Por: Juan Miguel Bigrevich
Edición: Marcelo Maidana
Podcast: Luciano De Maio
Debe estar bueno ser hincha del Fútbol Club (FC) Saint Paul alemán. El equipo del puerto de Hamburgo. al lado del rio Elba. Tiene camiseta marrón, un color inusual en las casacas del mundo, por aquellos de las camisas de los obreros, como las de la marca Grafa nuestras.
Debe estar bueno ser hincha del Saint Paul. Al que le importa un carajo las glorias deportivas, sino más bien la pertenencia. La de la zona roja, la de los exiliados, anarquistas, prostitutas, los sin techo, los inmigrantes y los del pecado y la lujuria. En donde la cerveza gana por goleada.
Para las primeras está el Bayern Munich, que gana cuando se le canta el culo; tanto que aburre, a propios y extraños. Pero, para la segunda están ellos que se mofan de los sexistas, homofóbicos, fascistas y clasistas y lo desprecian; tanto que echaron a un presidente por ello y pusieron a un director de teatro under y pareja de un tenor tunecino que asumió vestido de mujer diciendo soy gay y viril y fiel con mi club e infiel con mis amantes.
Debe estar bueno ser hincha de este equipo que para joder más al mundo tiene como publicidad en su camiseta una marca de productos eróticos y que sus vestuarios se iluminan con luces rojas de neón como los burdeles de la calle Repperbahn; esa que es conocida como la milla del pecado. Si, ahí donde se vio nacer a Los Beatles.; entre gritos de éxtasis y agonía y mesas voladoras.
Debe ser genial ser simpatizante de una entidad parental que las strippers del Susis Show Bar festejen los éxitos pelando las tetas en el palco que lo garparon 65.000 euros.
Debe estar bueno ser hincha de este club que no le gana a nadie y que asciende y desciende como un ascensor y que para seguir rompiendo las pelotas al mundo, juega amistosos en Nicaragua, se incorpora a las Brigadas de Solidaridad Sandinistas y hace pretemporada en Cuba para apoyar regímenes que parecen ser pasado y cuando entran a la cancha lo hacen con un solo de guitarra de Hells Bells de AC/DC. Ni hablar cuando meten un gol, de vez en cuando. Allí, se escucha Song 2 de Blur.
Debe estar bueno ser hincha de un club que tiene como bandera una calavera y dos tibias como la pirata y que aquellas mujeres que venden al mejor postor sus besos y sus cuerpos, pusieron todos sus ahorros equivalentes a dos palos verdes para que no desapareciera, porque amor con amor se paga.
Debe estar bueno ser hincha del Saint Paul. Algo debe tener. Para que heavys sentimentales, okupas extraños y punks románticos y sobre todo las putas se enamoren de él.
Por: Juan Miguel Bigrevich
Edición: Marcelo Maidana
Podcast: Luciano De Maio
Debe estar bueno ser hincha del Fútbol Club (FC) Saint Paul alemán. El equipo del puerto de Hamburgo. al lado del rio Elba. Tiene camiseta marrón, un color inusual en las casacas del mundo, por aquellos de las camisas de los obreros, como las de la marca Grafa nuestras.
Debe estar bueno ser hincha del Saint Paul. Al que le importa un carajo las glorias deportivas, sino más bien la pertenencia. La de la zona roja, la de los exiliados, anarquistas, prostitutas, los sin techo, los inmigrantes y los del pecado y la lujuria. En donde la cerveza gana por goleada.
Para las primeras está el Bayern Munich, que gana cuando se le canta el culo; tanto que aburre, a propios y extraños. Pero, para la segunda están ellos que se mofan de los sexistas, homofóbicos, fascistas y clasistas y lo desprecian; tanto que echaron a un presidente por ello y pusieron a un director de teatro under y pareja de un tenor tunecino que asumió vestido de mujer diciendo soy gay y viril y fiel con mi club e infiel con mis amantes.
Debe estar bueno ser hincha de este equipo que para joder más al mundo tiene como publicidad en su camiseta una marca de productos eróticos y que sus vestuarios se iluminan con luces rojas de neón como los burdeles de la calle Repperbahn; esa que es conocida como la milla del pecado. Si, ahí donde se vio nacer a Los Beatles.; entre gritos de éxtasis y agonía y mesas voladoras.
Debe ser genial ser simpatizante de una entidad parental que las strippers del Susis Show Bar festejen los éxitos pelando las tetas en el palco que lo garparon 65.000 euros.
Debe estar bueno ser hincha de este club que no le gana a nadie y que asciende y desciende como un ascensor y que para seguir rompiendo las pelotas al mundo, juega amistosos en Nicaragua, se incorpora a las Brigadas de Solidaridad Sandinistas y hace pretemporada en Cuba para apoyar regímenes que parecen ser pasado y cuando entran a la cancha lo hacen con un solo de guitarra de Hells Bells de AC/DC. Ni hablar cuando meten un gol, de vez en cuando. Allí, se escucha Song 2 de Blur.
Debe estar bueno ser hincha de un club que tiene como bandera una calavera y dos tibias como la pirata y que aquellas mujeres que venden al mejor postor sus besos y sus cuerpos, pusieron todos sus ahorros equivalentes a dos palos verdes para que no desapareciera, porque amor con amor se paga.
Debe estar bueno ser hincha del Saint Paul. Algo debe tener. Para que heavys sentimentales, okupas extraños y punks románticos y sobre todo las putas se enamoren de él.