- Por Esteban Gallo
La jueza de la Cámara Penal de Trelew, Florencia Cordón Ferrando, ordenó la inmediata apertura del camino de acceso a Bahía Cracker. De esta manera, dio lugar al amparo presentado impecablemente por el Dr. Daniel Gómez Lozano, en representación de los clubes de pesca de Trelew, Madryn y Rawson y un grupo de vecinos de la zona que veían cercenados sus derechos de libre acceso a un lugar de dominio público.
La magistrada indicó a través del fallo, que la Secretaría de Pesca de la provincia actuó en exceso de sus funciones cuando estableció a través de un convenio firmado con los dueños del campo, el cierre con tranquera y candado del camino por el cual se accede a la costa.
La camarista consideró que el cierre del acceso a la playa es violatorio a las normas establecidas por la Constitución Provincial que establecen una servidumbre legal de tránsito que obliga a los propietarios del campo a permitir el acceso a aguas marítimas, tanto para las necesidades de pesca, caza submarina deportiva como para actividades turísticas o recreativas.
El fallo es técnicamente irreprochable y establece jurisprudencia muy poderosa en la materia. Lo que la resolución expresa de manera apodíctica es que los propietarios de la Estancia de Bahía Cracker no son los dueños de la playa ni pueden disponer el cierre de un camino porque hay una servidumbre de paso legal que debe respetarse.
El mensaje es para los dueños del campo, pero también para los funcionarios provinciales que quedaron en offside.
El Secretario de Pesca de la provincia, Andrés Arbeletche, que firmó el convenio para cerrar la playa, deberá poner las barbas en remojo después de este papelón jurídico y político que ha sufrido.
Ahora, con la tranquera abierta, podrá disponer de las medidas de seguridad que los estancieros reclaman con tanto énfasis. Para ello, seguramente, contará con la colaboración de los clubes de pesca de la provincia, que han dado más de una muestra del compromiso que tienen con el cuidado del lugar.
Tal vez, lo más recomendable para Arbeletche es que deje el manejo de las bonitas playas de la región en manos del Secretario de Turismo de Chubut y se aboque a resolver el conflicto pesquero de la Flota Amarilla de Rawson con los gremios marítimos, que hasta ahora no ha podido manejar con eficiencia.
Como reza el dicho popular: zapatero a tus zapatos.
El reciente fallo judicial tampoco deja bien parado al Fiscal de Estado, Andrés Giacomone. En su intento por justificar el cierre del camino, el funcionario presentó un escrito a la magistrada interviniente señalando que “si bien es cierto que los ciudadanos deben tener acceso a las aguas públicas, también es cierto que los derechos no son absolutos, sino relativos, porque se gozan y se ejercen de acuerdo con las leyes que los crean y reglamentan”.
Dr. Giacomone: Pongan las reglamentaciones que quieran, pero con el camino despejado y la playa abierta. No lo dice este medio, ahora se lo ordena una jueza, para quien los derechos de los ciudadanos no son relativos sino sagrados, como es sagrada la constitución provincial que cualquier hombre o mujer de derecho debe hacer cumplir.
Hay algo que debe ser destacado especialmente. La jueza falló en contra de la decisión de un funcionario provincial. Hay en esa decisión un mensaje de robustez del Poder Judicial y una clara demostración de que la independencia de poderes funciona bien en Chubut. Al mismo tiempo, es muy reconfortante para todos los chubutenses que haya jueces imparciales dispuestos a garantizar los derechos de los habitantes.
El recurso de amparo al que dio lugar la Dra. Cordón Ferrando no fue el pedido de un grupo de vecinos caprichosos.
Fue el reclamo fundado de pescadores, campamentistas, turistas y vecinos que solo querían disfrutar de una de sus playas preferidas. Los dueños del campo no son los dueños de la playa. Bahía Craker es de todos. Del vecino que va a pescar, de la familia que va a pulpear, de la pareja que disfruta de una puesta de sol, un amanecer, el sonido del mar, el canto de los pájaros o del padre o la madre que se regocija viendo a sus hijos corretear en libertad.
Esos derechos y esas garantías son las que estaban en juego.
Que alguien haya velado por ese derecho es una bocanada de aire fresco que retempla el ánimo de los chubutenses y nos devuelve la confianza en la Justicia.
