con su nostalgia, y vestida de negro y bufanda roja, pensando en que no iba a poder ponerse la camiseta o llevar una bandera.

Estaba Miguel Ángel Pieropán, que se hizo famoso en las redes en apenas un par de días, después de que su hija Nerina, que lo acompañó en la tribuna, posteara en la red X una foto con la entrada y la cara de felicidad de su padre, que 30 años después iba a volver a ver a Colón.

Miguel aprovechó este instante de fama para sacarse fotos con el técnico y los jugadores en el hotel antes de ir a la cancha.

Hasta el “Terrible” Walter Matthysse, el ex campeón mundial de boxeo, estuvo a punto de lagrimear cuando recordó en la tribuna que su tío, el “Gringo” Steimbach, el fallecido hermano de su mamá Dorys, lo hizo de Colón.

Y a pesar de que el grupito de “pesados” que nunca falta cambió de lugar algunas banderas, el corazón igual latió a mil por hora y el sentimiento explotó al unísono cuando el equipo saltó al campo.

El cierre de los talleres del ferrocarril de Laguna Paiva en la década del ’60 dispersó a muchos santafesinos por el resto del país, y Chubut recibió de cientos de ellos con los brazos abiertos, principalmente en Rawson y Trelew, aunque este domingo hubo además de Comodoro y Rada Tilly.

El sentimiento que los encontró fue Colón, pero en verdad se reencontraron con el barrio, la casa, la niñez, con el origen de la historia.

El fútbol lo hizo otra vez “¿Cómo vas a saber que es el amor?, si nunca te hiciste hincha de un club”, se pregunta el poema de Walter Saavedra. Y claro, miles hinchas de Colón volvieron este domingo a su primer amor, Santa Fe claro.