NOTA COMPLETA ACÁ.
Por Edgardo Lillo.-
Si bien prefiere el tenis de mesa, nos “pegó un paseo” jugando al metegol en “Esto Se Define por Penales”, el ciclo de entrevistas con personalidades del Deporte de Jornada Stream.
En una sustanciosa charla de media hora pudimos explorar no solo su carrera profesional, sino también su rica historia personal que lo ha forjado como un referente en el deporte. Originario de Trelew y con raíces italo-española, Battaglini ha recorrido un camino que lo llevó desde ser un joven deportista hasta convertirse en un mentor para atletas de élite.
Entre un padre inmigrante italiano y una madre que casi nace en el barco cuando sus abuelos venían de Barcelona, Battaglini recibió una herencia de sacrificio y esfuerzo que lo forjó como persona y profesional.
“Mi papá venía de la Segunda Guerra Mundial, muy jovencito y con muchos amigos de con la misma profesión. Se radicó en Trelew y empezó a trabajar cuando llegó acá”, contó Pedro.
.- Con 66 años, conocés la ciudad, la has visto transformarse, evolucionar…
.- La he visto convertirse, transformarse. Incluso el otro día mirábamos un video de la historia de la ciudad y sorprendido por los avances impresionantes de esa última época, porque veíamos videos desde el 40 al 80 y es increíble estos últimos años la transformación de la ciudad.
.- Te fuiste a estudiar y me decías que pudiste bancarte la carrera jugando al básquetbol, conocíamos esa parte como formador de las categorías formativas de Independiente, pero no como basquetbolista…
.- Yo jugaba acá desde Cadetes. Antes había cadetes menores, mayores, juveniles en el Club Atlético Independiente. Me recibí a los 17 en la Escuela Nacional de Comercio. Pero perdí dos años por el servicio militar, que lo hice en Puerto Rawson. Entonces me fui a los 19 a estudiar a Viedma y tuve ahí una madrina que en ese momento el novio, el Polilla Pokey, jugaba en Jorge Newbery de Carmen de Patagones. Se enteró que iba un jugador de básquet al Instituto de Viedma y apenas llegué me fue a buscar y ya me inscribí. Empecé a entrenar y tuve la suerte de que ellos me pagaban la carrera, tenía todos los gastos cubiertos gracias a jugar al básquet en ese club.
.- O sea que todo tu día ese entonces se repartía entre una carrera que era intensiva y como basquetbolista…
.- Claro, empezamos 07:30 con la parte práctica. Todas las prácticas eran a la mañana, después la parte teórica de 15 a 20 y de ahí, bueno, comía algo y me iba a entrenar de 21 a 23 todos los días. Y el sábado jugábamos.
.- Te te recibiste en el Instituto de Viedma que en aquel entonces tenía el prestigio de ser el mejor del país en el profesorado de Educación Física…
- Era uno de los más renombrados del país. Era famoso por el internado porque nosotros vivíamos y hacíamos todo en el mismo Instituto: dormíamos, comíamos y estudiábamos ahí, que es en el centro de la ciudad, y teníamos las prácticas en otros lugares, en los clubes y donde estaba la pileta de Natación del Club Villa Congreso.
- ¿Siempre tuviste claro que querías ser profe o que querías ser entrenador?
Sí, siempre. Mi vocación fue la docencia. Incluso acá había donde está Carrefour ahora estaba el Círculo Católico de Obreros, donde había una canchita de basquetbolista. Ya los 14, 15 años daba clases de básquetbol en forma idónea en ese entonces, pero ya tenía vocación docente.
- Pero después que volviste a la zona igual seguiste estudiando alto rendimiento…
.- Sí, yo sabía que quería entrenar deportistas de alto rendimiento, que quería ir a Campeonatos Argentinos, a Mundiales y tenía como objetivo un Juego Olímpico también, que no lo pude concretar. Entonces, cuando todo empezó con el triatlón, a partir de un programa de televisión, el Deporte y el Hombre de Pancho Ibáñez. Empezamos a ver programas con carreras de Iron Man porque no existía todavía las distancias más cortas, desde el origen son los casi 4 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de atletismo. En ese momento se ganaba con nueve horas cortas, 08:50 y 08:40. Hoy se está ganando con 07:50. Ha cambiado drásticamente el nivel y yo como un montón de profesionales y entrenadores en el país, quedamos fascinados con un deporte nuevo, moderno, que había nacido en el 78 por un desafío en Hawaii y me atrapó desde el primer momento. Entonces averigüe y estuve yendo a Rosario desde el año 89 al 2001. Eso fueron 13 temporadas seguidas que fui todos los años con un amigo de Comodoro, otro profesor, Sergio Pizzi. Hacer esa especialidad nos llevó mucho tiempo, pero bueno, era como culminar un proceso de estar preparado para entrenar alumnos y darle todo lo que uno podía dar con esa formación..