- Por Esteban Gallo
La jueza de la Cámara Penal de Trelew, Florencia Cordón Ferrando, ordenó la inmediata apertura del camino de acceso a Bahía Cracker. De esta manera, dio lugar al amparo presentado impecablemente por el Dr. Daniel Gómez Lozano, en representación de los clubes de pesca de Trelew, Madryn y Rawson y un grupo de vecinos de la zona que veían cercenados sus derechos de libre acceso a un lugar de dominio público.
La magistrada indicó a través del fallo, que la Secretaría de Pesca de la provincia actuó en exceso de sus funciones cuando estableció a través de un convenio firmado con los dueños del campo, el cierre con tranquera y candado del camino por el cual se accede a la costa.
La camarista consideró que el cierre del acceso a la playa es violatorio a las normas establecidas por la Constitución Provincial que establecen una servidumbre legal de tránsito que obliga a los propietarios del campo a permitir el acceso a aguas marítimas, tanto para las necesidades de pesca, caza submarina deportiva como para actividades turísticas o recreativas.
El fallo es técnicamente irreprochable y establece jurisprudencia muy poderosa en la materia. Lo que la resolución expresa de manera apodíctica es que los propietarios de la Estancia de Bahía Cracker no son los dueños de la playa ni pueden disponer el cierre de un camino porque hay una servidumbre de paso legal que debe respetarse.
El mensaje es para los dueños del campo, pero también para los funcionarios provinciales que quedaron en offside.
El Secretario de Pesca de la provincia, Andrés Arbeletche, que firmó el convenio para cerrar la playa, deberá poner las barbas en remojo después de este papelón jurídico y político que ha sufrido.
Ahora, con la tranquera abierta, podrá disponer de las medidas de seguridad que los estancieros reclaman con tanto énfasis. Para ello, seguramente, contará con la colaboración de los clubes de pesca de la provincia, que han dado más de una muestra del compromiso que tienen con el cuidado del lugar.
Tal vez, lo más recomendable para Arbeletche es que deje el manejo de las bonitas playas de la región en manos del Secretario de Turismo de Chubut y se aboque a resolver el conflicto pesquero de la Flota Amarilla de Rawson con los gremios marítimos, que hasta ahora no ha podido manejar con eficiencia.
Como reza el dicho popular: zapatero a tus zapatos.
El reciente fallo judicial tampoco deja bien parado al Fiscal de Estado, Andrés Giacomone. En su intento por justificar el cierre del camino, el funcionario presentó un escrito a la magistrada interviniente señalando que “si bien es cierto que los ciudadanos deben tener acceso a las aguas públicas, también es cierto que los derechos no son absolutos, sino relativos, porque se gozan y se ejercen de acuerdo con las leyes que los crean y reglamentan”.
Dr. Giacomone: Pongan las reglamentaciones que quieran, pero con el camino despejado y la playa abierta. No lo dice este medio, ahora se lo ordena una jueza, para quien los derechos de los ciudadanos no son relativos sino sagrados, como es sagrada la constitución provincial que cualquier hombre o mujer de derecho debe hacer cumplir.
Hay algo que debe ser destacado especialmente. La jueza falló en contra de la decisión de un funcionario provincial. Hay en esa decisión un mensaje de robustez del Poder Judicial y una clara demostración de que la independencia de poderes funciona bien en Chubut. Al mismo tiempo, es muy reconfortante para todos los chubutenses que haya jueces imparciales dispuestos a garantizar los derechos de los habitantes.
El recurso de amparo al que dio lugar la Dra. Cordón Ferrando no fue el pedido de un grupo de vecinos caprichosos.
Fue el reclamo fundado de pescadores, campamentistas, turistas y vecinos que solo querían disfrutar de una de sus playas preferidas. Los dueños del campo no son los dueños de la playa. Bahía Craker es de todos. Del vecino que va a pescar, de la familia que va a pulpear, de la pareja que disfruta de una puesta de sol, un amanecer, el sonido del mar, el canto de los pájaros o del padre o la madre que se regocija viendo a sus hijos corretear en libertad.
Esos derechos y esas garantías son las que estaban en juego.
Que alguien haya velado por ese derecho es una bocanada de aire fresco que retempla el ánimo de los chubutenses y nos devuelve la confianza en la Justicia.