En un juicio abreviado la mañana de este jueves, Pablo “Chavo” Ferreyra admitió haber liderado un violento ataque contra policías y vecinos en el barrio Constitución de Trelew. La jueza Mirta Moreno lo condenó a un año de prisión efectiva y será declarado reincidente. Como estaba en preventiva desde enero de este año, quedará libre en enero de 2026.
El delincuente fue asistido por el defensor Martín Castro, quien acordó el reconocimiento del hecho y la pena con la fiscal Julieta Gamarra.
La mañana del domingo 5 de enero, en el sector A de Las Mil Viviendas, efectivos de la Comisaría 3ª y de Unidad Regional acudieron por el llamado de vecinos alertando sobre disturbios. Nerviosa y agitada, la familia víctima no dio detalles por miedo a las represalias. Se encerró en su casa.
Con la Policía tratando de calmar los ánimos, Ferreira salió agresivo y hostil de su casa de calle Fuerte San José del barrio Los Aromos, frente al lugar de los incidentes. Lo acompañaba un grupo.
Con el torso desnudo, decidido a que los uniformados no actuaran, saltó una reja, los insultó y les lanzó botellas y bloques de ladrillo. También dañó un patrullero a piedrazos. “Tirá puto, dale tirá”, les gritaba.
Superados en número por los atacantes que lideró Ferreyra, los policías decidieron retirarse. El “Chavo” destruyó una puerta de reja y la cerradura de la vivienda de la familia afectada: “Esta gente tiene 24 horas para irse”, gritaba.
Se viralizaron videos y fotos, algunos filmados por el propio Ferreira. Allí se jactaba de impedir el procedimiento diciendo que “nosotros le hacemos la guerra a la gorra”, que esa cuadra “me pertenece”, que es él quien decide “quién puede vivir ahí y quién no” y reiterando que “esa familia se tenía que ir”.
Fue detenido el lunes siguiente, en un allanamiento. En aquella audiencia de control de detención, la fiscal Gamarra había advertido: “Ferreyra cree que la justicia la imparte él, que es el dueño de una calle, de un barrio, que decide quién debe irse y decide que la Policia ahí no puede ingresar. Pero no tiene el poder de controlar calles ni barrios”.
Según la fiscal, Ferreyra se mostraba impune en los videos con leyendas como: “Muevo la rama acá y en todos lados”; “Cinco patrulleros, más de 25 cobanis, le hicimos la guerra a esos giles, a los giles con los pibes, en dos minutos había más de 25 personas haciendo el aguante, de esa cuadra a esta punta es de nosotros, y esa gente de ahí tiene24 horas para irse” y “Acá mando yo, no estamos ni ahí con los ratas gallo, acá y en todos lados mi cuadra se respeta, acá movemos la rama nosotros”.
El prontuario del “Chavo” incluye condenas por portación de arma de guerra, violación de domicilio, amenazas con arma y lesiones contra exparejas, desobediencia y heridas con arma blanca.
Atravesó un par de juicios abreviados y perdió beneficios de prisiones domiciliarias por no haber sido hallado en su casa.
“Ferreyra definitivamente se caracteriza por no respetar la ley ni las normas, ni someterse a la ley del Estado”, decía en enero Gamarra.
Tras subrayar que el ataque a la Policía fue de “extrema gravedad”, la fiscal graficaba: “Ferreyra pretende reemplazar la justicia y la actuación policial por su propia ley, por la ley de la violencia, de mantener a las personas en vilo, de considerarse dueño de las calles; esta conducta debe ser neutralizada urgente por el Estado para poner fin a su conducta y evitar consecuencias más violentas y peligrosas”.
En un juicio abreviado la mañana de este jueves, Pablo “Chavo” Ferreyra admitió haber liderado un violento ataque contra policías y vecinos en el barrio Constitución de Trelew. La jueza Mirta Moreno lo condenó a un año de prisión efectiva y será declarado reincidente. Como estaba en preventiva desde enero de este año, quedará libre en enero de 2026.
El delincuente fue asistido por el defensor Martín Castro, quien acordó el reconocimiento del hecho y la pena con la fiscal Julieta Gamarra.
La mañana del domingo 5 de enero, en el sector A de Las Mil Viviendas, efectivos de la Comisaría 3ª y de Unidad Regional acudieron por el llamado de vecinos alertando sobre disturbios. Nerviosa y agitada, la familia víctima no dio detalles por miedo a las represalias. Se encerró en su casa.
Con la Policía tratando de calmar los ánimos, Ferreira salió agresivo y hostil de su casa de calle Fuerte San José del barrio Los Aromos, frente al lugar de los incidentes. Lo acompañaba un grupo.
Con el torso desnudo, decidido a que los uniformados no actuaran, saltó una reja, los insultó y les lanzó botellas y bloques de ladrillo. También dañó un patrullero a piedrazos. “Tirá puto, dale tirá”, les gritaba.
Superados en número por los atacantes que lideró Ferreyra, los policías decidieron retirarse. El “Chavo” destruyó una puerta de reja y la cerradura de la vivienda de la familia afectada: “Esta gente tiene 24 horas para irse”, gritaba.
Se viralizaron videos y fotos, algunos filmados por el propio Ferreira. Allí se jactaba de impedir el procedimiento diciendo que “nosotros le hacemos la guerra a la gorra”, que esa cuadra “me pertenece”, que es él quien decide “quién puede vivir ahí y quién no” y reiterando que “esa familia se tenía que ir”.
Fue detenido el lunes siguiente, en un allanamiento. En aquella audiencia de control de detención, la fiscal Gamarra había advertido: “Ferreyra cree que la justicia la imparte él, que es el dueño de una calle, de un barrio, que decide quién debe irse y decide que la Policia ahí no puede ingresar. Pero no tiene el poder de controlar calles ni barrios”.
Según la fiscal, Ferreyra se mostraba impune en los videos con leyendas como: “Muevo la rama acá y en todos lados”; “Cinco patrulleros, más de 25 cobanis, le hicimos la guerra a esos giles, a los giles con los pibes, en dos minutos había más de 25 personas haciendo el aguante, de esa cuadra a esta punta es de nosotros, y esa gente de ahí tiene24 horas para irse” y “Acá mando yo, no estamos ni ahí con los ratas gallo, acá y en todos lados mi cuadra se respeta, acá movemos la rama nosotros”.
El prontuario del “Chavo” incluye condenas por portación de arma de guerra, violación de domicilio, amenazas con arma y lesiones contra exparejas, desobediencia y heridas con arma blanca.
Atravesó un par de juicios abreviados y perdió beneficios de prisiones domiciliarias por no haber sido hallado en su casa.
“Ferreyra definitivamente se caracteriza por no respetar la ley ni las normas, ni someterse a la ley del Estado”, decía en enero Gamarra.
Tras subrayar que el ataque a la Policía fue de “extrema gravedad”, la fiscal graficaba: “Ferreyra pretende reemplazar la justicia y la actuación policial por su propia ley, por la ley de la violencia, de mantener a las personas en vilo, de considerarse dueño de las calles; esta conducta debe ser neutralizada urgente por el Estado para poner fin a su conducta y evitar consecuencias más violentas y peligrosas”.