- ¿En el medio fuiste el entrenador de Independiente en básquetbol, armaste todas las categorías formativas?
.- Eso fue antes, apenas me recibí, me vino a buscar Susana Bonet. Habían desaparecido las divisiones inferiores, había poquitos chicos y no tenían escuelas ni de básquet ni de fútbol. Yo ese primer año, en el ´81, no podía porque ya tenía compromisos tomados a nivel escolar, porque cuando yo me recibí había pocos, profesor de Educación física y de relevo, éramos poquitos. Entonces las directoras de las escuelas te venían a buscar a la casa para proponerte el trabajo. Apenas llegué de recibirme me vinieron a buscar de la Escuela 21, del Camwy de Gaiman y después más adelante yo me anoté para trabajar en el Comercial, entonces estaba todo el día desde la mañana hasta la tarde trabajando y no tenía tiempo, lo demoré un año, lo puse un amigo mío, Claudio Acevedo, otro profesor de Educación Física, trabajando para empezar con la actividad y en el año 82 empiezo con las escuelas de fútbol y de todo lo que es mini básquetbol, desde cebollitas pre mini, mini y todas las divisiones inferiores del fútbol. Y también agarró la preparación física de la Primera del básquet más adelante.
.- ¿Te acordás quién era el entrenador?
.- Empecé con Nito Veira, después ya estuvimos en los regionales del 85 al 87, cuando empezaron a venir los americanos, se podían tener dos, fue como la previa de la Liga Nacional. Pero antes de eso tenía dos monitores excepcionales que eran Roberto Saavedra y Gerardo Lerena, mis ayudantes y yo teníamos más de 200 alumnos en las categorías en todo lo que era pre mini, mini.
.- Decir Pedro Battaglini es decir Corpus, fue tu marca registrada…
.- El gimnasio fue una idea a partir de los de los alumnos de alto rendimiento. No teníamos lugar donde reunirnos. Ya tenía una gran cantidad de triatletas y maratonistas porque me dediqué mucho a las carreras de calle pedestres hasta el maratón. Y ahí empezó la idea de armar un gimnasio y justo en diciembre del 91 estaba dando clase en el comercial. Vino a verme Jorge Almada con la propuesta de venderme el Club Centenario, la llave de negocio del Club Centenario. Ni lo pensé. ¿Un segundo le dije, cómo te pago? Y ahí empezó la idea. Me fui de donde estaba el Club Centenario, me llevé todas las máquinas a otro espacio porque no pude arreglar ahí. Y ahí empezó Gimnasio Corpus, con todo lo que era la parte formativa del entrenamiento, del entrenamiento familiar, entrenamiento de gimnasio, pero fundamentalmente entrenamiento de atletas, que en ese momento tenía muchos corredores de calle y triatlón.
.- Enseguida hablamos de los nombres, porque hay muchos nombres distintivos. ¿Por qué elegiste el nombre Corpus?
.- Porque me daba la impresión de que cuerpo en latín corpus, era el significado de todo lo que yo quería lograr a nivel vocacional, que era desarrollar el cuerpo, mente, cuerpo y espíritu con la definición de lo que era en latín. Así que de ahí nació el nombre.
.- No había otra manera que no fueras hincha de Boca…
.- Imaginate. Mi papá Venía de la especia, cerca de Génova. Son los que crearon el club. Trabajó primero en Ezeiza como albañil. Apenas llegaban los italianos de esa zona, los buscaban y los hacían hincha de Boca.
¿Alguna vez fuiste a la cancha con tu papá?
.-No con mi papá, pero si con mis hijos.
- ¿Cuántos hijos tenés?
Tengo dos hijos, Bruno y Franco, de 27 y de 20. Uno estudiando abogacía y el otro ingeniero en informática.
.- Me imagino tu esposa (Rosalia Emilia Vila) aguantando a tres bosteros…
Ella nació cerca de la cancha de Vélez. Sigue hincha de Vélez. Vivía al lado de la casa de mi tía y cuando íbamos a visitarla, la conocí, desde chicos. Teníamos cinco o seis, siete años.
.- Retomemos el tema Nombres de Corpus y del triatlón. ¿Formás parte de la de la época fundacional del triatlón?
.- Sí, sí, porque yo participé en la en la formación y fundación del triatlón en Evento Sport, porque eso nace en aproximadamente en el año 82, 83 que nos reunimos ahí en el Touring Club, con el Gallego Ubbas y “Quique” Pérez Luces. Éramos tres o cuatro y estábamos apasionada por el triatlón. Dijimos hay que hacer algo, hay que empezar a armar triatlón. Pero nos ganó Santiago Chingoleo con la primera organización en Rawson en el año 85, que eran triatlones que se hacían con patas de rana, con bicicletas Aurorita y distancias cortitas. Ahí empezó. Yo corrí los dos primeros con bicicleta Aurorita y después ya se pasó a las bicicletas de ruta tradicionales.
Pero vos entrenaste y formaste parte de esa camada de oro del triatlón de la mano de Evento Sport que trajo las mejores competencias nacionales a la zona…
.- Mis primeros tres alumnos fueron Carlitos González Bonet, el hermano mayor de Leandro, Alejo Ferraría y Sebastián Sarries, cuando empezaron tenían 15 y 16 años. El “Reo” Sarries ganaba todo, no podían ganarle. Todos los triatlones de la Patagonia a nivel argentino. En el ’88 fue al Panamericano de Mar del Plata y en juveniles salió primero Oscar Galíndez, segundo un chico de apellido Fernández y tercero El Reo, pero en 30 metros los tres. Imaginate el nivel que había, que después Oscar Galíndez al año siguiente empieza a ser prácticamente el número uno de Argentina, con 19 o 20 años, y el mejor de Latinoamérica.
.- ¿Y entonces Pablo Rodríguez fue un fenómeno, una aparición fulgurante? Porque en poco tiempo logra, hasta hoy, ser el único atleta de la región en ganar el Triatlón Internacional de La Paz…
.- Sí, sí, le ganó a Daniel Fontana y a otros monstruos que había ahí. Había particularidades muy especiales. Por ejemplo, Sebastián Sarries no pudo dedicarse de lleno porque se fue a estudiar y el triatlón pasó a un segundo nivel. Pablo mientras yo lo entrenaba, que estaba estudiando contador público en La Plata, entrenaba muchas horas por día. Y sí, fue un fenómeno especial porque prácticamente en cuatro temporadas, cuatro años de mucho, mucho nivel de entrenamiento, porque eran cuatro horas por día mínimo, logró ganar La Paz, que era el triatlón más importante de Latinoamérica, un regional muy importante. Pero después Leandro González Bonet también tuvo un desarrollo exponencial del triatlón porque llegó a ganar medio Ironman en en Miami, con un nivel también espectacular. O sea, Leandro tuvo otro nivel internacional.
.- Y muchos más años de recorrido…
.- Y más años de recorrido. Sí, después Pablo se lesionó, se lastimó el tobillo y prácticamente no pudo seguir a buen nivel. Pero Leandro tuvo una carrera excepcional también. Después, en el medio, Maximiliano Iberlucea, Leonardo Chiachio… No nombro a muchos porque me olvido y después quedo mal. Pero nosotros íbamos con Trelew a correr los Argentinos, y nos decían no puede ser, ganan la categoría, gana juveniles, ganan la “A”, la “B”, la “F”. Quedaban todos sorprendidos por la gran cantidad de triatletas que había acá en la zona.
.- Incluso vos también corrías en ese entonces…
.- Yo nunca me pude dedicar de lleno porque trabajaba diez, 12 horas por día, pero siempre entrenaba con mis alumnos, entonces siempre tenía un buen nivel, claro.
.- Pedro. ¿Por qué decae el triatlón? ¿Son épocas, circunstancias?
.- Creo que son épocas que tiene que ver con lo económico, porque nosotros corríamos en Trelew, en Puerto Madryn, Playa, Unión, Rada Tilly y bueno ahora Caleta Córdoba. Después nos íbamos a correr e íbamos casi todos los años a La Paz, que siempre fui internacional, corríamos en la provincia de Buenos Aires, en Córdoba, en Río Negro, en Las Grutas y todo eso. Era una gran organización deportiva pero económica y lamentablemente cada alumno ninguno era profesional, salvo Pablo, que tenía algún sponsorización, ayuda del Gobierno de la provincia, igual que Leandro, pero después era todo a pulmón, a pulmón. Entonces cada uno hacía su esfuerzo. No teníamos grandes ayudas económicas, entonces por eso decayó un poco acá. Acá corríamos 120, 130 triatletas y yo llegué a tener 67 triatletas entrenando.
.- La mitad de los que corrían…
.- Si, pero después yo ya no pude tener tanta cantidad de alumnos, empecé a dejar, no quería tener tantos porque me llevaba la vida. Yo no tenía fines de semana, nunca en todo el año. Era sábado y domingo 40, 50 ciclistas en la ruta. Íbamos hasta Gaiman, Dolavon o 28 de Julio. Primavera, otoño e invierno, la pileta todos los días a la madrugada y después era la barda en la pretemporada, todo el otoño, abril, mayo, junio y después la ruta. La mayoría de los chicos de buen nivel entrenaban tres disciplinas todos los días, todo el año.
.- Te sobrepasó el sueño que empezó mirando el Deporte y El Hombre…
.- Yo siempre quise llegar a Mundiales, logré y llegamos al Mundial de Cancún en el 95 como experiencia ya hicimos la maratón de Nueva York en el 94, un grupo, amigos, fuimos y llevamos muchos atletas, incluso a la familia. Después Panamericanos, Sudamericanos, todos los argentinos, todos los años, muchos años de trayectoria y bueno, y todavía no termino porque sigo con Roxana Vallejos.
.¿Con Lea fuiste con quien más cerca estuviste de un Juego Olímpico o no?
.- Yo tuve mala suerte, por llamarlo de alguna forma, o porque Dios atiende en Buenos Aires. No me acuerdo bien si fue 95 o en el 96 que se hizo en el Argentino de Duatlón en la zona y vino el secretario de la Federación Argentina de Triatlón y me designó entrenador de la selección argentina. Me dijo, vos a partir de hoy sos el entrenador. Pero le contesté que a nivel legal no era el entrenador. No te preocupes, pero yo ya te informo que te elegimos entrenador de la selección Argentina para participar en todos los eventos. A los seis meses me enteré de que un sanjuanino era el técnico de la selección-. ¿Por qué? Porque era el amigo del presidente de la Federación. Lamentablemente yo tenía los mejores triatletas del país. No había grupos en la Argentina que tenga tanta cantidad de nivel deportivo y bueno, y eso hizo que viniera el secretario de la Federación a nombrarme. Pero bueno, no duró mucho. Fue una alegría que tuve y mi expectativa era ir al primer Juego Olímpico, que fue Sidney 2000 quedó trunca.
.- Ese fue el primer olímpico oficial para el triatlón…
.- Fue el deporte más joven que llegó a un Juego Olímpico antes de los demás deportes, porque fue un furor a nivel mundial. Se estandarizó en 1500 de natación, 40 de ciclismo y diez kilómetros de pedestrismo, pero siempre quedaron cuatro distancias. El Ironman, la más grande, el medio Ironman, lo que se llama distancia olímpica y el short, que es la mitad de la olímpica.
.- ¿Cómo lo tomaste?
Tenía muy buena expectativa porque estaba Oscar Galíndez, que era un monstruo a nivel mundial. Daniel Fontana, que se nacionalizó italiano y compitió en dos Juegos Olímpicos y después estaba Ariel Garrigó, que también era excepcional. Teníamos tres atletas de nivel mundial y podríamos haber hecho maravillas. Pero bueno, después se fue desdibujando el triatlón argentino y ya no apareció ni otro Galíndez ni otro Fontana.
.-Tuviste muchos años dedicado al entrenamiento de alto rendimiento 24/7. ¿Ahora estás disfrutando un poco de la familia?
.- Ahora más jugando al tenis con mis hijos ya grandes, disfrutando, sigo entrenando todos los días, hago ciclismo, mountain bike. Si hay mucho viento, agarro a la bicicleta de spinning que tengo en el quincho y entreno ahí. Hago pesas siempre. Pero bueno, mucho más light. Ahora no voy a dejar nunca de entrenar gente porque es mi vocación de toda la vida. Siempre me voy a dedicar a eso. Pero bueno, ahora estoy con hobbys, con idiomas y cosas que había dejado pendiente; estudié finanzas, criptomonedas. Estoy dedicado a otros rubros, pero sin dejar de lado la vocación deportiva. Siempre entrenando a alguien o con ganas de entrenar a alguien.
.- Me contaste que no te jubilaste como docente, ¿fue una frustración?
No, frustración no. No pude porque tenía 24 años, tenía que volver a la escuela, trabajar un año más y no podía porque la parte privada me llevaba todo el día. Estaba todo el día en el gimnasio con mi señora que me ayudaba. Teníamos 20 profesores a cargo. Se hizo una cosa muy grande. No lo busqué, pero bueno, se fue armando solo un gimnasio muy grande y no me permitió, me tuve que jubilar como monotributista.
.- ¿Y que pasó con el gimnasio?
.- Lo alquilé hace tres años, ahora nos dedicamos a descansar y disfrutar.
NOTA COMPLETA ACÁ.
Por Edgardo Lillo.-
Si bien prefiere el tenis de mesa, nos “pegó un paseo” jugando al metegol en “Esto Se Define por Penales”, el ciclo de entrevistas con personalidades del Deporte de Jornada Stream.
En una sustanciosa charla de media hora pudimos explorar no solo su carrera profesional, sino también su rica historia personal que lo ha forjado como un referente en el deporte. Originario de Trelew y con raíces italo-española, Battaglini ha recorrido un camino que lo llevó desde ser un joven deportista hasta convertirse en un mentor para atletas de élite.
Entre un padre inmigrante italiano y una madre que casi nace en el barco cuando sus abuelos venían de Barcelona, Battaglini recibió una herencia de sacrificio y esfuerzo que lo forjó como persona y profesional.
“Mi papá venía de la Segunda Guerra Mundial, muy jovencito y con muchos amigos de con la misma profesión. Se radicó en Trelew y empezó a trabajar cuando llegó acá”, contó Pedro.
.- Con 66 años, conocés la ciudad, la has visto transformarse, evolucionar…
.- La he visto convertirse, transformarse. Incluso el otro día mirábamos un video de la historia de la ciudad y sorprendido por los avances impresionantes de esa última época, porque veíamos videos desde el 40 al 80 y es increíble estos últimos años la transformación de la ciudad.
.- Te fuiste a estudiar y me decías que pudiste bancarte la carrera jugando al básquetbol, conocíamos esa parte como formador de las categorías formativas de Independiente, pero no como basquetbolista…
.- Yo jugaba acá desde Cadetes. Antes había cadetes menores, mayores, juveniles en el Club Atlético Independiente. Me recibí a los 17 en la Escuela Nacional de Comercio. Pero perdí dos años por el servicio militar, que lo hice en Puerto Rawson. Entonces me fui a los 19 a estudiar a Viedma y tuve ahí una madrina que en ese momento el novio, el Polilla Pokey, jugaba en Jorge Newbery de Carmen de Patagones. Se enteró que iba un jugador de básquet al Instituto de Viedma y apenas llegué me fue a buscar y ya me inscribí. Empecé a entrenar y tuve la suerte de que ellos me pagaban la carrera, tenía todos los gastos cubiertos gracias a jugar al básquet en ese club.
.- O sea que todo tu día ese entonces se repartía entre una carrera que era intensiva y como basquetbolista…
.- Claro, empezamos 07:30 con la parte práctica. Todas las prácticas eran a la mañana, después la parte teórica de 15 a 20 y de ahí, bueno, comía algo y me iba a entrenar de 21 a 23 todos los días. Y el sábado jugábamos.
.- Te te recibiste en el Instituto de Viedma que en aquel entonces tenía el prestigio de ser el mejor del país en el profesorado de Educación Física…
- Era uno de los más renombrados del país. Era famoso por el internado porque nosotros vivíamos y hacíamos todo en el mismo Instituto: dormíamos, comíamos y estudiábamos ahí, que es en el centro de la ciudad, y teníamos las prácticas en otros lugares, en los clubes y donde estaba la pileta de Natación del Club Villa Congreso.
- ¿Siempre tuviste claro que querías ser profe o que querías ser entrenador?
Sí, siempre. Mi vocación fue la docencia. Incluso acá había donde está Carrefour ahora estaba el Círculo Católico de Obreros, donde había una canchita de basquetbolista. Ya los 14, 15 años daba clases de básquetbol en forma idónea en ese entonces, pero ya tenía vocación docente.
- Pero después que volviste a la zona igual seguiste estudiando alto rendimiento…
.- Sí, yo sabía que quería entrenar deportistas de alto rendimiento, que quería ir a Campeonatos Argentinos, a Mundiales y tenía como objetivo un Juego Olímpico también, que no lo pude concretar. Entonces, cuando todo empezó con el triatlón, a partir de un programa de televisión, el Deporte y el Hombre de Pancho Ibáñez. Empezamos a ver programas con carreras de Iron Man porque no existía todavía las distancias más cortas, desde el origen son los casi 4 kilómetros de natación, 180 kilómetros de ciclismo y 42 kilómetros de atletismo. En ese momento se ganaba con nueve horas cortas, 08:50 y 08:40. Hoy se está ganando con 07:50. Ha cambiado drásticamente el nivel y yo como un montón de profesionales y entrenadores en el país, quedamos fascinados con un deporte nuevo, moderno, que había nacido en el 78 por un desafío en Hawaii y me atrapó desde el primer momento. Entonces averigüe y estuve yendo a Rosario desde el año 89 al 2001. Eso fueron 13 temporadas seguidas que fui todos los años con un amigo de Comodoro, otro profesor, Sergio Pizzi. Hacer esa especialidad nos llevó mucho tiempo, pero bueno, era como culminar un proceso de estar preparado para entrenar alumnos y darle todo lo que uno podía dar con esa formación..
- ¿En el medio fuiste el entrenador de Independiente en básquetbol, armaste todas las categorías formativas?
.- Eso fue antes, apenas me recibí, me vino a buscar Susana Bonet. Habían desaparecido las divisiones inferiores, había poquitos chicos y no tenían escuelas ni de básquet ni de fútbol. Yo ese primer año, en el ´81, no podía porque ya tenía compromisos tomados a nivel escolar, porque cuando yo me recibí había pocos, profesor de Educación física y de relevo, éramos poquitos. Entonces las directoras de las escuelas te venían a buscar a la casa para proponerte el trabajo. Apenas llegué de recibirme me vinieron a buscar de la Escuela 21, del Camwy de Gaiman y después más adelante yo me anoté para trabajar en el Comercial, entonces estaba todo el día desde la mañana hasta la tarde trabajando y no tenía tiempo, lo demoré un año, lo puse un amigo mío, Claudio Acevedo, otro profesor de Educación Física, trabajando para empezar con la actividad y en el año 82 empiezo con las escuelas de fútbol y de todo lo que es mini básquetbol, desde cebollitas pre mini, mini y todas las divisiones inferiores del fútbol. Y también agarró la preparación física de la Primera del básquet más adelante.
.- ¿Te acordás quién era el entrenador?
.- Empecé con Nito Veira, después ya estuvimos en los regionales del 85 al 87, cuando empezaron a venir los americanos, se podían tener dos, fue como la previa de la Liga Nacional. Pero antes de eso tenía dos monitores excepcionales que eran Roberto Saavedra y Gerardo Lerena, mis ayudantes y yo teníamos más de 200 alumnos en las categorías en todo lo que era pre mini, mini.
.- Decir Pedro Battaglini es decir Corpus, fue tu marca registrada…
.- El gimnasio fue una idea a partir de los de los alumnos de alto rendimiento. No teníamos lugar donde reunirnos. Ya tenía una gran cantidad de triatletas y maratonistas porque me dediqué mucho a las carreras de calle pedestres hasta el maratón. Y ahí empezó la idea de armar un gimnasio y justo en diciembre del 91 estaba dando clase en el comercial. Vino a verme Jorge Almada con la propuesta de venderme el Club Centenario, la llave de negocio del Club Centenario. Ni lo pensé. ¿Un segundo le dije, cómo te pago? Y ahí empezó la idea. Me fui de donde estaba el Club Centenario, me llevé todas las máquinas a otro espacio porque no pude arreglar ahí. Y ahí empezó Gimnasio Corpus, con todo lo que era la parte formativa del entrenamiento, del entrenamiento familiar, entrenamiento de gimnasio, pero fundamentalmente entrenamiento de atletas, que en ese momento tenía muchos corredores de calle y triatlón.
.- Enseguida hablamos de los nombres, porque hay muchos nombres distintivos. ¿Por qué elegiste el nombre Corpus?
.- Porque me daba la impresión de que cuerpo en latín corpus, era el significado de todo lo que yo quería lograr a nivel vocacional, que era desarrollar el cuerpo, mente, cuerpo y espíritu con la definición de lo que era en latín. Así que de ahí nació el nombre.
.- No había otra manera que no fueras hincha de Boca…
.- Imaginate. Mi papá Venía de la especia, cerca de Génova. Son los que crearon el club. Trabajó primero en Ezeiza como albañil. Apenas llegaban los italianos de esa zona, los buscaban y los hacían hincha de Boca.
¿Alguna vez fuiste a la cancha con tu papá?
.-No con mi papá, pero si con mis hijos.
- ¿Cuántos hijos tenés?
Tengo dos hijos, Bruno y Franco, de 27 y de 20. Uno estudiando abogacía y el otro ingeniero en informática.
.- Me imagino tu esposa (Rosalia Emilia Vila) aguantando a tres bosteros…
Ella nació cerca de la cancha de Vélez. Sigue hincha de Vélez. Vivía al lado de la casa de mi tía y cuando íbamos a visitarla, la conocí, desde chicos. Teníamos cinco o seis, siete años.
.- Retomemos el tema Nombres de Corpus y del triatlón. ¿Formás parte de la de la época fundacional del triatlón?
.- Sí, sí, porque yo participé en la en la formación y fundación del triatlón en Evento Sport, porque eso nace en aproximadamente en el año 82, 83 que nos reunimos ahí en el Touring Club, con el Gallego Ubbas y “Quique” Pérez Luces. Éramos tres o cuatro y estábamos apasionada por el triatlón. Dijimos hay que hacer algo, hay que empezar a armar triatlón. Pero nos ganó Santiago Chingoleo con la primera organización en Rawson en el año 85, que eran triatlones que se hacían con patas de rana, con bicicletas Aurorita y distancias cortitas. Ahí empezó. Yo corrí los dos primeros con bicicleta Aurorita y después ya se pasó a las bicicletas de ruta tradicionales.
Pero vos entrenaste y formaste parte de esa camada de oro del triatlón de la mano de Evento Sport que trajo las mejores competencias nacionales a la zona…
.- Mis primeros tres alumnos fueron Carlitos González Bonet, el hermano mayor de Leandro, Alejo Ferraría y Sebastián Sarries, cuando empezaron tenían 15 y 16 años. El “Reo” Sarries ganaba todo, no podían ganarle. Todos los triatlones de la Patagonia a nivel argentino. En el ’88 fue al Panamericano de Mar del Plata y en juveniles salió primero Oscar Galíndez, segundo un chico de apellido Fernández y tercero El Reo, pero en 30 metros los tres. Imaginate el nivel que había, que después Oscar Galíndez al año siguiente empieza a ser prácticamente el número uno de Argentina, con 19 o 20 años, y el mejor de Latinoamérica.
.- ¿Y entonces Pablo Rodríguez fue un fenómeno, una aparición fulgurante? Porque en poco tiempo logra, hasta hoy, ser el único atleta de la región en ganar el Triatlón Internacional de La Paz…
.- Sí, sí, le ganó a Daniel Fontana y a otros monstruos que había ahí. Había particularidades muy especiales. Por ejemplo, Sebastián Sarries no pudo dedicarse de lleno porque se fue a estudiar y el triatlón pasó a un segundo nivel. Pablo mientras yo lo entrenaba, que estaba estudiando contador público en La Plata, entrenaba muchas horas por día. Y sí, fue un fenómeno especial porque prácticamente en cuatro temporadas, cuatro años de mucho, mucho nivel de entrenamiento, porque eran cuatro horas por día mínimo, logró ganar La Paz, que era el triatlón más importante de Latinoamérica, un regional muy importante. Pero después Leandro González Bonet también tuvo un desarrollo exponencial del triatlón porque llegó a ganar medio Ironman en en Miami, con un nivel también espectacular. O sea, Leandro tuvo otro nivel internacional.
.- Y muchos más años de recorrido…
.- Y más años de recorrido. Sí, después Pablo se lesionó, se lastimó el tobillo y prácticamente no pudo seguir a buen nivel. Pero Leandro tuvo una carrera excepcional también. Después, en el medio, Maximiliano Iberlucea, Leonardo Chiachio… No nombro a muchos porque me olvido y después quedo mal. Pero nosotros íbamos con Trelew a correr los Argentinos, y nos decían no puede ser, ganan la categoría, gana juveniles, ganan la “A”, la “B”, la “F”. Quedaban todos sorprendidos por la gran cantidad de triatletas que había acá en la zona.
.- Incluso vos también corrías en ese entonces…
.- Yo nunca me pude dedicar de lleno porque trabajaba diez, 12 horas por día, pero siempre entrenaba con mis alumnos, entonces siempre tenía un buen nivel, claro.
.- Pedro. ¿Por qué decae el triatlón? ¿Son épocas, circunstancias?
.- Creo que son épocas que tiene que ver con lo económico, porque nosotros corríamos en Trelew, en Puerto Madryn, Playa, Unión, Rada Tilly y bueno ahora Caleta Córdoba. Después nos íbamos a correr e íbamos casi todos los años a La Paz, que siempre fui internacional, corríamos en la provincia de Buenos Aires, en Córdoba, en Río Negro, en Las Grutas y todo eso. Era una gran organización deportiva pero económica y lamentablemente cada alumno ninguno era profesional, salvo Pablo, que tenía algún sponsorización, ayuda del Gobierno de la provincia, igual que Leandro, pero después era todo a pulmón, a pulmón. Entonces cada uno hacía su esfuerzo. No teníamos grandes ayudas económicas, entonces por eso decayó un poco acá. Acá corríamos 120, 130 triatletas y yo llegué a tener 67 triatletas entrenando.
.- La mitad de los que corrían…
.- Si, pero después yo ya no pude tener tanta cantidad de alumnos, empecé a dejar, no quería tener tantos porque me llevaba la vida. Yo no tenía fines de semana, nunca en todo el año. Era sábado y domingo 40, 50 ciclistas en la ruta. Íbamos hasta Gaiman, Dolavon o 28 de Julio. Primavera, otoño e invierno, la pileta todos los días a la madrugada y después era la barda en la pretemporada, todo el otoño, abril, mayo, junio y después la ruta. La mayoría de los chicos de buen nivel entrenaban tres disciplinas todos los días, todo el año.
.- Te sobrepasó el sueño que empezó mirando el Deporte y El Hombre…
.- Yo siempre quise llegar a Mundiales, logré y llegamos al Mundial de Cancún en el 95 como experiencia ya hicimos la maratón de Nueva York en el 94, un grupo, amigos, fuimos y llevamos muchos atletas, incluso a la familia. Después Panamericanos, Sudamericanos, todos los argentinos, todos los años, muchos años de trayectoria y bueno, y todavía no termino porque sigo con Roxana Vallejos.
.¿Con Lea fuiste con quien más cerca estuviste de un Juego Olímpico o no?
.- Yo tuve mala suerte, por llamarlo de alguna forma, o porque Dios atiende en Buenos Aires. No me acuerdo bien si fue 95 o en el 96 que se hizo en el Argentino de Duatlón en la zona y vino el secretario de la Federación Argentina de Triatlón y me designó entrenador de la selección argentina. Me dijo, vos a partir de hoy sos el entrenador. Pero le contesté que a nivel legal no era el entrenador. No te preocupes, pero yo ya te informo que te elegimos entrenador de la selección Argentina para participar en todos los eventos. A los seis meses me enteré de que un sanjuanino era el técnico de la selección-. ¿Por qué? Porque era el amigo del presidente de la Federación. Lamentablemente yo tenía los mejores triatletas del país. No había grupos en la Argentina que tenga tanta cantidad de nivel deportivo y bueno, y eso hizo que viniera el secretario de la Federación a nombrarme. Pero bueno, no duró mucho. Fue una alegría que tuve y mi expectativa era ir al primer Juego Olímpico, que fue Sidney 2000 quedó trunca.
.- Ese fue el primer olímpico oficial para el triatlón…
.- Fue el deporte más joven que llegó a un Juego Olímpico antes de los demás deportes, porque fue un furor a nivel mundial. Se estandarizó en 1500 de natación, 40 de ciclismo y diez kilómetros de pedestrismo, pero siempre quedaron cuatro distancias. El Ironman, la más grande, el medio Ironman, lo que se llama distancia olímpica y el short, que es la mitad de la olímpica.
.- ¿Cómo lo tomaste?
Tenía muy buena expectativa porque estaba Oscar Galíndez, que era un monstruo a nivel mundial. Daniel Fontana, que se nacionalizó italiano y compitió en dos Juegos Olímpicos y después estaba Ariel Garrigó, que también era excepcional. Teníamos tres atletas de nivel mundial y podríamos haber hecho maravillas. Pero bueno, después se fue desdibujando el triatlón argentino y ya no apareció ni otro Galíndez ni otro Fontana.
.-Tuviste muchos años dedicado al entrenamiento de alto rendimiento 24/7. ¿Ahora estás disfrutando un poco de la familia?
.- Ahora más jugando al tenis con mis hijos ya grandes, disfrutando, sigo entrenando todos los días, hago ciclismo, mountain bike. Si hay mucho viento, agarro a la bicicleta de spinning que tengo en el quincho y entreno ahí. Hago pesas siempre. Pero bueno, mucho más light. Ahora no voy a dejar nunca de entrenar gente porque es mi vocación de toda la vida. Siempre me voy a dedicar a eso. Pero bueno, ahora estoy con hobbys, con idiomas y cosas que había dejado pendiente; estudié finanzas, criptomonedas. Estoy dedicado a otros rubros, pero sin dejar de lado la vocación deportiva. Siempre entrenando a alguien o con ganas de entrenar a alguien.
.- Me contaste que no te jubilaste como docente, ¿fue una frustración?
No, frustración no. No pude porque tenía 24 años, tenía que volver a la escuela, trabajar un año más y no podía porque la parte privada me llevaba todo el día. Estaba todo el día en el gimnasio con mi señora que me ayudaba. Teníamos 20 profesores a cargo. Se hizo una cosa muy grande. No lo busqué, pero bueno, se fue armando solo un gimnasio muy grande y no me permitió, me tuve que jubilar como monotributista.
.- ¿Y que pasó con el gimnasio?
.- Lo alquilé hace tres años, ahora nos dedicamos a descansar y disfrutar.